Salud refuerza la vacunación y el rastreo tras crecer un 50% el ritmo de expansión del virus

En ese crecimiento Gipuzkoa se sitúa a la cabeza, no solo de Euskadi sino de todo el Estado, en la tasa de incidencia acumulada, con 396 casos por 100.000 habitantes en 14 días. El territorio suma 1.300 nuevos positivos en la última semana. Esto significa, por una parte, confinamientos para que los infectados no expandan aún más el virus, y por otra parte, el aumento de las llamadas desde Osakidetza para contactar con los contactos estrechos y cortar de ese modo las cadenas de transmisión del virus.

Para asegurar la trazabilidad ante este significativo aumento de casos, el Servicio Vasco de Salud ha «aumentado los equipos de rastreo con una persona más en cada equipo», avanza Pilar Mendia, secretaria provincial del Sindicato de Enfermería en Gipuzkoa. Teniendo en cuenta que la «tendencia y previsión para los próximos días es que la incidencia del virus continúe creciendo», tal y como aseguran desde el Gobierno Vasco, Osakidetza «ha llamado esta semana a contratación de Salud para seguir aumentando la plantilla de los rastreadores».

También han reforzado desde el Servicio Vasco de Salud los equipos de vacunación contra el Covid-19. El temor a una infección en este nuevo avance del virus, la más que probable vacunación de los mayores de 60 años con dosis de refuerzo y la necesidad de que haya que tener que usar el pasaporte Covid-19, si Euskadi recibe el visto bueno del Tribunal Superior de Justicia del País Vasco, para acceder a establecimientos de ocio nocturno mientras la tasa de incidencia acumulada en Euskadi esté por encima de los 150 casos de tasa, ayer era de 232, augura un posible incremento de solicitud de citas para inmunizarse. Por ello, «en el frontón Atano III ya han aumentado un turno de vacunación y tendrán que abrir nuevos espacios, porque de otra manera en los centros de salud se vacunará a un ritmo más lento», considera Mendia.

Este probable incremento de las reservas para vacunarse no es todavía imperceptible en Osakidetza. «Todavía no hemos visto un incremento importante en las citas», señala una fuente del Servicio Vasco de Salud a este periódico. Sobre los plazos que maneja Osakidetza a día hoy para otorgar citas de inmunización «pueden ser variables de unos centros a otros por el diferente volumen de población pero los plazos para vacunación son cortos». Desde el Sindicato de Enfermería en Gipuzkoa confirman estas palabras pero añaden que «sí hay lugares en los que se está dando citas de vacunación a un mes vista. Por ejemplo, para los centros de salud de Ondarreta y Andoain».

En este proceso de vacunación de la población, vital para contener al virus y rebajar los cuadros de gravedad y las hospitalizaciones, Osakidetza tiene el foco puesto en repescar a las personas que no se han vacunado por el momento. «Estamos analizando la situación de los no vacunados para conocer los grupos que concentran menor tasa de vacunación. Se está seleccionando a las personas que tienen vacunación incompleta para completar su inmunización y se están valorando estrategias para intentar captar bolsas de población residual sin vacunar», señalan desde Salud a DV.

El objetivo de toda esta estrategia es lograr que los hospitales vascos no vean aumentada su ocupación por Covid-19 en planta y UCI. El miércoles ingresaron otras 26 personas en los hospitales públicos vascos por SARS-coV-2, la cifra más alta en los últimos 10 días, y había 114 pacientes en planta. En la críticos eran 30 los ingresados. En esta unidad del Hospital Universitario Donostia seguían siendo 11 los críticos activos por el patógeno y había otros 5 que fueron ingresados por el virus y ya son negativos. En Neumología eran 2 los pacientes ingresados «pero ya hay preparadas otras 8 camas más por lo que pueda pasar. El hospital se está preparando para una nueva ola de ingresos», avanza.

Ante esta vuelta a atrás en la situación epidemiológica, desde Satse tienen claro que «lo que hemos vivido tras la anulación de la emergencia sanitaria ha sido un espejismo». «A nivel físico y mental nos va a costar», señala Mendia, «ya que es volver a tener más sobrecargar de trabajo, que nos restan tanto derechos de conciliación como de permisos y licencias. La gente está muy cansada y no le vemos el final a este túnel».