Las diez noticias clave de la jornada
Las restricciones de la movilidad y las recomendaciones de limitar la vida social reducen la afluencia de gente en las calles. MORQUECHO

Euskadi prepara más límites en actividades y horarios como último paso antes del encierro

Urkullu reconoce que tiene todas las opciones sobre la mesa y que decidirá una vez conozca la efectividad de las medidas actuales

Estrella Vallejo, M. BALÍN y E. SOTO

San Sebastián

Martes, 3 de noviembre 2020, 06:20

Día a día, dato a dato, declaración tras declaración... la percepción entre la ciudadanía de que el confinamiento domiciliario está cada vez más cerca se ... va extendiendo aunque Euskadi se resiste a asumir esa opción. Sigue siendo la última, pero está sobre la mesa. El Gobierno Vasco se da unos días, hasta mañana o pasado, para tomar decisiones sobre nuevas medidas. Pero ya se prepara, según apuntó ayer el lehendakari, para aplicar más límites de horario de cierre de actividades o toque de queda, suspender actividades «no esenciales», como pasos previos al temido confinamiento domiciliario que algunas comunidades como Asturias ya han solicitado formalmente pero que el Gobierno central se resiste también a aplicar.

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La tendencia aún positiva de contagios en Euskadi y un nivel más en el plan de contingencias de UCI para abrir más camas de críticos en los hospitales vascos son la base para las autoridades vascas a la hora de decidir hasta dónde llegan las restricciones. Además, en estos dos días se cumplirán las dos semanas necesarias para ver la eficacia de las medidas en vigor, como la limitación de la movilidad al municipio de residencia y el toque de queda entre las 23.00 y las 06.00 horas, y analizar si son suficientes.

El lehendakari Iñigo Urkullu, explicó ayer en una entrevista en Radio Euskadi que los datos del mañana y el jueves determinarán si se llega o no al pico o si se estabiliza la situación, y por tanto si son o no necesarias medidas más estrictas para frenar los contagios. En caso de serlo, el confinamiento domiciliario está sobre la mesa. Pero no como primera medida. El máximo responsable del Ejecutivo subrayó que no quiere «alarmar», y que el hecho de no descartar un nuevo encierro, no implica que esté tomada la decisión. Antes hay otras medidas sobre la mesa, apuntó, como restringir más la movilidad y la actividad «no esencial».

En otras comunidades no quieren esperar más. Asturias dio ayer el paso de solicitar al Ministerio de Sanidad un nuevo estado de alarma que posibilite un confinamiento domiciliario de 15 días. Pero esta petición fue descartada horas después por el Gobierno central, al entender que las medidas contempladas en el actual decreto son suficientes para frenar la expansión del virus. En cualquier caso, tanto el encierro de nuevo en casa, como el cierre total de hostelería, comercio o actividades culturales como en otros países europeos, es una cuestión que se debatirá y dilucidará mañana en el Consejo Interterritorial de Salud, con la participación de todas las CCAA.

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Por de pronto, en lo que respecta a Euskadi, el lehendakari indicó ayer que en ese control de la evolución epidemiológica, además de los datos de contagios, que superan el millar diarios, el Gobierno Vasco analiza la ocupación de las camas UCI, donde los pacientes covid han pasado de 47 a 100 en dos semanas. No obstante, aclaró que el sistema vasco de salud a día de hoy tiene «un colchón» y no está colapsado.

Las claves

  • Reunión. El Consejo Interterritorial de Salud de mañana analizará nuevas medidas y el confinamiento

  • Opciones más estrictas. No se descarta limitar toda actividad económica no esencial o mantener solo la laboral y educativa

  • Ministerio de Sanidad. Rechaza la petición de Asturias y descarta por ahora un confinamiento domiciliario en el Estado

Urkullu apuntó, aún y todo, que ya se preparan para aprobar medidas que primero pasarían por adelantar la hora de cierre de la actividad no esencial e incluso su supresión y «mantener solo la actividad laboral y educativa», antes de llegar al confinamiento total como en marzo. «Es una situación inquietante y de máxima preocupación pero se abordará desde un ejercicio de equilibrio para preservar la salud y la economía», aunque reiteró que «todo está sobre la mesa».

