Ribera: «Se han retrasado las medidas en la lucha contra el cambio climático y los plazos nos han estallado»
Teresa Ribera, Ministra para la Transición Ecológica ·
La ministra Teresa Ribera, que participa mañana en 'Change the Change', defiende el plan estatal y confirma que la sintonía con Lakua en «máxima»Teresa Ribera (Madrid, 1969) acude por primera vez -y quizá última- a San Sebastián en calidad de ministra de Transición Ecológica. Ribera participará ... mañana en la apertura de la conferencia internacional sobre cambio climático 'Change the Change', cita a la que acudirá con el proyecto de ley sobre esta materia en pleno proceso de información pública tras recibir luz verde por parte del Gobierno hace escasamente dos semanas. Una nueva normativa que ha sido muy criticada por su contundencia, sobre todo, con los vehículos diésel. La ministra responde a los mensajes contrarios y argumenta que España necesitaba con urgencia tomar decisiones «y contrarrestar el miedo al cambio» que supone una medida de este calado.
- La cita de Donostia ha ganado en participantes y relevancia en las últimas semanas. Tanto es así que se han sumado finalmente el presidente Pedro Sánchez y el lehedakari Iñigo Urkullu a la conferencia. ¿Tanto nos jugamos?
- Que tanto el presidente del Gobierno como el lehendakari participasen en la conferencia pone de manifiesto hasta qué punto la agenda de cambio climático tiene relevancia política, económica y social. Nadie se puede despistar. Es más, a medida que se requiere que las actuaciones sectoriales sean compatibles con los objetivos, el hecho de que estén los jefes de gobierno tutelando, entendiendo, impulsando y apoyando es clave.
«El miedo paralizó medidas apuntadas ya en 2011 y ahora debemos ayudar a superar ese temor»
- ¿Esperan detallar y compartir algunas líneas o intenciones más avanzadas del anteproyecto de Ley de Cambio Climático aprobado hace 15 días?
- Desconozco todavía lo que van a contar ni el presidente ni el lehendakari, pero el interés de la conferencia no es tanto el que se produzca un intercambio de impresiones entre Gobierno Vasco y de España, sino en el hecho de que el conjunto de voces corales que van a participar de distintos ámbitos van a aportar en este tema.
- ¿Le ha resultado complicado en estos ocho meses convencer tanto a industria como a los ciudadanos de que las medidas de transición contra el cambio climático son indispensables?
- El ministerio que he tenido el privilegio de dirigir desde su concepción asume que su principal cometido es facilitar cambios. Normalmente ese cometido es difícil ya que existen inercias y miedos, y ayudar a vencer esos vicios no es fácil. Venimos de una época en la que las decisiones se habían retrasado por ese miedo. Siempre es mucho más sencillo actuar cuando uno tiene un plan y se anticipa que hacerlo cuando el calendario le estalla. Y a nosotros nos ha pasado lo segundo. Nos hemos encontrado con debates que están muy presentes en países de nuestro entorno, pero que aquí han estallado como si fuera una sorpresa y ha generado ruido. No se sometieron a debate público cuando tocaba y ahora ha dado un poco de angustia que vengan tan rápido.
- El proyecto es ambicioso, pero da la sensación de que España ha pasado un buen puñado de años sin actuar decididamente y algunas de las decisiones que hay que tomar ahora son excesivamente contundentes. ¿Comparte esa sensación? ¿Se ha trabajado a contrarreloj?
- Han sido unos meses muy intensos. Yo me fui de este Ministerio en diciembre de 2011 y había varias cuestiones que empezaban a estar apuntadas y encarriladas. Y desde entonces, por diversos motivos, -otras prioridades, la crisis o por lo que fuera- este tema quedó aparcado. Así sucedió en un momento que resultaba especialmente crítico para los países de nuestro entorno. Ahora, esa primera reacción por parte de algunos actores empresariales de dejar aparcada esta cuestión, por suerte, ya ha sido superada. Sobre todo los que están más expuestos a la actividad internacional se dan cuenta de que el aparcar o retrasar el proceso va en su perjuicio y que lo importante es acompañar ese proceso.
«¿Guerra al diésel? Esa es una definición infantil y nosotros estamos apoyando a la automoción»
- Una de las medidas del proyecto apunta directamente a las ciudades para que reduzcan sus emisiones de CO2. ¿Se solicitará a todas las ciudades españolas que elaboren cuanto antes protocolos sobre el tráfico para actuar en episodios concretos como ya hace Madrid?
- Una de las cuestiones que nos encontramos a la hora de elaborar el proyecto es que la timidez en las acciones de las administraciones superiores impedía que las ciudades pudieran avanzar más. Lo que hacemos ahora es activar esas posibilidades para que puedan actuar de una forma más sencilla. Hay una serie de medidas que se pueden adoptar en esas ciudades, como establecer zonas de bajas emisiones, lo que conlleva introducir restricciones al tráfico. No tiene ni pies ni cabeza que ahora los consistorios deban responder por un incumplimiento de los objetivos de calidad del aire y a su vez no tengan herramientas para poder garantizarla. Las ciudades son protagonistas esenciales en este cambio y merecen el respeto y acompañamiento de los que no podemos llegar a ese nivel de detalle, por ello recomendamos que las ciudades de más de 50.000 habitantes puedan implementar esos planes.
