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Hace años, cuando a un enfermo le tenían que operar de varices o de una hernia inguinal, se pasaba varios días ingresado en el hospital. Ahora, estos pacientes regresan a sus casas unas horas después de entrar al quirófano. El Hospital Donostia puso en marcha ... hace una década la unidad de Cirugía Mayor Ambulatoria (CMA), diseñada para realizar intervenciones quirúrgicas que permiten al enfermo volver a su casa el mismo día que es operado. El 5 de mayo de 2014 se realizó la primera intervención a un paciente con una hernia inguinal. Actualmente, cada semana un centenar de personas que son operadas en el centro donostiarra son dados de alta el mismo día del ingreso.
Los 'padres' de este área fueron el jefe de servicio de anestesia y reanimación, Txema Carrillo, y la supervisora de enfermería, Itsaso Otaño.Entre los dos crearon esta unidad que «existe con una metodología propia de trabajo, eliminando todo lo que no aportara valor al paciente y extremando al máximo la calidad humana y la emocionalidad en las relaciones con el paciente y su familia», explica Otaño. La CMA es uno de los cinco bloques quirúrgicos del Hospital Donostia, un área «autónoma» con cuatro quirófanos, personal y recursos materiales propios, «siendo la única de estas características que existe» en toda la red de Osakidetza.
Desde su apertura en 2014, con tres quirófanos y una media de 2.800 intervenciones anuales, «hemos crecido significativamente», apunta la supervisora. Ahora, con una cuarta sala más para operar que entró en funcionamiento en 2022, «realizamos alrededor de 3.600 intervenciones al año, lo que suma más de 30.000 procedimientos realizados durante esta última década». Es decir, la actividad ha crecido un 25% en ese tiempo. Son, por lo general, operaciones para las que se utiliza anestesia local, regional o local acompañada de sedación.
Itsaso Otaño
Enfermera supervisora CMA
Lo que distingue a la CMA, añade, «es que el postoperatorio no requiere una vigilancia prolongada», generalmente limitada a 6 o 7 horas. Si bien, como ocurre en todo este tipo de unidades, «existe una tasa de ingresos inesperados, que en nuestro caso se mantiene dentro de un rango aceptable, alrededor del 1%». Estos ingresos no planificados se deben, generalmente, «al mal control del dolor o a las náuseas o vómitos» postoperatorios.
Esta unidad abarca un total de 11 especialidades quirúrgicas que gestiona más de un centenar de procesos diferentes. Van desde las biopsias de próstata a la extracción de cordales, pasando por las otoplastias o las cirugías de pies, manos o anos. No se incluyen aquí a los niños, que son atendidos en el bloque quirúrgico del materno-infantil, ni a los pacientes oftalmológicos, cuyo manejo corresponde a la Unidad de Gestión de Oftalmología. «Este enfoque nos permite seleccionar a aquellos pacientes que mejor se beneficiarían de este modelo ambulatorio, garantizando su seguridad y bienestar durante todo el proceso», puntualiza Otaño. Estos procedimientos representan ya un 11% respecto a las cirugías totales del HospitalDonostia, si bien la supervisora matiza que la cifra «no es representativa» al tratarse del centro con mayor número de camas de Osakidetza.
Para acceder al circuito CMA, los enfermos deben cumplir una serie de criterios bien definidos. Por un lado, las intervenciones «no deben superar las dos horas de duración y la pérdida de sangre debe ser mínima. Esto asegura que el procedimiento sea adecuado para el modelo ambulatorio y permita una recuperación temprana sin complicaciones mayores», explica. A eso se suma que las personas tengan un riesgo anestésico bajo.
Por otro lado, es «necesario» que los pacientes cumplan con ciertas condiciones «para asegurar una recuperación adecuada en su hogar». Tales como vivir a menos de 60 kilómetros de un hospital, tener ascensor y un teléfono de contacto, y estar acompañado por un adulto responsable durante las primeras 24 horas tras recibir el alta.
Itsaso Otaño
Enfermera supervisora CMA
En los últimos años, el avance de las herramientas de quirófano ha permitido sumar técnicas mínimamente invasivas y mejorar los procedimientos para hacerlos más cortos, seguros y sencillos, lo que también se traduce en una recuperación más rápida de los pacientes. «Se acelera su recuperación física y emocional sin alterar demasiado sus condiciones sociales y familiares. Esto favorece su reincorporación más rápida a sus actividades cotidianas y laborales», sostiene la enfermera.
No en vano, el perfil mayoritario de los operados que se someten a este tipo de cirugías ambulatorias suelen ser personas que llevan una vida activa y trabajan hasta la víspera de la intervención. «La mayoría de ellos buscan recuperar su bienestar lo antes posible para reincorporarse a sus actividades cotidianas. Y nuestro trabajo es facilitarles ese proceso, ayudándoles a retornar rápidamente a su vida normal».
30.000 intervenciones
se han llevado a cabo en la CMA del Hospital Donostia en una década.
11% de las cirugías
totales que se llevan a cabo en el centro donostiarra son ambulatorias.
30-50% de ahorro económico
suponen estas operaciones respecto a las intervenciones con ingreso.
Pero la Cirugía Mayor Ambulatoria no solo aporta beneficios para los pacientes, que retornan a sus domicilios tan solo unas horas después de ser operados. También juega un papel fundamental en las listas de espera, uno de los males que viene arrastrando Osakidetza desde la irrupción de la pandemia. «La CMA contribuye a la sostenibilidad del sistema sanitario al reducir los costos asociados con las hospitalizaciones y mejorar la gestión de recursos, garantizando un acceso más rápido a los servicios de atención sanitaria», apunta Otaño, que revela también que esta técnica supone un ahorro económico de entre el 30 y el 50% respecto al coste de una intervención quirúrgica convencional con ingreso hospitalario.
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¿Cómo se logra esto? Gracias a los dos circuitos diferenciados que existen para patologías específicas. Esta segmentación, sostiene la supervisora de la CMA, «permite que cada lista de espera se gestione de manera más eficiente, reduciendo los tiempos de espera y mejorando el acceso a la atención. En el modelo anterior, al haber una lista de espera única para todas las patologías, los pacientes prioritarios no siempre eran el perfil más adecuado para la atención quirúrgica, lo que prolongaba innecesariamente la espera para otros pacientes». Ahora, en cambio, no solo «se optimiza el flujo de pacientes, sino que también se mejora la calidad del servicio y se acelera la atención quirúrgica, reduciendo significativamente las listas de espera en cada especialidad».
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