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La escuela Zumadi de Amezketa ha retrasado una semana el comienzo de curso tras el positivo de un profesor. Iñigo Royo

El primer contratiempo de la vuelta al cole

El positivo de un profesor del centro Zumadi pospone una semana el regreso a las aulas en la localidad. La noticia «cae como un jarro de agua fría» entre las familias

Macarena Tejada

San Sebastián

Lunes, 7 de septiembre 2020, 05:49

No ha hecho falta abrir las puertas de los centros escolares, que hoy recuperan el bullicio habitual de los inicios de septiembre después de casi seis meses sin docencia entre el confinamiento y las vacaciones de verano, para que haya que adoptar ya la primera medida drástica ante el coronavirus. Los alumnos y alumnas del centro Zumadi de Amezketa deberán esperar hasta el 14 de este mes -el próximo lunes- para estrenar el curso después de que un profesor del centro haya dado positivo y todo el claustro permanezca en cuarentena hasta el viernes, una semana después de haberse sometido a una PCR . Educación optó ayer por retrasar una semana la vuelta a las aulas en este municipio guipuzcoano. Este primer sobresalto, cuando todavía siquiera han empezado las clases, pronostica un otoño lleno de contratiempos por el impacto que tendrá la pandemia en la actividad educativa.

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Todo el claustro permanece en cuarentena tras haberse realizado la PCR por haber tenido contacto con el afectado

El caso de Amezketa despeja la incertidumbre: la pandemia afectará al desarrollo del curso. Será, como ya se ha demostrado con este precedente, una docencia interrumpida por los aislamientos y las cuarentenas cuando salte un caso positivo en el centro. Las familias llegan a este arranque llenas de dudas. Ayer, en Amezketa, se resumían muchas de ellas. Sin quererlo, el municipio se ha convertido en el laboratorio de lo que les esperará a muchos hogares en próximos días o semanas: cómo encajar todas las piezas del puzzle del trabajo, la familia y la posibilidad del aislamiento en casa. La noticia del aplazamiento del comienzo del curso ha caído como «como un jarro de agua fría» en esta localidad de Tolosaldea. No solo entre los padres de alumnos de la escuela Zumadi, también entre los propios niños, ansiosos la mayoría por reunirse con sus compañeros después de seis meses de pandemia.

Es el primer caso de un centro escolar de Gipuzkoa que haya tenido que cerrar o atrasar la apertura por un positivo

Los hijos de Pilar Mendoza, de 5 y 6 años, jugaban ayer en el parque del pueblo mientras su madre leía. Salir a la calle es la única forma que tienen de socializar con sus amigos de siempre, de verles y charlar ahora que van a tener que esperar una semana más para encontrarse con ellos en clase. Pilar recibió un correo electrónico de la escuela hace un par de días. La dirección mandó una carta a todas las familias en la que explicaba «que la vuelta iba a tener que retrasarse». Tras el primer positivo de un docente, se había procedido al aislamiento de todo el claustro. En un segundo email concretaron más: como pronto, el curso empezará el próximo lunes.

Ayuda «indispensable»

Tanto Pilar como su marido trabajan, por lo que esta semana va a resultar «indispensable» la ayuda de los abuelos y la tía de los niños, que a menudo se hacen cargo de los peques cuando sus padres están ocupados. «Si no fuera por ellos, no sabríamos qué hacer», admite Pilar, que añade que «un parón a mitad de curso nos va a trastocar más que empezar más tarde». A lo que realmente teme esta familia es a las cuarentenas por haber estado en contacto con un positivo en clase. «Queremos empezar y coger ritmo, aunque va a ser muy difícil».

Que los niños han sido «los más perjudicados» en esta crisis sanitaria es algo en lo que coinciden la mayoría de los vecinos de Amezketa, si no todos. Iosu Fernández, que tiene dos hijos que van a la escuela Zumadi, es uno de ellos. Los 'txikis', explica, «necesitan relacionarse, ver a sus compañeros y sus profesores... No pueden estar en casa metidos todo el día». En un municipio como Amezketa, con menos de un millar de habitantes, «es fácil encontrarse en la plaza, pero no podemos comparar esto a acudir a las aulas y seguir aprendiendo», matiza. Su hija de 6 años está aprendiendo a leer ahora.

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Este amezketarra pide ser prudentes. «Si damos positivo tenemos que quedarnos en casa, no juntarnos con otras personas para que ellos también tengan que hacer cuarentena», defiende. Admite que es un tema «delicado», pero pide «responsabilidad individual a toda la población» para que este tipo de situaciones «no se repitan» o, al menos, se minimicen cuanto se pueda.

