El conflicto en la concertada se agudiza con reproches entre sindicatos y patronal

Con las de este miércoles y este jueves son 24 las jornadas de huelga que han tenido lugar este curso en la educación concertada. Las centrales tienen previsto seguir con sus reivindicaciones, aunque en principio no sería un nuevo paro sino otro tipo de movilización final, porque quieren concluir el periodo lectivo de una manera visible, ante la falta de avances. Así lo apuntó este miércoles el responsable de Steilas en la mesa negociadora Sabin Arrizabalaga. Antes de esa movilización final realizarán una nueva marcha el próximo 23 de mayo.

Tampoco, una vez más, hubo acuerdo en el seguimiento del paro de este miércoles. Mientras los convocantes, ELA, Steilas, CC OO, LAB y UGT, estimaban que había sido «muy amplio» del 60%, Kristau Eskola, la patronal mayoritaria, con datos más concretos, lo situaban en el 19%, y por territorios el 26% en Bizkaia y el 12% en Gipuzkoa y Álava.

A los sindicatos no gustaron nada las declaraciones que a primera hora del día realizó el director general de Kristau Eskola, Mikel Ormazabal, que destacó la voluntad negociadora de los involucrados pero acusaba a las centrales de seguir «reivindicando condiciones que exceden el marco normativo de la red concertada» y cuya aplicación impediría «la sostenibilidad y viabilidad de los centros», además de abogar una vez más por que «el conflicto no se traslade a las aulas».

Pero lo que realmente molestó a las centrales fue que Ormazabal aireara que habían mantenido en abril, -después de los cuatro días de huelga-, distintas reuniones con agentes sociales, políticos y «con el sindicato mayoritario» con el fin de llegar a un acuerdo. Además, la patronal difundió entre los centros una propuesta realizada en solitario por esa central, ELA, durante dichas conversaciones.

«Lamentablemente, una vez más la patronal ha actuado con mala fe y en la víspera de las huelgas de mayo ha difundido en los centros una propuesta que ni siquiera había hecho llegar a todos los sindicatos, sin haber recibido respuesta de ninguno de ellos. A la vista del tipo de propuestas, es evidente que se ha movido únicamente con ánimo de desactivar las movilizaciones y huelgas sin responder a las reivindicaciones laborales, buscando más sembrar la confusión y la división entre trabajadoras, delegados y sindicados, y no tanto el acuerdo», comentó Zubizarreta, que criticó la maniobra de Ormazabal por «faltar a la buena fe en la negociación», tras difundir la propuesta entre los centros sin que antes se hubiera compartido entre el resto de sindicatos.

El portavoz de Steilas mantuvo una postura similar: «Es algo que no nos sorprende porque conocemos las dinámicas de Kristau Eskola. Hacer pública su postura antes de hacérsela llegar al resto de los sindicatos es una maniobra, una más, para buscar la división sindical, algo que no va a conseguir puesto que los demás sindicatos ya sabíamos de las reuniones porque la propia ELA nos lo había comunicado previamente».

De «sucia artimaña para no resolver el conflicto» calificó el representante de CC OO, Javier Legarreta, el movimiento de Kristau Eskola. Considera que «lo único que hace es mostrar su voluntad de embarrar el campo de juego. Si se mantiene esta huelga es porque la patronal quiere».

Respecto a las reivindicaciones, en la reunión con ELA se habló de alguna variación en cuanto a salarios, pero los sindicatos entienden que Kristau Eskola no tiene realmente intención de avanzar porque «sigue vinculando los salarios a la financiación pública y establece un sistema que hurtaría la posibilidad de negociarlos».

Las centrales aseguran que «tras las huelgas de abril hemos mostrado una clara intención por encauzar el conflicto, acercar posturas y buscar acuerdos».