- Hablando de tráfico, de vehículos y de combustible. ¿Cree que este Gobierno será recordado como el que declaró la 'guerra al diésel'?
- Creo que eso son manifestaciones deliberadamente acrecentadas buscando un 'chivo expiatorio'. Me parece que hay una transformación profunda de los modelos de movilidad y eso no es una novedad para nadie. Hay una transformación profunda de los patrones tecnológicos de la oferta y demanda y eso tampoco es novedad. El compromiso de este Gobierno a la hora de acompañar toda la transformación de la industria es indiscutible y lo hemos dicho así desde el primer día. Por tanto, sacar de quicio y repetir una y otra vez un elemento que es anecdótico para poder decir que 'ella es la responsable de todos los males que se me vienen encima' con respecto a mi persona, es un poco infantil. Pero es lo que está ocurriendo. A la hora de la verdad, cuando más pábulo se da a esa anécdota, más difícil se hace ponerse manos a la obra para hacer las cosas bien. Decir una y otra vez que soy responsable de todo, primero es magnificar mi capacidad para hacer cosas, segundo me parece una irresponsabilidad ya que nuestra intención es la de ayudar en ese acompañamiento y que sea una historia de éxito. Pero entiendo que eso forma parte de las funciones públicas que cada uno ejerce.
«Los ayuntamientos deben implementar planes que garanticen la calidad del aire y la Ley lo posibilita»
- El anteproyecto no incluye expresamente ninguna prohibición a los vehículos de combustión a partir de 2050 como en principio sí que se planteó incluir. ¿Se ha dulcificado esa parte del objetivo?
- Dulcificado no, pero es así. Ahí hemos recogido toda la estrategia de la UE para impulsar la coherencia en las señales y las herramientas. Es imposible pensar en la descarbonización de la economía si no descarbonizamos la movilidad. Lo que decimos es que para 2040 los vehículos ligeros que se matriculen deberán emitir 0 gramos de CO2 por kilómetro recorrido. Hay neutralidad tecnológica ya que no sabemos si serán coches eléctricos, impulsados por hidrógeno o si se inventará un motor de combustión que sin emisiones. Lo desconocemos, pero consideramos fundamental que en todo contexto de transición sepamos dónde queremos ir.
- El Ejecutivo vasco fue uno de los que se mostró preocupado por la demonización del diésel como apuntó la consejera Arantxa Tapia. De hecho buena parte de la desaceleración del PIB se achaca a ese efecto en la industria de la automoción en la recta final del año. ¿Ha mantenido algún contacto más con la consejera tras la reunión del mes de noviembre?
- Yo entiendo perfectamente la relevancia que el sector de la automoción tiene en el PIB vasco. Lo entiendo tan perfectamente que pienso que lo más importante es arremangarse y ponerse a trabajar juntos para aprovechar las oportunidades y no quedarnos en la anécdota de la pelea. El 70% de la producción de nuestro país va a la exportación pero desde 2015 se viene produciendo un descenso importante en las cifras de ventas del diesel. En la balanza comercial es cierto que en el último trimestre la exportación de vehículos ha caído, pero creo que eso tiene poco que ver con lo que diga la ministra del ramo y tiene más que ver con la evolución de la demanda de nuestros consumidores más importantes que están fuera de nuestras fronteras y están reclamando ya otro producto. Es una alerta muy clara y no debemos confundirnos ni en el diagnóstico ni en las recetas que aplicamos. Por tanto, la receta no puede ser la de mirar para otro lado y sí la de facilitar la rápida adaptación de un sector tan importante para la economía como es el de la automoción. Creo que en esa cuestión la consejera está de acuerdo y lo entiende. Aquí las soluciones hay que plantearlas de forma constructiva pero de manera inteligente y en eso creo que la sintonía con Arantxa Tapia es máxima.
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Reivindicará el papel de la mujer en el 8M
La ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, afronta un calendario más que apretado esta semana que terminará cerrando en los actos del 8M que se celebrarán el viernes. Ribera no adelantó si participará en alguno de los eventos que tendrán lugar en la capital española, ya que a primera hora participará junto al resto de los ministros de Pedro Sánchez en el habitual Consejo de todos los viernes. Sin embargo, la ministra defiende que el 8M «es un día para reivindicar, con voluntad y acento constructivo, el papel que nos corresponde desempeñar a las mujeres».
En esa línea, en una entrevista en Radio Euskadi, Ribera criticó con dureza las propuestas del presidente del PP, Pablo Casado, sobre el aborto o la gestación subrogada. La ministra advirtió que tomar a las mujeres «por objeto de protección y cautela, o por objeto de producción, es una cosa ofensiva, como poco», en referencia a las manifestaciones de Casado en las que señaló que las mujeres, antes de abortar, deben saber «lo que llevan dentro: una vida autónoma» y sostenía que el aborto es libre en España en un embarazo de cinco meses.
«Aquí ninguna pensamos que podemos de ser objeto de regulación para parir niños para terceras personas, ni nos tienen que explicar lo que significa estar embarazada», aseguró. Ribera lamentó «que haya gente que quiera tener responsabilidades públicas» y, sin embargo, hagan «consideraciones sobre lo que debe ser el papel de la mujer» que «pensábamos que ya no formaban parte no de lo tolerable».
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