Los centros de EPA temen que muchos alumnos se quedarán fuera si Educación reduce la oferta de formación no reglada

Directivos de los centros de EPA mantienen que con el decreto se reducirá hasta dejar en un 5% las horas destinadas a la formación no reglada. Como referencia, en el centro Ignacio Zuloaga de Donostia, de los 1.700 alumnos matriculados, 1.000 lo están en materias no regladas.

Fuentes del Departamento de Educación aseguran que se va a mantener el 22% actual. Lo que sucede es que las formación no reglada se dividirá en dos grupo, no reglada prioritaria -como todos los cursos para el acceso a la universidad o a FP- y no reglada no prioritaria -por ejemplo cursos de nutrición, tertulias literarias o historia del arte a través del cine-, donde sí bajarán las horas.

Otra de las quejas de los docentes es que el decreto fijará que un alumno no puede estar más de dos años por cada curso. En Educación comentan que «todo el que quiera sacarse un título oficial no tendrá ningún problema para seguir matriculado».

Todos los implicados reconocen que es necesario una adecuación de las EPA porque la sociedad evoluciona y también las necesidades educativas y curriculares. Pero desde el colectivo de docentes añaden que se sienten un tanto abandonados por la consejería de Cristina Uriarte porque «aunque somos conscientes de que los de las EPA somos pocos, no nos han prestado mucha atención», explica Josu Mediavilla, secretario de la asociación de reciente constitución Ehize, que aglutina a los directivos de estos centros formativos. Pone como ejemplo la desorientación que les produce el hecho de que les hayan cambiado de área dentro del organigrama del departamento: «Antes dependíamos de FP y ahora de la dirección de centros. No saben muy bien dónde ubicarnos».

La Educación de Personas Adultas proporciona una formación básica entendida como el proceso formativo que abarca desde la alfabetización hasta la obtención del título de graduado en Educación Secundaria (ESO), para después tener la opción de continuar promocionando a un bachillerato o a un ciclo formativo de grado medio. Además, en estos centros también se imparten enseñanzas que mejoran la cualificación de los adultos y desarrollan su capacidad de autoaprendizaje y de participación en la vida sociocultural y laboral, entre ellas las pruebas de acceso a los ciclos formativos de grado superior y a la universidad.

Son estos cursos de «formación a lo largo de la vida, actualización o de puesta al día», como define Mediavilla la enseñanza no reglada, los que según los docentes corren peligro. Aglutinan enseñanzas básicas de materias como informática o idioma. «Lo que llamamos nuevas alfebetizaciones», explica.

Antes de la redacción definitiva del decreto, ya se han producido bastantes cambios en la Educación de Personas Adultas. «El pasado verano las directivas recibimos una resolución donde marcaba el perfil de este curso respecto a la organización y a la oferta. Ya ahí se cambiaban bastantes cosas, fundamentalmente en lo referente a la enseñanza no reglada. Casi no se ha aplicado porque para cuando nos lo notificaron ya teníamos prácticamente diseñado cómo iba a transcurrir el curso».

En octubre desde Educación les comunicaron que se estaba elaborando el decreto que recoge la parte dedicada a la formación reglada, la que conduce a una titulación, «pero parece que la no reglada se queda fuera. Nos dicen que tiene demasiado peso dentro de las EPA y que son materias que no competen a Educación». También reclaman que se les permita ofertar la formación básica que se debe acreditar en algunos cursos de Lanbide y «que ahora derivan a centros privados, cuando con nosotros resultaría gratuito. De esta manera todos los sectores tendrían acceso. Ahora hay algunos colectivos que se quedan al margen porque no pueden pagar una matrícula o unas tasas».

Porque desde Ehize reivindican la función social que tienen los centros de EPA. En muchos casos organizan, como en el caso del Ignacio Zuloaga cursos sobre, por ejemplo, «cómo manejarse en la administración para poder recurrir a los servicios sociales» y tienen diversos grupos de refugiados adultos, además de impartir clases en la cárcel de Martutene donde bastantes presos, cuando alcanzan el tercer grado, se siguen formando en el centro que se encuentra en Ategorrieta y que el curso que viene se trasladará al edificio amarillo del instituto de Bidebieta.

Decretos al margen, la preocupación también viene marcada por un descenso notable de las matriculaciones en los centros de la EPA en los últimos años, casi un tercio. En todo Euskadi 31.715 personas estaban apuntadas en los centros en el curso 2013-2014 y en el actual son 23.077. En Gipuzkoa la reducción de las inscripciones también ha bajado en una proporción similar pasando de 10.663 a 7.025.

Desde Ehize entienden que hay varias circunstancias para este descenso. «El Departamento nunca ha hecho una campaña publicitaria para la matriculación como se hace para otras etapas», explica Mediavilla. También ha influido la Lomce. «Antes para poder acceder a un grado medio de FP era necesario tener aprobada la ESO. Con la entrada en vigor de esa ley basta con tener cursado hasta 4º y luego, con alguna restricción, se puede acceder». Otra razón se encuentra en que «con la salida de la crisis han resurgido puestos de trabajo que no necesitan cualificación alguna».