Las negligencias continuas y la irresponsabilidad mataron a los cinco viajeros del Titan
El informe final sobre el hundimiento afirma que OceanGate no estimó correctamente «la fuerza y durabilidad» del sumergible, que habría sufrido daños en inmersiones previas
El informe definitivo de la Guardia Costera de Estados Unidos sobre la implosión del sumergible Titan el 18 de junio de 2023, en la que ... murieron sus cinco ocupantes cuando se dirigían hacia el pecio del Titanic, concluye que el accidente fue «totalmente prevenible» y atribuye la causa principal a «un proceso inadecuado de ingeniería por parte de OceanGate», incumplimientos de protocolos de seguridad y fallos estructurales del casco de fibra de carbono que cedió bajo la presión extrema que soportaba el vehículo cuando se acercaba a los 3.800 metros de profundidad en el Atlántico Norte.
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La investigación, complementada por la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB), reconstruye el episodio ocurrido cuando el sumergible y perdió contacto menos de dos horas después de sumergirse hacia los restos del Titanic. Los ocupantes —entre ellos el fundador y piloto de OceanGate, Stockton Rush— murieron al instante en la implosión, que destruyó la nave en milisegundos.
El documento dado a conocer ahora, de 335 páginas, apunta que OceanGate «no determinó correctamente la resistencia del casco ni realizó pruebas de presión adecuadas», a pesar de que existían señales de delaminación en operaciones anteriores. Según los investigadores, el material compuesto de fibra de carbono empleado en el casco presentaba irregularidades y su durabilidad real era «inferior a la prevista». La empresa, que ofrecía visitas turísticas al pecio del famoso transatlántico el 14 de abril de 1912, «fracasó a la hora de determinar la fuerza y durabilidad real del Titan» Además, se detectaron «errores sistemáticos» en el análisis de los datos de control a bordo, que llevaron a proseguir las inmersiones con una estructura que ya estaba dañada, lo que agravó la fatiga del material hasta la implosión final.
Además, los técnicos de la NTSB afirman que OceanGate «ignoró las advertencias internas y externas» que cuestionaban la seguridad de su pequeño sumergible. Un ex empleado avisó a la dirección de los peligros relaciondos con el uso de materiales no certificados, pero fue despedido. El informe cita testimonios según los cuales Rush habría afirmado que «si la Guardia Costera se volviera un problema, compraría a un congresista», en referencia a evitar inspecciones federales.
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«Falta de responsabilidad técnica»
Los organismos estadounidenses que han participado en la elaboración de este informe coinciden en que la empresa operaba «fuera de las normas industriales establecidas». OceanGate —que cobraba 250.000 dólares por plaza— había eludido verificaciones externas bajo el argumento de que la innovación requería «asumir riesgos controlados». Para la Guardia Costera, esta actitud creó una «cultura de complacencia y falta de responsabilidad técnica».
OceanGate tampoco notificó oficialmente su expedición a los servicios de rescate. Aun así, la Guardia Costera coordinó un amplio operativo internacional con buques, aeronaves y robots submarinos que permitió hallar los restos del sumergible cuatro días después, a unos 3.800 metros de profundidad, dispersos cerca de la proa del Titanic. El organismo subraya que una comunicación inicial y protocolos actualizados «habrían permitido localizar los restos con mayor rapidez», aunque aclara que, por la rapidez del colapso estructural, era imposible la supervivencia de los ocupantes del batiscafo, Stockton Rush el empresario y aventurero británico Hamish Harding, el explorador francés Paul Henry Nargeolet –conocido como 'Mr. Titanic'–, el empresario paquistaní Shahzada Dawood y su hijo Suleman, de 19 años.
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El informe también critica el marco regulatorio existente, calificándolo de «insuficiente para los sumergibles privados de exploración profunda», y recomienda establecer nuevos estándares internacionales. La NTSB propone la creación de un grupo especializado que supervise el diseño, mantenimiento y certificación de vehículos presurizados de transporte humano.
La publicación del informe ha reabierto el debate sobre la seguridad de las expediciones privadas en aguas profundas y la necesidad de normas comunes. OceanGate cerró definitivamente sus operaciones en julio de 2023, mientras que las familias de las víctimas estudian emprender «acciones legales» contra los antiguos directivos por negligencia grave.
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