La evaluación online obliga a las universidades a activar medidas para evitar que se copie
Los docentes han optado también durante el confinamiento por exámenes más prácticos, en los que es difícil el plagio para los alumnos
marta fdez. vallejo
Viernes, 3 de julio 2020, 10:15
Los últimos exámenes universitarios han finalizado esta semana y han cerrado un curso complicado por la pandemia. Entre los muchos cambios obligados por la crisis sanitaria, las facultades han afrontado el reto de evaluar a los alumnos vía online. Se han visto obligadas a implantar a cotrarreloj nuevos sistemas para valorar el trabajo de los estudiantes y, a la vez, controles con el fin de evitar que copien cuando realizan los exámenes con el ordenador desde sus casas. Cámaras para controlar la identidad del estudiante, tests rápidos y programas de control del movimiento de los ojos han sido algunos de los métodos empleados.
La enseñanza a distancia también ha llevado a las instituciones académicas a dar un paso en la evaluación continua a través de trabajos y proyectos, y en la realización de pruebas más prácticas. La Universidad del País Vasco ha registrado este curso por vía online más exámenes tipo 'tarea': análisis, síntesis de artículos, ejercicios prácticos o resoluciones de casos y problemas.
Los controles
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La cámara. La cámara activada facilita comprobar la identidad de la persona.
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Movimiento de ojos. Un programa permite detectar que la mirada se desvía de la pantalla y supone un suspenso.
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Test. Preguntas con pocos segundos para contestar, en las que no se puede volver atrás a repasar y cada alumno las recibe en un orden diferente.
«Los alumnos firman el compromiso ético de que no van a copiar», recuerda Idoia Fernández, vicerrectora de Innovación, Compromiso Social y Acción Cultural de la UPV/EHU. Pero la confianza en el estudiante no es suficiente y la Universidad ha puesto en marcha medidas de control. Los docentes pueden pedir al alumno durante el examen que active la cámara del ordenador y comprobar su identidad y se han diseñado modelos de exámenes para evitar copias.
Unos de estos ejercicios blindados contra plagios son los test que dejan poco tiempo para responder cada cuestión -menos de un minuto- con el fin de que el alumno no pueda mirar apuntes. Además cada estudiante recibe un ejercicio con las preguntas en un orden diferente, que impide pasarse respuestas por wasap. Y hay docentes que optan por la prueba oral para evaluar sin riesgos de copia y comprobar si el estudiante es capaz de argumentar lo que ha escrito en el examen.
Alumnos cazados
La UPV/EHU ha apostado, además, por impulsar exámenes prácticos en los que el estudiante tiene que aplicar lo aprendido, no repetir conocimientos. Algunos profesores de carreras técnicas han planteado a sus estudiantes problemas para los que han dejado 24 horas, y hasta días, para resolverlos con la posibilidad de consultar apuntes y libros.
En la Universidad de Deusto también han dado prioridad a la «evaluación continua» por trabajos y proyectos, y a modelos de exámenes en los que copiar no ayuda ya que el alumno debe «razonar, hacer análisis, reflexión crítica, resolver casos...», en lugar de plasmar conceptos memorizados, explica Elena Auzmendi, vicerrectora de Ordenación Académica, Innovación Docente y Calidad. Pero también hay exámenes tradicionales, por lo que el centro de los Jesuitas ha activado medidas para evitar copias como los tests rápidos o las cámaras. Auzmendi reconoce que es «más difícil el control vía online que en el aula» pero confía «en la ética» del alumnado.
«Han sido muy pocos los casos que nos han llegado de estudiantes que han copiado», aclara Idoia Fernández. La docente de una carrera científica de la UPV envió un correo a sus alumnos en el que les decía que había «detectado párrafos idénticos» en algunos ejercicios y que actuaría en consecuencia. Y otro comunicó a sus estudiantes que ante la «falta de ética demostrada», toda la clase estaba suspendida, aunque después anuló el castigo general.
La madre de una alumna de una carrera técnica envió un correo a este periódico en el que contaba que su hija había rechazado «por ética» participar en los grupos de wasap que formaron sus compañeros para contestar a las preguntas de exámenes. La mujer se lamentaba de la «injusticia» que suponía que su hija había sacado peores notas que los tramposos.
Desde apuntes pegados en la pareda grupos de wasap o pantallas duplicadas
Copiar vía online es más fácil que en el aula. Así lo reconocen alumnos y profesores. Los estudiantes decididos a hacer trampas han creado un nuevo repertorio de técnicas de plagio desde su habitación y vigilados por la cámara del ordenador. «Si te obligan a mirar siempre hacia delante pones los apuntes pegados en la pared de detrás de la pantalla», explica un estudiante que reconoce su culpa. Consultar respuestas por el wasap con compañeros ha sido otro clásico de los exámenes a distancia. Y hay técnicas más sofisticadas: duplicar el examen a la pantalla de una persona de 'apoyo', que es la que completa el ejercicio en lugar del alumno al que se evalúa.