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Urkullu se refirió nuevamente a ese decálogo de recomendaciones que el Gobierno Vasco publicó el domingo en el cual se apela a la responsabilidad individual e invita a los ciudadanos a salir lo imprescindible. «Es necesario reducir la actividad social y mantenernos dentro de grupos burbujas de no más de 6 personas para poder contener la enfermedad», señaló, al tiempo que reiteró que habría que aumentar las frecuencias de los transportes públicos para evitar aglomeraciones, una cuestión que las empresas ven impracticable.

El lehendakari destacó que en el último año, la plantilla de Osakidetza ha crecido un 8,3%, con 38.000 profesionales más, unos datos que sirven para avalar, comentó, que Euskadi está «mucho mejor preparada» en esta segunda ola epidémica que en primavera.

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Sobre las movilizaciones de los sanitarios dijo también comprender «la presión que están soportando los profesionales de Osakidetza» y reconoció «su esfuerzo». Pero también apuntó al esfuerzo inversor del Ejecutivo y incidió en que el «presupuesto es finito» ya que debe reforzar al mismo tiempo la educación y las ayudas a sectores especialmente afectados por la crisis.

Todas las opciones abiertas

Mientras Euskadi aguarda acontecimientos, el fantasma del confinamiento domiciliario sobrevuela cada vez más bajo por el resto de España, donde además de Asturias otras comunidades también tienen sobre la mesa esta opción. El Gobierno, sin embargo, descarta esta medida drástica en los próximos días. «Ahora ni estamos trabajando en ello ni lo prevemos», intentó zanjar ayer el ministro de Sanidad, Salvador Illa, después de que Asturias se convirtiera en la primera comunidad en solicitar formalmente esta iniciativa, la más severa de todas las que tiene sobre la mesa el Gobierno.

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Sanidad prefiere esperar a comprobar qué resultados dan las restricciones tomadas tras el estado de alarma, principalmente, los toques de queda nocturnos, pero también el cierre perimetral de la mayoría de las comunidades, la clausura de la hostelería en muchas de ellas o las limitaciones de aforo en comercios. «Pensamos que con el abanico de medidas que están a disposición de las autoridades de las comunidades autónomas es suficiente», remarcó Illa. «Así ha ocurrido, por ejemplo, en Cataluña, donde, sea dicho con toda la prudencia, estamos viendo una cierta estabilización de casos. O en Madrid, donde aplicamos medidas del mismo tipo hace ya unas semanas y hemos visto cómo se ha estabilizado y va bajando».

Pero mientras esto ocurre de puertas para afuera, en la Moncloa se preparan para todos los escenarios. El Gobierno ya perfila un borrador con una posible nueva orden para otro estado de alarma que permitiría a las comunidades, llegado el caso, decretar hasta confinamientos domiciliarios, según desveló el pasado viernes este periódico. Este borrador establece un paraguas legal para que las autonomías, de forma «gradual», puedan llegar hasta las cuarentenas. En cualquier caso, el Ejecutivo, sin embargo, descarta que se pueda decretar un confinamiento similar al de marzo en todo el país porque la situación varía mucho entre unas regiones y otras.

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Illa pidió ayer a las comunidades que «no entren en una especie de competición para ver quién toma la medida más dura». «Con esta pandemia hemos visto que las cosas no son de un día para otro». Sus palabras, sin embargo, no sirvieron para frenar las intenciones de Asturias, que solicitó el confinamiento domiciliario durante 15 días. El presidente del Principado, Adrián Barbón, que decretó también para su comunidad el cierre de la hostelería, de la mayor parte del comercio minorista, de los centros comerciales, y las clases presenciales de la universidad, dijo estar en un momento «crítico».

Se debe aprobar otro estado de alarma para limitar la salida de casa

El actual decreto de alarma no prevé los confinamientos domiciliarios, por lo tanto, llegados al caso de que el Gobierno ceda a las pretensiones de las Comunidades Autónomas para restringir las salidas de los domicilios se debería aprobar un nuevo estado de alarma, según confirman juristas consultados. La consigna oficial del ejecutivo es la de no adelantar acontecimientos; evitar las comparaciones con las duras medidas dictadas en Francia, Alemania o Italia; y esperar a ver cómo están los indicadores de la pandemia el 9 de noviembre, cuando decae la orden vigente. En Moncloa no parecen tener claro que la limitación de la movilidad actual y el toque de queda sea suficiente, y prueba de ello es que desde la pasada semana, sus técnicos trabajan en un 'plan b' por si el virus siguiera imparable.

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