Salud recluta a sanitarios jubilados ante la previsión de la llegada de más vacunas

La previsión en el suministro de vacunas anunciada es que en las próximas semanas se mantendrán al menos las 100.000 dosis semanales de las fórmulas de Pfizer, Moderna, Janssen y AstraZeneca gracias a la llegada a Euskadi de un total de 1.130.400 de inyectables hasta el 1 de julio. Si se agiliza la llegada de un mayor número de profilaxis y el ritmo actual de las entregas es superior al actual, tal y como está previsto, Osakidetza recurrirá al personal sanitario jubilado para administrar la vacuna contra el Covid.

Por el momento y en apenas 3 días, ya son cerca de 400 profesionales (300 médicos y 100 enfermeras) los que han respondido a la llamada que han lanzado desde los respectivos colegios profesionales de Gipuzkoa, un gesto que evidencia que no son pocos los que desean incorporarse de manera activa a la estrategia de vacunación para contribuir a frenar la pandemia generada por el coronavirus. Su ayuda será clave también para aumentar la capacidad de inoculación en la comunidad, que en estos momentos cuenta con 305.000 vascos que han recibido la pauta completa y otros 423.220, con al menos una dosis.

No es la primera vez que el Servicio Vasco de Salud se plantea una medida de este tipo. Lo hizo el pasado marzo, al comienzo de la pandemia, para reclutar personal, desde auxiliares administrativos a médicos, y así poder atender la creciente demanda asistencial que desencadenó la crisis sanitaria. Según explica Pilar Lecuona, presidenta del Colegio de Enfermería de Gipuzkoa (Coegi), «hace un año, en plena pandemia, hicimos un llamamiento y las enfermeras jubiladas, unas 900 del total de 5.400 en activo en Gipuzkoa, empezaron a llamar y reclutamos a 150».

En esta ocasión, la convocatoria para colaborar en la estrategia de vacunación ha tenido un seguimiento muy similar. «Abrimos las listas el otro día y en tan solo dos días ya se han apuntado unas cien enfermeras. De nuevo, sabemos dónde tenemos que estar además de que, en esta situación, a los enfermeros jubilados se les reconoce como parte de un equipo necesario para terminar de vacunar a la población. El jubilado tiene sus complicaciones a nivel de Seguridad Social pero aún y todo renuncian a su situación de jubilación por estar vacunando voluntariamente», destaca Lekuona. Así, médicos y enfermeros están dispuestos a volver a ponerse la bata y comenzar a inocular dosis si con eso se consigue lo antes posible la esperada inmunidad de rebaño.

Las buenas perspectivas de los abastecimientos para los meses de verano pintan un escenario esperanzador de cara a conseguir que 7 de cada 10 vascos estén protegidos para entonces. «Nos han dicho que vayamos preparando las listas para el verano porque es cuando se espera el gran lote de vacunas. La idea es empezar sin descanso a vacunar», remarca la presidenta de las enfermeras.

En Euskadi, la campaña de vacunación comenzó el 27 de diciembre de 2020. Aunque los primeros meses se caracterizaron por la llegada de los inyectables a cuentagotas, la incertidumbre de cuándo y cuántos llegarían, además de los problemas de producción de algunas vacunas, el flujo en las entregas no ha parado de crecer. Si en mayo la previsión era de 113.975 dosis a la semana, en junio se espera recibir un total de 141.925, lo que supone disponer de 27.950 dosis más para administrar a la población. «No se trata de una cuestión de capacidad, sino de disponibilidad», reiteró ayer la consejera de Salud, Gotzone Sagardui, tras el Consejo de Gobierno.

A día de hoy, el 40,1% de la población vasca mayor de 16 años tiene al menos una dosis. Esta semana, Osakidetza se centrará en la vacunación del colectivo de 60 a 69 años. En la medida que haya vacunas y espacios en la agenda se está convocando a las personas menores de 59 años puesto que el objetivo es cubrir todos los huecos de las agendas, «administrar hasta la última dosis», afirmó la consejera.