«Para el VIH no hay cura ni vacuna»

El Día Mundial del Sida, que se conmemora cada 1 de diciembre desde 1988, pasó ayer de puntillas. Hay otra pandemia más urgente que centra todas las miradas y esfuerzos, pero eso no significa que la gran plaga que azotó el mundo a finales del siglo XX haya dejado de existir. Se mantiene viva aunque un tanto olvidada.

Por ese motivo, autoridades, organizaciones y expertos alzaron ayer la voz para que en estos tiempos no se olvide que el VIH sigue ahí y que es necesario promover medidas de prevención. Como recordó la Coordinadora Estatal de Sida (Cesida), la situación «inédita de estrés» en los sistemas autonómicos de salud por la actual pandemia ha mermado la atención sanitaria a los enfermos de VIH. «Si bien la covid pasará», el sida «seguirá a la espera de una vacuna».

Que el coronavirus «ha eclipsado otras enfermedades» es una realidad de la que también son conscientes las asociaciones guipuzcoanas Acasgi y Harri Beltza, que trabajan en la atención, prevención y sensibilización sobre el sida. Ambas organizaciones hicieron ayer un llamamiento a seguir sumando fuerzas «para sensibilizar y prevenir» el VIH.

El presidente de Harri Beltza, Joseba Errekalde, la representante de Acasgi, Paqui Lucha, y la diputada foral de Políticas Sociales, Maite Peña, analizaron en una reunión la situación que viven las personas afectadas por el VIH y su entorno en el contexto marcado por el Covid-19. Peña destacó la «imprescindible» labor que realizan tanto Harri Beltza como Acasgi en la lucha contra el sida, también en este contexto de pandemia, «siempre con capacidad de adaptación, a través de la atención, el apoyo psicosocial, el fomento de la prevención y la detección precoz».

El virus ya no es lo de antes o, por lo menos, sus consecuencias. Gracias al tratamiento antirretroviral, los enfermos tienen una supervivencia similar a la de la población general. Pero sigue existiendo. Los datos de los últimos años muestran una tendencia a la baja en el número de infectados, aunque, como subrayó Maite Peña, «la enfermedad sigue siendo parte de nuestra sociedad y por tanto, tenemos que seguir buscando respuestas y ofreciendo el apoyo necesario a las personas afectadas y a su entorno, a nivel sanitario y social».

Los representantes de Acasgi y Harri Beltza pidieron que el sida no sea un problema que se visualiza solamente el 1 de diciembre, y abogaron por profundizar en la sensibilización, en la concienciación y, sobre todo, en la prevención. «Se ha perdido el miedo a esta enfermedad, se ha invisibilizado, y ahora está eclipsada por el Covid-19, igual que otras muchas dolencias», insistieron.

Que sigue entre nosotros es algo que se constata día a día. Osakidetza atendió el año pasado con tratamientos antirretrovirales a más de 6.000 personas y en más de la mitad de los casos detectados en 2019 hubo un diagnóstico tardío, de manera que el sistema inmunitario estaba ya muy afectado.

En un comunicado, la consejera de Salud del Gobierno Vasco, Gotzone Sagardui, subrayó la importancia de hacerse la prueba de VIH en caso de haber mantenido relaciones de riesgo para detectar una posible infección a la mayor brevedad. Sagardui recordó que el preservativo es la barrera más eficaz frente al VIH y el conjunto de las infecciones de transmisión sexual.

Según los datos que facilitó ayer Osakidetza, el pasado año se hicieron 2.040 test rápidos del VIH dispensados en las farmacias de Euskadi, además de 405 autotest para hacer en casa. Se llevaron a cabo asimismo 96 pruebas en las consultas especializadas en VIH de Osakidetza y se distribuyeron 129.080 kits-jeringuillas en las farmacias y ONG.

En la rueda de prensa posterior a la reunión semanal del Consejo de Gobierno Vasco, su porta voz, Bingen Zupiria, recordó que el sida ha provocado la muerte de más de 25 millones de personas en el mundo, una cifra que deja claro que esta enfermedad es «una de las pandemias más graves de la historia de la humanidad, contra la que no se ha logrado tener una vacuna», dijo. Por ello, insistió en lanzar el mensaje de que la prevención es la «mejor barrera posible». «Es importante recordarlo en estas fechas en las que sufrimos los efectos de una pandemia contra la que la única arma es cuidarnos y cuidar a los demás», añadió.