Llega a Euskadi la primera quedada de la «hermandad fálica»

Aunque su actividad pueda parecer controvertida, estos clubes privados han alzanzado un creciente éxito en capitales europeas como Londres, París o Copenhague. Por lo general, se exige una cuota de entrada y una mensualidad que suele variar en función del número de encuentros a los que se asista y que, en el caso de 'Pajas entre colegas', oscila entre los 10 y los 50 euros. También hay una cuota anual de 300 euros anuales que da acceso a todas las reuniones, servicios y ventajas del club. En la tienda online se venden artilugios y juguetes sexuales con descuento de 5 euros por el 'Black Friday'.

Los asistentes a este tipo de quedadas pueden liberarse de las restricciones sociales y compartir una experiencia íntima con otros. Según explican los promotores de la iniciativa, la práctica masturbatoria en grupo no está vinculada a la homosexualidad. De hecho, en los encuentros participan hombres de diversas orientaciones, incluso casados o con novia, que quieren explorar sus deseos en un entorno de respeto y consentimiento.

Pero los objetivos de los 'clubes de pajas' no se limitan a la mera satisfacción física. En estas reuniones se conoce gente y se crean lazos de amistad auténticos, ya que parten de la base de haber compartido un momento de máxima intimidad. Entre orgasmo y orgasmo hay tiempo para socializar y construir lo que ellos llaman «hermandad fálica». «¡Ven a correrte con nosotros!», es el mensaje que lanzan los convocantes de la cita de esta noche, que comenzará a las 21 horas en un lugar que solo se comunica a los socios. Para inscribirse, los interesados pueden encontrar información en la web del club, en el correo electrónico info@pajasentrecolegas.es, en sus cuentas de Instagram (@tdmpec) y X (pajas_colegas2) o en el Whatsapp 666838391. La membresía se puede activar en la puerta del evento y la entrada cuesta 12 euros. Solo quedan cuatro plazas libres.

Las normas de participación son sencillas y claras. Hay que ser hombre mayor de 18 años y acatar el código de conducta del club. No se discrimina a nadie por sus rasgos físicos, pero sí se exige a todos los asistentes que «se traten bien entre sí y respeten las reglas». No se permite el sexo oral o anal. «Nada va dentro de nada de nadie, no hay labios debajo de las caderas y hay que avisar en voz alta cuando vas a eyacular», advierten, al tiempo que explican que «las reuniones son para disfrutar de la masturbación abierta y la masturbación mutua con consentimiento y para hacer amigos». Un último consejo: el check-in se abre a las 20 horas; quien llegue después de las 21 horas no podrá entrar.