Los 'hippies' de la sierra riojana se quedan, de momento

Han pasado ya dos semanas de los primeros asentamientos de la Familia Arcoíris en el valle del Portilla. Un asunto que no ha dejado indiferente a nadie, tanto dentro como fuera de la comunidad. Se ha dicho de todo sobre ellos. Que practican sexo al aire libre, que se ha encontrado un cargamento de viagra en el campamento, que van todo el día desnudos, que hacen rituales alrededor de un 'fuego sagrado'... Afirmaciones que, según vecinos de las localidades colindantes de las 7 Villas, distan mucho de la realidad. «Es gente afable, educada y que cuida al máximo el medio ambiente. Las cosas se están exagerando mucho y no es más que un grupo de personas que se ha congregado para celebrar el ciclo lunar», asegura un montañero que fue de los primeros en avistar el campamento 'hippie'.

Una opinión compartida por el alcalde de Mansilla de La Sierra, José Manuel Ballesteros, que afirma que «los ganaderos y pastores que se han encontrado con ellos estos días solo tienen palabras buenas para los 'hippies'. Les ofrecen comida y agua cuando pasan por el valle, son muy educados».

La Familia Arcoíris ha aterrizado en La Rioja para celebrar el ciclo lunar. 29 días en los que, aunque pueda parecer lo contrario, estos nómadas suelen salir con asiduidad de su campamento improvisado. «Solemos verlos por el pueblo, bajan a comer y a comprar», relata José Manuel Ballesteros. Y, a pesar de que está totalmente en contra de las acampadas ilegales y del encendido de hogueras en el campo (prácticas que ya han sido propuestas para sanción), el alcalde de Mansilla de La Sierra considera que «la llegada de los 'hippies' ha servido para que mucha gente de España conozca nuestro precioso entorno». Siempre hay que sacar el lado bueno de las cosas.

La estancia de los 'hippies' se prevé que será corta, pero no tanto como se esperaba. Puede que abandonen la sierra riojana hacia «algún lugar del sur del país» entre el 14 y 15 de junio, cuando finalice el ciclo lunar. O bien, existe la posibilidad de un desalojo repentino si los propietarios de los terrenos ocupados del valle del Portilla denuncian tal ocupación. Algo que, hasta ahora, no se ha producido.

Ni la lluvia ni el granizo ni la Guardia Civil podrán mover, de momento, a estos inusuales inquilinos de la sierra riojana.