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Drew Goodall practica en su despacho con el betún y el cepillo para no perder facultades. R. C.

Una estrella a la altura del betún

Una mala crítica llevó al actor Drew Goodall a la indigencia. Empezó a lustrar zapatos y hoy su empresa de limpiabotas triunfa en Londres: solo ficha a 'homeless' y discapacitados

Lunes, 6 de enero 2020, 12:09

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Una vez, el gran James Brown se bajó de un autobús en la localidad de Roanoke, en el estado de Virginia (EE UU), y se ... acercó a estrechar las manos de los oriundos que le contemplaban extasiados a la puerta de una barbería, junto al teatro en el que iba a actuar. Entre ellos, un chavalillo al que miró fijamente. Le dijo: «Tú debes ser el negro de las botas». Y pese a que sus zapatos brillaban más que el sol se sentó ante el chico y le pidió que volviera a limpiárselos. Mientras le entregaba un billete de 5 dólares le confesó que él también había empezado limpiando zapatos en su ciudad natal: «Es una profesión honorable, un buen trabajo. Solo tienes que pensar, ¿qué más quieres hacer con tu vida?». Tras aquella primera etapa de limpiabotas, Brown vivió otra ligada al delito y la cárcel... hasta que se convirtió en el padrino del funk.

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