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Las razones por las que Euskadi es la comunidad más castigada

Los expertos apuntan a la falta de anticipación, cierres perimetrales poco efectivos, rastreos deficientes y los excesos de la Copa y la Semana Santa

silvia osorio

Domingo, 2 de mayo 2021

Arrojar luz sobre por qué Euskadi sufre la peor epidemia del país no es tarea fácil. Ni los que más saben y estudian sobre el ... virus aciertan a dar una única explicación. El País Vasco tiene la incidencia más alta de España y una de las mayores presiones hospitalarias. Y en el origen de ello pueden estar algunas de las decisiones tomadas por la Administración Urkullu en los últimos meses: iniciativas tardías, generosidad en el aperturismo -aunque haya influido el revés judicial con la hostelería- o un lento ritmo de vacunación. Además de una final de Copa que dio la puntilla al impacto de la Semana Santa.

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Los expertos consultados por este periódico alertan sobre la necesidad de un replanteamiento de la fórmula del 'aprieta y afloja': implementar restricciones cuando los casos comienzan a subir y relajarlas cuando se estabilizan. Un método por el que ha apostado el Gobierno Vasco, pero que también es el elegido en Europa. Sin embargo, no se muestra eficaz para anticiparse al patógeno. «Esperamos a tener muchos positivos, dejamos que la gente se junte y que haya contagios. Seguimos haciendo lo mismo desde julio. Esta cuarta ola no se ha visto venir. Nos ha pasado por encima», afirma Ugo Mayor, investigador de Ikerbasque adscrito al departamento de Bioquímica de la UPV.

En Euskadi los umbrales fijados para determinar el máximo nivel de riesgo son «demasiado altos», coinciden los científicos. El límite para activar la zona roja se sitúa en 400 casos de incidencia. Sin embargo, el semáforo ministerial considera que con 250 ya existe riesgo extremo. «Euskadi actúa tarde y eso disminuye la efectividad de las medidas. Es verdad que el nivel basal era más alto, pero otras comunidades siguen el principio de 'cuando antes mejor' para evitar que sea peor», apunta Adrián Aguinagalde, epidemiólogo vizcaíno y actual director del Observatorio de Salud Pública de Cantabria.

«Esperamos a tener muchos casos. Esta ola también nos ha pasado por encima»

Ugo Mayor | Investigador y bioquímico

Tampoco fiarlo todo a la fórmula de los cierres municipales es lo más acertado. Los expertos consultados dudan de su efectividad si otras patas de la mesa cojean y también si el flujo de ciudadanos es constante, como ocurre, por ejemplo, en el Gran Bilbao. «No hay islas geográficas. La gente trabaja en un sitio y vive en otro. El cordón perimetral tiene sentido en zonas más dispersas. Por el momento, no parece haber obtenido resultados», explica.

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Además, no se trata de confinamientos férreos: se permite ir a hacer compras o deporte a las localidades vecinas. «Dudo de la efectividad de tener a toda la población de Bilbao sin salir. La gente no puede ir a zonas rurales de otros municipios y los paseos urbanos se colapsan», cuestiona Mayor. Y la hostelería se mantiene prácticamente abierta, también en interiores en horarios de desayunos y comidas.

«Un juez dijo que los bares abriesen. Ese día fue como si se levantara el estado de alarma»

Rafael Bengoa | Codirector de SI-Health

La decisión judicial que obligó a Urkullu a reabrir los bares y restaurantes fue demoledora, a juicio de Rafael Bengoa, codirector de The Institute for Health and Strategy y exconsejero de Sanidad. «Lo que ocurrió ese día fue como si hubieran levantado el estado de alarma. Cerca del 30% de los contagios tienen lugar en el interior de los bares», argumenta. «No queríamos tener todo abierto, pero un juez dijo que sí. La consecuencia es que los hospitales están llenos. No nos debe extrañar que Euskadi esté así», agrega.

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La final, «una bomba viral»

Entre las causas que podrían explicar la actual situación de la pandemia en Euskadi estaría, cómo no, la final de Copa entre Athletic y Real. Las aglomeraciones y las quedadas en domicilios con ese motivo fueron «un terreno muy peligroso porque la gente relaja las medidas», incide Guillermo Martínez de Tejada. Sin ser el único detonante de la explosión de casos tras la Semana Santa, el catedrático en Microbiología en la Universidad de Navarra sí considera que este evento «ha sido una bomba viral». Las autoridades sanitarias fueron, a su juicio, demasiado tibias. «Hay que ser valiente, implantar medidas especiales para ese día, adelantar el toque de queda, por ejemplo», desliza.

Pero si algo está en el punto de mira es el sistema de rastreo. Los expertos que han participado en este reportaje observan importantes carencias de personal y de efectividad en la búsqueda de los contactos estrechos. «Habría que ir más allá en la definición de cada caso y también hacer pruebas a contactos que han estado con mascarilla. En otras comunidades sí se hace», subraya Mayor.

