Educación remitirá una guía a los centros escolares sobre el uso de dispositivos móviles

La preocupación por la tenencia de dispositivos móviles a edades cada vez más tempranas y sus consecuencias no solo a nivel personal, también a nivel de desarrollo cognitivo, ha ido creciendo durante este último año. La edad en la que un menor suele acceder a un móvil de uso personal ronda los 12 años, aunque lo cierto es que cada vez es más fácil ver a escolares menores de esa edad con uno en las manos. De hecho, hay colegios que han tenido que solicitar a los padres que sus pequeños, de incluso 6 años, no lleven a las aulas relojes digitales porque son en realidad móviles de muñeca.

La denuncia en noviembre de la inclusión en dos grupos de WhatsApp de más de mil escolares, en su mayoría de Gipuzkoa y con edades entre los 11 y 13 años, en los que se compartían contenidos gráficos de violencia y pornografía así como contenido vejatorio, puso de manifiesto los riesgos reales que se pueden encontrar los menores si sus mayores no están vigilantes y si no se les dan pautas para un uso correcto.

El papel de los centros educativos en este caso fue fundamental para destapar un problema que les venía dado. En la mayoría de los colegios los móviles están prohibidos, aunque algunos apuestan por un uso restringido con fines pedagógicos en áreas muy concretas. De hecho, el caso se destapó por la alerta de una madre de Aldapeta Maria Ikastetxea, que avisó al colegio de que su hijo había sido invitado a uno de los grupos y fue el propio centro educativo el que se puso en contacto con la Ertzaintza al ver el cariz y contenido de ambos grupos.

El consejero Jokin Bildarratz no quiso dar muchos detalles sobre esta guía en una entrevista radiofónica. Tan solo especificó que se está trabajando con los centros para ver «de qué manera podemos clarificar alguna serie de cuestiones», a lo que añadió que el criterio general «es que en tanto en cuanto sean válidos para el proyecto educativo con el que estemos trabajando, serán buenas herramientas. Siempre hay que dedicarles el tiempo justo y necesario, ni más ni menos, y eso en los centros es evidente que se trabaja mucho y bien».

El propósito de la guía, elaborada con los propios colegios, buscará ayudar a los mismos a tener sus propios criterios. En cada uno de los centros, la propia comunidad educativa tendrá que trabajar y analizar la forma en que se usan estos dispositivos.

Ante el debate de una posible prohibición en los colegios vascos, una línea que han seguido comunidades autónomas como Castilla-La Mancha, Galicia o Madrid –y que han secundado también otros países como Italia, Francia o Reino Unido– o la opción de Cataluña, Navarra o Cantabria, que anunciaron que impulsarán una regulación más restrictiva, Euskadi apuesta por una tercera vía, que es que la decisión sea de cada centro educativo. El consejero vasco de Educación afirmó sobre esta cuestión de si se podría llegar a prohibir el uso de móviles y pantallas en los centros que su Departamento no es «muy favorable a prohibir nada, porque son los propios centros los que tienen que llegar a una serie de conclusiones; algunos ya los prohíben y hay otros que no», manifestó.

«Depende mucho del propio proyecto educativo y dentro de ese proyecto educativo son los mismos centros los que tienen que trabajar, desarrollar y ver con qué metodologías están trabajando o no están trabajando», insistió Bildarratz.

En el día a día, en los colegios la pelea para que los adolescentes dejen de lado el móvil es constante pese a que tanto ellos como sus familias conocen las limitaciones de uso que se extienden a todo el ámbito escolar –comedor, excursiones...–. Los responsables educativos alertan de la dependencia que genera en sus alumnos y la necesidad de estímulos para mantener su atención.

En cuanto a los contenidos, el consumo de pornografía a edades tempranas es una de las grandes preocupaciones. Educación tiene prevista una formación específica en enero a 2.000 profesores sobre este tema y cómo abordarla entre los alumnos.