La niña asperger de 16 años que arenga a los poderosos en Davos
Viernes, 15 de febrero 2019, 07:49
Suecia vivió en 2018 el verano más caluroso en 262 años de registros oficiales. Los incendios devoraban los bosques cercanos al Ártico y los políticos ... convocaron elecciones al Parlamento para el 9 de septiembre. Greta Thunberg, 15 años entonces, alumna de 9º grado, coletas y gesto adusto, decidió que era el momento de decir 'basta'. El 20 de agosto, cambió las aulas por las puertas del Congreso sueco. Se sentó a la entrada con su pancarta: 'Huelga escolar por el cambio climático'. Su argumentario era contundente: «Si a los profesores no les importa mi futuro, a mí tampoco. Seguiré así hasta la jornada electoral, el 9 de septiembre». A pesar de algún rechazo inicial, los primeros en apoyarla fueron sus padres. Su madre es Malena Ernman, una conocida cantante de ópera que ha renunciado a su carrera internacional para no coger aviones, el medio más contaminante. Su padre, Svante, asegura que «Greta nos obligó a cambiar nuestras vidas». Ahora se dedica a leer libros y escribir artículos sobre medio ambiente.
Greta ya ha cumplido los 16, convertida en una celebridad mundial. Los Verdes suecos duplicaron sus votos (6%) subidos en su creciente estrella. Los impulsores de la última Cumbre del Clima de la ONU en Katowice (Polonia) se sintieron obligados a invitarla. Detrás le llegó el turno al Foro Económico de Davos, en enero. La niña sueca necesitó 32 horas de tren para llegar al balneario invernal suizo. Los ejecutivos fletaron 1.500 jets privados.
Su arenga fue de las que hacen época. Les advirtió de que la Tierra es un 'Titanic' que va hacia un iceberg que todos saben dónde está y, en vez de cambiar el rumbo, acelera hacia él. «Quiero que entréis en pánico y que actuéis como si nuestra casa estuviera en llamas. Porque es así», cerró su discurso. Greta Thunberg sufre el síndrome de Asperger. Focaliza su atención y lo ve todo «en blanco y negro». Las cosas se hacen o no se hacen. Un punto de vista necesario para evitar políticas evasivas. «No hay áreas grises cuando se trata de sobrevivir».
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