Educación

«No sabemos todavía ni qué contenido ni cuántas horas tendrán las asignaturas»

Directores de la ESO y Bachiller critican la «inconcreción» en la que deben organizar el curso 2022-23 a dos meses de finalizar el actual

Martes, 5 de abril 2022, 06:29

«¿Cómo oriento a un alumno que pasa a Bachillerato si tiene dudas de qué elegir si ni siquiera sé qué ofrece cada una de ... las opciones?», se lamenta uno de los directores de institutos guipuzcoanos consultados por este periódico. Esta es una de la múltiples preguntas que se hacen en los despachos de los centros de enseñanza de Secundaria y de Bachillerato en Euskadi. «Estamos ya en abril, prácticamente con el curso vencido, y todavía no sabemos ni qué contenido tendrán las materias del curso que viene ni cuántas horas debemos impartirlas».

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El caso se agrava entre los alumnos que finalizan 4º de la ESO y que tienen de plazo hasta este viernes para realizar su prematrícula en alguna de las cinco modalidades que se ofrece de Bachillerato. «Nadie sabe realmente en qué consiste el llamado Bachillerato General», comenta este director. Así, algunos centros han optado por obviarlo en su oferta académica el próximo curso a la espera de saber más sobre su contenido real y se han quedado con las cuatro opciones actuales–Ciencia y Tecnología, Humanidades y Ciencias Sociales, Artes Plásticas y Artes Escénicas–. Otros, en cambio, apuestan por dar la posibilidad de estudiar las cinco modalidades, pero recomiendan a sus estudiantes que obvien el General por no tener claro en qué consiste. «No sabemos a dónde se dirige, cómo estarán valoradas las asignaturas en la EBAU, porque las notas ya cuentan en 1º de Bachillerato para selectividad», añade. Un total de 61 de los cerca de 200 colegios e institutos de la comunidad ha solicitado impartir esta modalidad el próximo curso.

El desconocimiento del Bachillerato General lleva a que haya centros que no lo oferten y que otros no lo recomienden

La tardanza en conocer la letra pequeña del currículum educativo se debe a que los reales decretos del Ministerio de Educación que definen las materias a impartir tanto de la ESO como de Bachiller –este último será aprobado hoy mismo– se han hecho esperar. Esta normativa supone el 50% del contenido de un curso, la otra mitad la tiene que definir el Gobierno Vasco. Así, una demora lleva a otra, puesto que Euskadi debe redactar sus propios decretos para definir la parte de los contenidos que le corresponde. «Y de momento los de la ESO no están todavía y habrá que esperar, aún más, a los de Bachillerato», dice con resignación el director.

En el ejemplo del vaivén de horas está, por ejemplo, la asignatura de religión y su opcional, 'Proyecto a la comunidad asignado al tutor' en Bachillerato. En una primera reunión con los directores de los centros era una materia que se impartía fuera de las horas obligatorias, «15 días más tarde nos comunicaron que iba dentro y que le corresponde al tutor, pero no sabemos en qué consiste», insiste apesadumbrado. «Nos movemos en la provisionalidad, hacemos planes de lo que creemos que puede ser pero que quizá no acabe siendo así; es bastante desolador».

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La evaluación continua, la codocencia y la atención emocional son algunos de los retos a los que deben hacer frente

A esta indefinición de contenidos se suma la apuesta por la evaluación continua que se ha implantado este 2022 para la ESO con el curso ya bien avanzado y que ha trastocado buena parte del calendario de algunos colegios, puesto que los exámenes de recuperación forman parte del pasado. «Tenemos muy poca formación en esta materia, no se nos puede decir, evaluación continua y ahí te arregles», manifiesta.

Codocencia

Además, en los dos primeros cursos de la ESO se debe implantar en no más de tres cursos la docencia por ámbitos, es decir, aunar varias asignaturas complementarias en una. Esto permitirá sobre el papel poder apostar por la codocencia, lo que significa que varios profesores podrán impartir a la vez esa materia. «La idea es buena, pero no sabemos cómo tenemos que hacerlo, cómo organizarnos. Si dos profesores comparten un ámbito, cómo se reparten las horas, dan los dos a la vez», se plantea.

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Entre los docentes cunde la preocupación también de quién se encargará de la estabilidad emocional del alumnado. Se trata de un concepto del que se viene hablando en los entornos educativos, y más con la vivencia de la pandemia, pero para el que el profesorado no tiene los recursos necesarios. «Se nos dice que debemos atender al bienestar emocional del alumnado pero no se plantea la contratación de psicólogos para poder hacerlo correctamente. Los profesores sabemos de nuestras materias y podemos tener una cierta formación, ¿cómo se atiende esto?», vuelve a preguntarse. «Es el año que más dudas tenemos en todo», afirma.

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