Álava pide amparo legal para vetar a los trabajadores no vacunados en residencias

Los fármacos no protegen completamente del virus aunque reducen la posibilidad de desarrollar síntomas graves, algo que sigue siendo insuficiente para los más vulnerables como se observa con los últimos fallecimientos en Araba. Por eso, su responsable foral quiere que en el camino hacia la inmunización de rebaño se convierta en condición 'sine qua non' en los geriátricos porque, de momento, «la ley ni permite obligarles a la vacunación ni apartarles de sus condiciones laborales habituales», lo que aún mantiene sus puertas abiertas al coronavirus.

Y es que esta «medida de protección de la sociedad» no compete a la Diputación alavesa, que ahora alza la voz, o al Gobierno Vasco sino al Ejecutivo central que, como fijó hace una semana la ministra de Sanidad, Carolina Darias, no tienen esa opción sobre la mesa. Otros países de la UE como Italia, Francia y Grecia ya lo exigen para ciertos sectores y actividades.

La petición del amparo legal llegó el mismo día que Gipuzkoa elevó a veinte los casos activos en las residencias del territorio, después de que en las últimas horas las pruebas PCR arrojaran un nuevo positivo dentro de la residencia Santiago de Villabona. La Diputación Foral ha precisado que se trata de un usuario que ya cuenta con la pauta completa de la vacuna contra el Covid-19 y que no presentaba ningún síntoma previo a estar infectado. Por precaución y para evitar la propagación dentro de la residencia, la persona fue trasladada al Hospital de referencia en Eibar.

Precisamente en ese mismo lugar permanecen 12 de los 13 casos positivos que se contabilizaron durante el fin de semana, nueve en el centro Fraisoro de Zizurkil y cuatro en Petra Lekuona, Oiartzun. El otro usuario, que se encontraba ingresado en el hospital, continúa progresando bien y su evolución es favorable según el último parte médico. A ellos hay que sumar los dos reportados la semana pasada en el centro Inmaculada de Irun y cuatro en Aldakonea, en San Sebastián.

De momento, en el Departamento de Políticas Sociales impera la calma, se evita hablar de brotes y aseguran que se trata de «casos aislados». Un discurso similar al de la consejera de Salud, Gotzone Sagardui, que admitió que «afortunadamente hablamos de casos, no de brotes». La consejera recordó que los usuarios «también tiene su ámbito de socialización» tras flexibilizarse los protocolos de visitas. Pero subrayó que «siguen siendo las personas más vulnerables» y, por ello, se debe mantener «la máxima atención para protegerlas».