Borrar
El psicólogo Javier Urra, en una reciente visita a Donostia De la Hera

Javier Urra, psicólogo

«La búsqueda de la felicidad tiene mucho de anuncio comercial»

En su libro 'Inmadurez colectiva' describe una sociedad que «vende la necesidad de estar contento y feliz, con frases enlatadas»

Javier Guillenea

San Sebastián

Domingo, 7 de julio 2024

Comenta

El psicólogo Javier Urra ha publicado recientemente el libro 'Inmadurez colectiva', en el que sostiene que vivimos en «una sociedad infantilizada» a la que «le es difícil asumir a cada persona su responsabilidad y se tiende a diluir en el grupo». Urra sostiene que «una parte de la población está malcriada». «Muchas personas han sido niños a los que nunca se les ha dicho que no, a los que nunca se les ha exigido y claro, les cuesta ser maduros», asegura.

- ¿Se le ocurre alguna frase de autoayuda?

- Que la autoayuda no existe. Si una persona está ahogándose y se tira del pelo hacia arriba, se ahogará. Cuando una persona está depresiva requiere del apoyo de la familia, de los amigos y, desde luego, de profesionales. Los libros de autoayuda son un engañabobos.

- ¿Una persona puede ayudarse a sí misma?

- Lo puede hacer conociéndose mejor, volcándose en los demás, sabiendo qué se le puede pedir a la vida. Pero eso sí, puede ayudarse como cambio de carácter, de conducta.

- ¿Es obligatorio ser feliz en la vida?

- Yo creo que no. Lo que hay que buscar es el bienestar, que es distinto a la felicidad.

- ¿Qué es el bienestar?

- Es estar bien con la edad que tienes, en el trabajo o en las actividades de ocio. Es entender qué es la vida y adaptarte a ella. Lo de la búsqueda de la felicidad es muy angustioso, provoca ansiedad, porque la felicidad es efímera. Todos sabemos que vamos a morir o que la gente que más queremos va a morir y por lo tanto eso de estar bailando, tomando droga o montándote en un yate, no da la felicidad. El bienestar es algo mucho más existencial, tiene que ver con plantearse uno mismo qué estoy haciendo con mi vida, si merece la pena lo que estoy haciendo, si el último día de mi vida sabré contestar a la pregunta de para quién he vivido. Eso sí te da bienestar. ¿Qué necesidad hay de estar feliz? En la vida puedes estar aburrido, solo, acompañado o disgustarte, y eso no te debe quitar de ninguna manera el bienestar. La búsqueda de la felicidad tiene mucho de publicidad, de anuncio comercial.

- ¿Somos una sociedad inmadura?

- En occidente somos muy inmaduros. Hemos pasado de papá o mamá ,a los que les pedimos todo y son sobreprotectores, a un estado igual de sobreprotector, que te lo tiene que dar todo resuelto. Eso es un grave problema. Es una sociedad donde mucha gente no quiere crecer, y por eso en la portada del libro aparece Peter Pan. Mucha gente hoy es muy quejicosa, muy victimista, y señala los problemas pero no te dicen cómo resolverlos. Lo fundamental es cómo educar a un niño para hacerlo adulto y responsable. España es el país del mundo que consume en proporción de población más ansiolíticos y más antidepresivos. En España los chicos salen de casa de los padres con 30 años y seis meses. Tenemos a muchos jóvenes que están desilusionados y no piensan mucho en el futuro y si encima la sociedad se pasa el día diciéndoles que van a vivir peor que sus padres, acabamos martirizándoles.

- Usted dice que estamos infantilizados.

- Y es cierto que lo estamos. A las personas a las que les he regalado el libro les he puesto una dedicatoria que dice 'Hay muchos individuos informados, pero son escasos los que comprenden'. Yo voy muchas veces a medios de comunicación y me encuentro con gente que opina pero no sabe. Estamos en una sociedad de muchas personas que han sido niños a los que nunca se les ha dicho que no, a los que nunca se les ha exigido ni se les ha mostrado que se consigue todo con esfuerzo y claro, les cuesta ser maduros.

- ¿Estamos malcriados?

