Una vez desinfectadas las muestras en el hospital de Cruces, se llevan a las máquinas que amplificarán el ARN. YVONNE ITURGAIZ

Las 24 horas del día para dar con el Covid

Los laboratorios de Osakidetza mantienen una gran carga de trabajo para detectar cuanto antes al patógeno

silvia osorio

Lunes, 24 de agosto 2020, 06:20

Detectar el Covid de manera precoz se ha convertido en la gran pieza angular de una batalla que no tiene visos de atajarse hasta dar ... con una vacuna o un tratamiento eficaz. De esta manera, se consigue que personas que desconocen ser portadoras porque no presentan signos de la enfermedad, confirmen que están contagiadas y, por tanto, inicien cuanto antes el aislamiento. Se gana mucho tiempo. Es la principal diferencia con la primera ola, pues solo se realizaba la PCR a pacientes con síntomas graves.

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Si los profesionales sanitarios han jugado un papel fundamental en la primera línea, en la retaguardia los laboratorios clínicos no se quedan atrás y continúan trabajando a destajo -funcionan las 24 horas del día durante toda la semana-, para analizar las muestras que les llegan y comprobar si se detecta el virus o se descarta.

Desde el inicio de la crisis, en el País Vasco se han realizado más de medio millón de PCR. Es una técnica de diagnóstico que trata de detectar un fragmento del material genético del patógeno que no debería estar presente en el organismo de una persona y que se emplea también para otras enfermedades o para pruebas de paternidad. Osakidetza dispone de 14 laboratorios propios, pero en caso necesario cuenta con un plan de contingencia que contempla echar mano de los 32 centros privados que también realizan los test en el territorio y a los que cualquier ciudadano puede acudir previo pago de unos 100 euros.

«Teníamos unas previsiones de muestras diarias, pero la realidad nos ha desbordado»

Según explica Arantza Mendizabal, jefa del laboratorio de la OSI Araba, Osakidetza podría doblar su capacidad actual, que está en torno a las 6.000 y 8.000 pruebas diarias. «En este momento no es necesario tirar de centros externos», afirma esta profesional. En los laboratorios de Osakidetza el trabajo en estos meses ha sido y está siendo incesante. Un no parar. «Como los cribados han sido muy generalizados, no ha bajado el trabajo en la medida que sí lo hizo en los servicios asistenciales», destaca Mendizabal. En el laboratorio de Cruces, Elena Urra, jefa de sección de Microbiología, destaca que el equipo que allí trabaja, una treintena de profesionales, vivieron una época «algo más tranquila» después del confinamiento, pero el número de muestras ha crecido de manera considerable.

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Y con las mismas manos porque la plantilla no se ha reforzado. «Estamos igual. Teníamos unas previsiones de muestras diarias pero la realidad nos ha desbordado. Estábamos haciendo unas 600 al día y ahora 2.000», indica. En el centro alavés la cantidad de PCR diarias es algo menor, en torno a un millar, -«hemos batido récords que no habíamos alcanzado durante la pandemia», precisa su responsable-, pero sí se ha incorporado personal. «Estamos unas 25 personas implicadas en el proceso. Hemos cuadruplicado la plantilla».

Los perfiles son muy concretos: Técnico de Especialista en Laboratorio y titulados en Microbiología. Y se requiere un periodo de formación de seis meses. «Son pasos muy específicos y cantidades muy concretas. Requiere mucha dedicación y paciencia», asegura Maitane Aranzamendi, facultativa adjunta de Microbiología en Cruces. Para hacer frente a este reto mayúsculo, los profesionales están metiendo horas como jabatos. Hubo que reorganizar turnos y en Álava ya se plantean doblar incluso el de noche. La plantilla está «muy cansada», atestigua Urra, que lamenta que haya «poca estabilidad laboral». «El problema de Osakidetza es que hace muchos cambios de contratos. Y al final la gente se acaba yendo. Cuando están más o menos formados, se marchan», lamenta.

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Acortar tiempos

Euskadi fue la primera comunidad en implantar la técnica para identificar el Covid sin necesidad de enviar las muestras al Centro Nacional de Microbiología del Instituto Carlos III. La extracción es una pata fundamental de todo el proceso, ya que si la prueba no está bien tomada, la carga viral no se detecta. Generalmente se hace con un bastoncillo de la nasofaringe, el lugar donde más carga viral se acumula. «Es muy importante la calidad de la muestra. Si es mala es porque no se ha llegado bien al lugar o porque se ha tomado antes de que haya carga viral, y por tanto, no se detecta», comenta la responsable del laboratorio en Cruces. «Por eso el resultado se informa como 'no detectable', no como negativo», agrega su compañera.

Las pruebas se introducen en neveras o embalajes especiales para conservar íntegro el virus y llegan a los laboratorios a cualquier hora del día. Los tubos se extraen de manera manual y se desinfectan en una sala de presión negativa. Después llega el momento de la amplificación del ARN, en el que son claves los reactivos, un compuesto que se añade para provocar una reacción química y demostrar así la presencia del virus. Este proceso requiere de unos equipos de automatización, llamados termocicladores, que son capaces de procesar bloques de hasta 94 muestras. Hasta entonces las tandas eran de 12 en 12. «Nos han salvado la vida», asegura Aranzamendi.

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«Los avances no van al ritmo que necesitaríamos, aunque en Medicina es habitual que a las nuevas tecnologías les cueste tiempo adaptarse»

Los avances en estos meses han sido importantes. «Disponemos de un robot que permite hacer la extracción y la amplificación de una sola vez. Creo que es por donde van a ir las cosas en un futuro», pronostica Mendizabal, que admite que «los avances no van al ritmo que necesitaríamos, aunque en Medicina es habitual que a las nuevas tecnologías les cueste tiempo adaptarse a los nuevos retos».

De hecho, en un plazo indeterminado de tiempo, esperan recibir otra potente máquina que permitirá introducir más muestras y acortar el proceso, que dura cuatro horas. Actualmente, para las muestras rutinarias, la espera es de 24 horas, mientras que para las hospitalarias se reduce a 12. La carga viral de ARN del Covid se interpreta a través de la curva: cuanto más pronunciada es más alta es la capacidad de transmisión del virus de esa persona. «Si es plana, quiere decir que ahí no había este tipo de coronavirus», explica Urra. Los pacientes reciben un SMS después de haber sido validadas las pruebas.

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En su contexto

  • 206,78 PCR por cada 1.000 habitantes. Euskadi es la comunidad con más capacidad diagnóstica. Son datos del Ministerio del pasado 13 de agosto, cuando situaba la media española en 113,95.

  • Avances técnicos. Hasta 94 muestras a la vez Osakidetza cuenta con termocicladores que han supuesto un paso adelante en el proceso. Hasta hace unos meses otras máquinas permitían tandas de 12 en 12.

  • 1.000 son los profesionales con los que cuenta la red de laboratorios de Osakidetza, un total de 14. Los perfiles son muy específicos y la formación debe estar acreditada.

  • Más de 500.000 pruebas. Centros pioneros Euskadi fue la primera comunidad en implantar la técnica necesaria para identificar el Covid sin necesidad de enviar las muestras al Centro Nacional de Microbiología del Instituto Carlos III.

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