«Todo el mundo tiene derecho a la huelga, pero ¡por favor! que lleguen a un acuerdo cuanto antes»

Esa intranquilidad también se plasma en las direcciones de los centros concertados donde los docentes de los cursos superiores se han sumado a la huelga. Uno de los colegios donde mayor seguimiento de la huelga hay es en el Sagrado Corazón Mundaiz, en Donostia. Su director académico, Jaime Sánchez, asegura que «ese es un punto que nos preocupa particularmente. Estamos intentando minimizar el impacto que va a tener sobre todo en Bachillerato, valorando tomar alguna medida, siempre respetando el derecho a la huelga, para que no pierdan tanto curso, pero el primer día de los paros es todavía pronto para decidir. Los alumnos de esos cursos están viniendo y les atendemos lo mejor posible».

A diferencia de otros centros donde los paros se van a concentrar en varios días, pero no en los ocho convocados, en Mundaiz el seguimiento va a ser completo, hasta el viernes de la semana que viene. «El seguimiento es amplio y vienen bastantes alumnos, así que nos organizamos como podemos», explica su director académico que entiende que para centros de grandes dimensiones como el suyo «los servicios mínimos establecidos, aunque han aumentado un poco, siguen siendo escasos. No ayudan mucho».

Por eso, a los padres de Educación Infantil se les ha notificado qué servicios iban a ofrecer que «no son los ideales que corresponden a las ratios, pero los niños van a estar bien y cuidados. Su seguridad no va a correr peligro», comenta Sánchez en referencia a otra de las preocupaciones que han mostrado los padres de los alumnos en los últimos días.

A María Ortiz la huelga de los docentes de la enseñanza concertada le ha coincidido con unos días que no tenía que ir a trabajar, pero en las anteriores ocasiones tuvo que pedir fiesta en el trabajo «y es una faena, nadie quiere perder días de vacaciones. Siempre puedes llevar a los críos al cole, pero la mía es muy pequeña y prefiero que se quede en casa. Los servicios mínimos son bastante escasos y entiendo que las cuidadoras que trabajen tienen que estar saturadas. Todo el mundo tiene derecho a la huelga, pero ¡por favor!, que lleguen a un acuerdo cuanto antes».

Un caso similar es el de Itziar Sota. Tenía pedido un día libre para más adelante «pero lo he tenido que cambiar para poder atender a mi hijo» que está en Infantil. En otras ocasiones ha optado por dejarlo con su suegra o llevarlo al colegio, aunque prefiere no hacerlo porque «entiendo el conflicto, a los profesores la patronal no les ha dejado mucho más movimiento a parte de recurrir a la huelga para sacar adelante sus reivindicaciones. Todos deberían pensar que al final los perjudicados son los alumnos, sobre todo los más mayores, y las familias».

Unai y Maialen, los hijos de Leire Álvarez Bergaretxe, de 7 y 5 años de edad, jugaban ayer cambiando el patio de La Salle Isasi de Eibar por la plaza de Unzaga. Su colegio comunicó que la mayoría del personal secundaría la huelga los días 16 y 23, informa Félix Morquecho. «Yo trabajé en navidades previendo esta huelga y por eso tengo fiesta esta semana. No me parece la mejor opción dejar a los niños con los abuelos». No se planteó llevar a los niños a un centro en servicios mínimos. «Con la edad que tienen, pedagógicamente no creo que pierdan mucho. Si fueran mayores sí estaría más preocupada».

Ser previsora le sirvió para estar al quite esta semana, pero la amplitud de las fechas de protesta hacen que el próximo miércoles se encuentre con otra jornada de huelga. «Entonces le tocará a la abuela. Son los grandes afectados en estos días porque nuestra gran preocupación es ¿dónde colocamos a los niños? Entiendo las demandas del profesorado, y precisamente el problema que nos surge ante esa pregunta es la fuerza que hacen en sus reivindicaciones».

Raquel Ferreira, es profesora en una academia y madre de dos alumnos de 4º y 6º de Primaria en el Colegio El Pilar de Irun. Dice que «las reivindicaciones de los profesores me parecen razonables. Estoy de acuerdo con todo lo referido a la asignación de recursos para profesores de apoyo, educación especial y otras mejoras que repercutirán en tiempo disponible, en beneficio de la educación de nuestros hijos. Yo doy clases y sé lo que hay detrás, las horas de trabajo que no se ven en las que estás preparando, corrigiendo... Sobre la reivindicación económica no me atrevo a opinar con rotundidad, porque no tengo información. Conocemos los sueldos de la enseñanza pública, porque son públicos, pero no los de la enseñanza concertada. Habrá centros en los que los sueldos sean más o menos equiparables y otros en los que la diferencia sea abismal y ahí sí que están en su derecho de reclamar, pero no tengo los datos para dar una opinión con conocimiento de causa», recoge M. J. Atienza.

Respecto a cómo le afecta directamente la huelga de ocho días de los profesores de los centros de iniciativa social de la red concertada explica que «en el colegio de mis hijos, se hace del 16 al 25 de enero. Trabajo por las tardes y aunque por las mañanas también trabajo desde casa, puedo estar con los niños, pero sí que hay padres que lo van a tener complicado estos días».