Selectividad
Diez años después, dos médicos y una funcionariaHace una década pasaron por los nervios que desde hoy tienen 4.379 guipuzcoanos que se enfrentan a Selectividad. Los mejores expedientes de 2013 dicen estar «felices» por cómo les ha ido la vida
Han pasado diez años desde que consiguieron las mejores notas de Gipuzkoa en Selectividad. Maialen González (9,63), Sara Ibarzabal (9,54) e Iker Muñagorri ( ... 9,51) dicen no tener un mal recuerdo del que fue su primer examen más importante, aunque todos pasaron «nervios». Una inquietud similar a la que sentirán desde esta mañana los 4.379 guipuzcoanos –13.800 en Euskadi– que realizan las pruebas de acceso a la universidad (EAU).
En junio 2013, Maialen, Sara e Iker celebraron su notas con este periódico y relataron cuáles eran sus deseos para el futuro. Hoy, diez años después, están «felices» por cómo les ha ido la vida, en la que el esfuerzo ha estado siempre presente. Desde entonces han tenido que hacer muchas pruebas, algunas bastante más exigentes. Maialen e Iker han pasado por el MIR que les abrió las puertas a la especialidad que querían: neurología y oncología. Por su parte, Sara acaba de sacar una plaza como funcionaria de la Diputación de Gipuzkoa. En estos diez años han tenido que trabajar duro. Para los tres el tiempo «ha pasado volando», y declaran que a su 'yo' de hace una década le dirían que «merece la pena».
-
Nota: 9.63
Maialen González Residente de Neurología en Madrid«Mi aspiración es trabajar en un sitio en el que esté a gusto»
Está acostumbrada a sacar buenas notas, siempre ha estudiado «mucho» y a su espectacular nota de Selectividad añadió seis años después el puesto número 38 en el MIR de 2020. «Voy a agradecer no tener que volver a hacer exámenes de este tipo», dice con una sonrisa. «Estuve muy tranquila para ambos exámenes, pero la presión era mayor con el MIR, iba bien preparada en los dos casos». Ahora estudia Neurología en el Hospital 12 de Octubre de Madrid. «Era mi primera opción, aunque la Medicina Interna también me tentaba porque las dos especialidades abordan campos muy amplios de la medicina. Te ponen retos constantemente que debes solucionar».
Está haciendo el tercer año de cuatro de su especialidad. Le atrae que «es un campo muy amplio. Nunca dejas de estudiar, es infinito», sostiene, y añade que además «es de estar con el paciente. De tener que pasar tiempo con ellos, de explorarles y de escucharles, y eso me gusta mucho. Es algo menos técnico pero me gusta», repite convencida.
Noticia Relacionada
Los dobles grados tienen las notas de corte más altas
Cuando termine su residencia hará «lo que la vida me depare», asume sin preocupación. «No tengo ni idea. Me gustaría, obviamente, dedicarme a esto, pero ¿dónde? No lo sé. Cuando vayan saliendo las plazas iremos viendo cómo me voy organizando».
Tiene claro que prefiere la parte asistencial «pero no me cierro a nada». «No tengo grandes aspiraciones para el futuro: trabajar en lo que me gusta, en un sitio en el que esté a gusto. Estar bien, que es como estoy ahora, a mí me vale. Eso es lo que le pido a los próximos años».
De su paso por Madrid lo peor fue encontrar piso. «Es un horror, todo lo que te cuenten es poco». También le fue «duro» adaptarse a la vida allí. «Noté mucho el cambio, hacerme mis círculos. Afortunadamente, ya estoy bien instalada. Pero me costó».
-
Nota: 9.54
Sara Ibarzabal Técnico en Iraurgi Berritzen«Dejé mi primera carrera, no me llenaba. Ahora estoy feliz»
Empezó 'Lenguas modernas y gestión' nada más terminar el Bachillerato pero no era lo suyo. «Lo dejé a los dos años por Administración y Dirección de Empresas más Internacional Management Skills. La primera elección no me completaba al 100%, y eso que iba bien. Opté por cambiar de rumbo. Estoy muy contenta con la decisión tomada», cuenta Sara Ibarzabal desde su nuevo puesto de técnico de empresa en Iraurgi Berritzen, la agencia de desarrollo e innovación de Urola Erdia. «Acabo de sacar la plaza y he empezado hace un par de días», dice casi sorprendida de todo lo que ha conseguido en diez años.
Empezar una segunda carrera con dos años de diferencia con respecto a sus compañeros de universidad le hizo ver que iba a clase con otra perspectiva. «He tenido grandes compañeros, pero es cierto que yo iba más centrada en sacar la carrera. Me identificaba más con las salidas que me permitía esta segunda opción».
El último año de grado lo pasó en Copenhague de Erasmus y luego empezó a trabajar en el sector privado. «Decidí empezar a estudiar para opositar. No me fue mal. Primero me incorporé a bolsas de trabajo y tras dos años como temporal de técnico de empleo he sacado la plaza».
Lejos de acomodarse, sus planes son seguir aprendiendo. «Me gustan los retos y me gusta aprender. Quiero hacer idiomas y muchas más cosas que he tenido que ir posponiendo».
-
Nota: 9.51
Iker Muñagorri Residente de oncología hospitalaria en Onkologikoa«Han sido años de renuncias que han merecido la pena»
Iker Muñagorri tenía claro cuando se preparaba para Selectividad que quería ser médico. Ahora realiza su residencia en la especialidad de oncología en Onkologikoa, en Donostia, donde afirma estar contento. «Elegí bien», sostiene. «Es una especialidad dura pero muy completa. La medicina tiene muchas vertientes, la oncología puede parecer una especialidad dura, que lo es, es extrema, pero tiene mucha proyección a futuro». Le gusta el trato con el paciente, conocer más allá de sus dolencias y su especialidad le permite abordarlo de una manera amplia. «Me gusta la posibilidad de ver al paciente como un todo, no solo una parte de él. Conocer, además de cuál es su situación física, su realidad social, abordar la situación también con la familia, los factores ambientales, expectativas que tienen».
Empezó en 2020 la residencia de cinco años y cuando acabe cree que tendrá «muchas opciones». Y no descarta ninguna. «Me gusta el apartado investigacional, conocer el trato directo con los pacientes y preguntarme qué puedo hacer para mejorar su calidad de vida. Pero también seguir haciendo asistencia, e ir al extranjero para ver otras formas de trabajar». Le interesa, además, todo lo que esté relacionado con la comunicación de su especialidad. «Me gusta y me veo cómodo».
En los últimos años sus estudios le han absorbido todo el tiempo. «Han sido años de renuncias y esfuerzos», resume, donde siempre ha sacado tiempo para uno de sus hobbies, la música. «Toco la guitarra y el bajo, es algo que siempre me ha liberado». Uno de los momentos más intensos fue la preparación del MIR. «Es otra prueba de fuego y de estrés, es otra Selectividad. Aprendes mucho de medicina y repasas conceptos que al principio ves de una manera y los interpretas con otra madurez. No es la prueba idónea. No te define como médico, o al menos no el médico que vas a ser en el futuro. Sirve para competir».
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión