Malestar en las familias y los colegios por la adjudicación de plazas para el curso 23-24

La confederación de Ikastolas convocó este miércoles de manera urgente a los directores de sus más de 60 centros a una reunión por la tarde para decidir qué pasos dar ante la situación creada con la nueva normativa de matriculación. El encuentro se prolongó durante tres horas y las ikastolas harán este jueves por la mañana una valoración. Sobre la mesa, en la reunión trataron las quejas de familias que no han obtenido plaza en el centro deseado y quejas, también, de ikastolas que deben dejar plazas libres para ajustarse a su índice de vulnerabilidad. Este es el caso de las ikastolas de Zarautz, Salbatore Mitxelena, y Oñati, Txantxiku Ikastola, que tienen prematriculados a más estudiantes de lo que tienen planificado y deben rechazar alumnado en espera de que en un futuro, les lleguen o no, estudiantes durante el curso para lo que se llama matrícula viva.

En Ikastolen Elkartea piden que se clarifique en base a qué se ha otorgado un porcentaje de vulnerabilidad a una zona u otra. Se lamentan de falta de claridad en el proceso de selección de los alumnos y en la decisión desde el departamento vasco de Educación del reparto de alumnos en el inicio de su vida escolar.

Fuentes de Ikastolen Elkartea han asegurado a este periódico que analizarán todos los datos y decidir qué camino tomar, donde «no se descarta ninguna opción».

En el caso de la red pública, Ehige, la confederación de asociaciones de padres y madres de colegios públicos, han hecho un llamamiento a las familias cuyos hijos no hayan sido aceptados en su primera opción de centro público y les hayan asignado otro centro distinto a que presenten una reclamación. Tienen de plazo hasta el martes y se puede realizar a través de la plataforma Ikasgunea o en el centro educativo elegido. Además, advierten que la Semana Santa está a la vuelta de la esquina y que los centros educativos cierran por vacaciones este mismo viernes.

«Nos consta que hay colegios que tienen plazas libres y aún así se ha baremado para enviarles a su segunda opción», comenta Lurdes Imaz, su coordinadora. «No entendemos por qué se barema cuando hay plazas libres, y menos por qué se deriva habiendo sido la primera elección de sus familias». Desde Ehige piden también conocer cómo se han calculado las índices de vulnerabilidad que se han aplicado a cada área de influencia y al que tienen que ajustarse todos los centros educativos, sin importar la red a la que pertenezcan. «No sabemos en qué se han basado para otorgar un porcentaje u otro», dice Imaz, que a su vez exige que haya «más transparencia». Asimismo, expone que la confederación que representa participa en «órganos de decisión», donde se ha solicitado información «y no nos facilitan los datos». Y lamenta que «así no podemos tener un control y hacer un seguimiento de cómo se está trabajando desde el departamento».

Los cambios en la normativa de matriculación vienen dados por el Decreto de admisión de alumnado 132/2022 y la Orden correspondiente del 21 de diciembre de 2022. Uno de sus objetivos es poner fin a la segregación con la aplicación de un índice de vulnerabilidad que obliga a los centros financiados con fondos públicos a ajustarse a él y reservar plazas para alumnado vulnerable.

Los principales cambios se han dado para los alumnos que se inician en la vida escolar, aula de dos años, y se irán aplicando según vayan subiendo de cursos. Para este nuevo sistema se han modificado y ampliado las áreas de influencia para garantizar una mayor diversidad del alumnado y lograr así una mayor equidad a la hora de hacer un reparto de estudiantes. Además, a las familias por primera vez no se les ha puesto un límite en el número de elección de centros. Es Educación quien determina finalmente qué colegio corresponde a cada menor según la baremación y teniendo en cuenta ese índice de vulnerabilidad.