De la misma opinión es Camila Estupiñán. Este año se ha mudado junto a su familia a Amezketa y su hija de 9 años se estrena este curso en Zumadi. «Tiene muchas ganas de empezar. Cuando le dije que iba a tener que esperar otra semana se apenó», explica mientras le da la merienda. También tiene un bebé que este año desea matricular en la guardería, pero va a esperar cómo evoluciona la pandemia antes de inscribirle. «Quiero evitar los contratiempos. Mientras encuentro trabajo puedo dedicarme a él», añade.

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Quienes también tienen «unas ganas infinitas» de volver a clase son los hijos de Jaione Mujika, sobre todo la niña, de 6 años, que «se lo pasa en grande» en la escuela. Estos meses ella está de baja, por lo que no le supone un esfuerzo adicional quedarse en casa con los peques hasta que el próximo lunes puedan ir a clase. En cualquier caso, insiste, «a quienes más perjudica esto es a los chavales». Ya estaban mentalizados. Ahora, «no les queda otra que aceptar la realidad y esperar. Esperemos que solo sea una semana y no se alarga más, porque ya venimos de seis meses así».

Jaione se lamenta de lo que «nos ha tocado vivir» por el Covid, pero no quiere hacerse «mala sangre». A fin de cuentas, argumenta, «hoy, con más de medio millar de casos por día, es casi imposible que el virus no te toque de cerca. Cualquiera se puede contagiar. Ahora ha sido un profesor, pero mañana puede ser un alumno o un familiar».

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Las frases

Pilar Mendoza | Madre

«Esto nos trastoca, pero es peor un parón a mitad de curso. Queremos que empiecen y cojan ritmo»

Iosu Fernández | Padre

«Necesitamos más responsabilidad individual para evitar situaciones como esta»

Camila Estupiñán | Madre

«Mi hija tiene ganas de empezar. Cuando le dije que había que esperar otra semana se apenó»

Jaione Mujika | Madre

«A quienes más perjudica el retraso es a los chavales. Esperemos que solo sea una semana y no más»

Gestión de los casos

  • Síntomas. No deben acudir al centro educativo aquellas personas que tengan síntomas así como las que se encuentren en aislamiento por diagnóstico o en cuarentena por estrecho contacto con alguna persona contagiada.

  • Protocolo. Las personas que presenten sintomatología se dirigirán a una sala de aislamiento dentro del colegio. Desde la dirección del centro o la persona responsable en el centro de prevención Covid-19 se contactará con la familia para dirigir al alumno a su domicilio. La familia se pondrá en contacto con su centro de salud para seguir indicaciones. La persona afectada se considera caso sospechoso y deberá permanecer aislado en su domicilio hasta disponer de los resultados de la prueba diagnóstica. Hasta entonces no se indicará ninguna acción sobre los contactos estrechos y la actividad docente continuará de forma normal.

  • Si se confirma el caso. Si el caso pertenece a un grupo de convivencia estable, se considerarán contactos estrechos a todas las personas pertenecientes al grupo, y deberán guardar cuarentena en casa tanto ellos como sus padres. Si no pertenece a un grupo de convivencia estable, se realizará la identificación de los contactos estrechos en el centro. Una vez estudiados los contactos y establecidas las medidas de cuarentena para los contactos estrechos, las actividades docentes continuarán de forma normal, extremando las medidas de precaución y realizando una vigilancia pasiva. Si hubiera algún otro caso en otro aula, se seguirán las indicaciones de Salud Pública. Los casos pueden estar relacionados o no y en función del análisis de los contactos estrechos se determinarán las medidas a seguir.

  • Aparece más de un caso. Se considera brote la agrupación de tres o más casos con infección activa en los que se ha establecido un vínculo epidemiológico. Se califican como brotes controlados o casos esporádicos si las cadenas de transmisión están bien definidas; se indicarán actuaciones de control específicas con aislamiento de los casos e identificación y cuarentena de cada grupo o aula independiente. Son brotes complejos o transmisión comunitaria esporádica si las cadenas no se pueden identificar con facilidad o parecen diversas ramificaciones, con más de una generación de casos, en varios grupos o aulas; se estudiará la relación entre los casos y se valorará la adopción de medidas adicionales como la ampliación del grupo que debe guardar cuarentena, cierre de aulas o líneas. En el supuesto de una transmisión comunitaria no controlada en el centro con un número elevado de casos, el Servicio de Salud Pública realizará una evaluación de riesgo para considerar la necesidad de aumentar las medidas a adoptar, valorando en última instancia el cierre temporal de un área.

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