- Una parte de la población está muy malcriada sin entendemos por ello la sobreprotección. A un niño de 7 años hay que mandarle en julio a un campamento para que esté en la naturaleza, para que comparta con los demás, para que no tenga a sus padres cerca, para que conozca el poder de una tormenta en el medio natural. A un niño de 9 años hay que llevarle a un hospital de niños muy enfermos para que sepa que sufren y seguro que alguno va a morir, hay que llevarles a ver a la abuela que tiene alzhéimer y que no parece reconocerle pero que transmite de alguna manera que le quiere. Así es como madura un niño, no diciéndole que tiene que madurar.

- Hay plataformas en internet que seleccionan la música y las series que nos gustan o que deberían gustarnos. ¿No le parece que estamos manejados por un algoritmo que nos dice lo que nos conviene o no?

- Estoy de acuerdo con lo que dice. La inteligencia artificial no existe, empecemos por el principio. Lo que existe es la memoria computativa. La inteligencia es humana y es emocional, es la que valora la creatividad y la belleza, otra cosa es que para tener datos de un melanoma, trabajar con un 'big data' es genial porque te va a dar 500 millones de datos y el ser humano no tiene esa capacidad, pero la capacidad de crear es humana. Nosotros tenemos lenguaje, tenemos nostalgia y la capacidad de estar llorando por algo que nos hace sufrir y estar contentos porque estamos llorando. Tenemos conciencia y culpa. ¿Qué tiene que hacer la gente? Si yo me meto en Google porque me he comprado un coche y el algoritmo me empieza a sacar todo tipo de coches, ya sé que me está utilizando. Si me compro una revista de pesca y no he pescado en mi vida ni pienso pescar, eso no quita para que no quiera saber cosas sobre la pesca. La libertad es mucho más individual de lo que se dice, cada uno tiene que tener su propio criterio, debe ser libre para tomar sus propias decisiones.

- ¿A usted le insultan mucho en las redes?

- No lo sé.

- ¿No mira?

- No miro, no. Tampoco intento caer bien a todo el mundo. Si el insulto viene de una persona muy maleducada, no merece la pena que le responda y por lo tanto tema resuelto. Si algún día hablo de transexualidad y a alguien no le gusta lo que digo, le contesto y le digo exactamente en qué me baso, por qué lo he dicho, en qué he podido expresarme mal o qué ha podido interpretar él mal. Yo valoro muchísimo a cualquier persona que se ponga en contacto conmigo, pero la gente que insulta es muy cobarde y creo que no merece la pena.

- Se lo pregunto por esa nueva categoría social que ha surgido, la de los ofendidos.

- Ah sí, esta es una sociedad de ofendiditos, con la piel muy fina. Habrá gente que se ofenda con razón, pero tampoco se puede ir por la vida siendo víctima porque eliges serlo para ser cuidado por los demás. Los que trabajamos con niños con cáncer o que han sido abusados sexualmente sabemos a qué tenemos que dedicar el tiempo. Si alguien que se molesta porque he dicho una frase que no le gusta, pues qué quiere que le diga, que deje de molestarse, que la vida es la que es y no siempre va a escuchar lo que te gustaría escuchar.

- ¿Se le ocurre alguna frase de autoayuda para esas personas ofendidas?

- ¿Merezco la pena?

- Una frase breve y concisa.

- Hay que hacer cosas por los demás, hay que comprometerse.

«Lo de los niños mirando móviles es un sarampión social»

Javier Urra es un asiduo de San Sebastián, ciudad a la que viene cada vez que puede y en la que desde hace años dirige un curso de verano de la UPV/EHU. El de esta edición, que se celebrará los días 22 y 23 de agosto, se titulará 'Las relaciones emocionales, en la era digital'.

- Soy un enamorado de San Sebastián. He veraneado ahí desde que era niño. Después de mi primer infarto me fui al hotel Niza y empecé a caminar por La Concha y Ondarreta hasta que me recuperé. Tengo en Donostia los cursos de verano, luego bajo a comer con la gente a La Perla, subo a Igueldo para recordar mi infancia y los ponis… ¿Qué más le puedo pedir a la vida? ¿Se ha fijado que San Sebastián es como una madre?

- Pues no lo había pensado.

- Fíjese. Póngase desde La Perla y mire la bahía. Verá que es como dos brazos abiertos.

- ¿Usted se aburría de niño?

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

diariovasco «La búsqueda de la felicidad tiene mucho de anuncio comercial»

«La búsqueda de la felicidad tiene mucho de anuncio comercial»