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«El cierre municipal no ofrece mejores resultados. La gente trabaja en un sitio y vive en otro»

Adrián Aguinagalde | Epidemiólogo

Se escapan muchos contagios y, por tanto, se desconoce el origen de la mayor parte. La actividad diagnóstica, aunque es muy potente -solo Navarra supera a Euskadi en número de pruebas por cada 100.000 habitantes-, también podría reforzarse y dar todavía más frutos. «Y no bajar el nivel cuando caen los contagios», critica el investigador de Ikerbasque, que no acierta a entender aún por qué Osakidetza no integra a los laboratorios de los centros tecnológicos. «¿Por qué no se usan estas capacidades? Hay un gran potencial y no se aprovecha», defiende.

Incluso, los test de saliva que ya se utilizan en Galicia se ven con buenos ojos. «No se están utilizando todas las herramientas para controlar la pandemia», coincide Bengoa. Pero no todo es negro. Precisamente, el nivel de detección de Euskadi es tan elevado que la comunidad ofrece datos más fiables que otras comunidades. «Otras zonas seguro que superan al País Vasco en incidencia, pero no están realizando suficientes test y eso infravalora la incidencia real de la pandemia. Por ejemplo, Madrid, por tener el triple de población, tendría que hacer el doble de pruebas para igualar al País Vasco», asevera Martínez de Tejada.

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«Otras zonas seguro que superan al País Vasco en incidencia, pero no realizan suficientes test»

Guillermo Martínez de Tejada | Microbiólogo

El lento ritmo de vacunación en Euskadi, así como la mayor prevalencia de la cepa sudafricana en Gipuzkoa, también ofrecen pistas sobre el porqué de la dureza de la cuarta ola en esta comunidad. Los expertos piden más secuenciaciones.

¿Y los vascos somos también más insolidarios? Aunque las llamadas de atención no están de más en alguna ocasión, Salud debe asumir que las conductas irresponsables de la ciudadanía, como las ocultaciones de datos a los rastreadores, «pasan aquí y en California... Y tampoco creo que esté ocurriendo mucho», zanja Bengoa.

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    Límites más altos para entrar en zona roja

A diferencia de otras comunidades, Euskadi no sigue los criterios del Ministerio de Sanidad para decretar que un municipio se encuentra en máximo riesgo de contagio. El umbral vasco está fijado en 400 casos de incidencia, mientras que la cota del Gobierno central es de 250. Según los expertos, se espera demasiado a aplicar las medidas de contención y, de ese modo, se constata una evidente falta de anticipación.

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    Los cierres municipales,en entredicho

Los cierres municipales, el sistema por el que ha apostado el Gobierno vasco para detener al virus, resultan eficaces cuando se trata de localidades dispersas o concretas. Cuando hay un flujo constante de población, como en el Gran Bilbao, esta medida reduce su efectividad. Además, en Euskadi son confinamientos parciales, ya que se permite el desplazamiento a localidades colindantes para hacer compras o deporte.

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    Interior de la hostelería abierto

El dictamen judicial que tumbó el decreto de Urkullu para cerrar la hostelería ha pasado factura. Sobre todo, porque permite mantener abierto el interior de los locales a pesar de las altas tasas de contagio. El cierre municipal solo permite dar desayunos y comidas, pero no ha resultado suficiente. «La consecuencia de estar con los interiores abiertos es que los hospitales están llenos», afirma Bengoa.

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    Semana Santa y las finales de Copa

Euskadi pudo ser más estricto en Semana Santa y no lo fue. La excesiva laxitud y la falta de previsión ante las aglomeraciones por la primera final de Copa son circunstancias que contribuyen al repunte de casos. Sin olvidarse de los encuentros en casas para ver el partido, tanto en la primera como en la segunda final. Situaciones en las que la ciudadanía se relajó y no siguió las medidas.

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    El avance de las nuevas variantes

La cepa inglesa ha sustituido al virus original en prácticamente todo el país. No se trata de una circunstancia que haya golpeado solo a Euskadi. Sin embargo, bajo la lupa está la sudafricana, con una alta prevalencia en Gipuzkoa, la provincia en peor situación. En concreto, en la zona del Bidasoa. Se desconoce si el 'efecto frontera' ha originado los casos o si un arrantzale de la zona pudo contagiarse en alguna travesía.

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    Carencias en el rastreo de los contactos

Euskadi cuenta con una de las tasas de trazabilidad más bajas. De más de la mitad de los contagios se desconoce su origen, mientras que en comunidades como Navarra o Galicia se identifica en el 70% de los casos. A la red de rastreo se le escapan muchos contactos estrechos que solo acuden a hacerse la prueba cuando sufren síntomas y que mientras tanto han tenido capacidad para transmitir la enfermedad.

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    Mayor volumen de pruebas, pese a ser alto

La actividad diagnóstica de Euskadi se mantiene como una de las más altas del país. Solo le supera Navarra. Sin embargo, los científicos afirman que se podría incrementar más integrando en la red a los laboratorios de los centros tecnológicos e implementado nuevas herramientas como los test de saliva, que Galicia ha comenzado a utilizar. «No se usan todas las capacidades que tenemos en Euskadi», lamenta Mayor.

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    Lento ritmo de arranque en la vacunación

Aunque el ritmo se ha acelerado en las últimas semanas, Euskadi se mantiene a la cola en vacunación. Los expertos insisten en la necesidad de priorizar primeras dosis a la población para lograr inmunizar al mayor número de personas posible, ya que con el primer pinchazo se logra ya un alto grado de inmunidad. La reserva estratégica de la que hace gala el Gobierno vasco sigue estando en el punto de mira.

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