El bajón de la natalidad y las huelgas amenazan las matriculaciones en la red concertada
Este curso se han cerrado varias aulas, un centro desaparece y otro colegio se ha vendido. Las ikastolas intentan mantener alumnado gracias a la llegada de inmigrantes, hasta el año pasado muy escasos en sus clases
El plazo de prematrícula en los centros escolares vascos concluye mañana con una situación más compleja de lo habitual. Como se intuía desde hace ... tiempo, pero fue palpable hace un año, el descenso de la natalidad implica una considerable bajada del número de matrículas en los primeros ciclos. Se prevé que ese descenso de la natalidad, que hasta ahora ha afectado fundamentalmente a la Educación Infantil, se refleje también en los primeros cursos de Primaria. Por otro lado, el conflicto laboral en los centros de iniciativa social de la red concertada, con catorce días de huelga en los últimos meses, puede condicionar a los padres a la hora de optar por este modelo para el futuro de sus hijos.
El curso actual comenzó con un descenso cercano a los tres puntos, el 2,95%, en el ciclo del 0 a 2 años en toda la Comunidad Autónoma Vasca, aunque el Gipuzkoa fue aún más acusado con un 4,26% menos de matriculaciones para ese periodo. La misma tendencia presenta el segundo ciclo, el de 3 a 5 años, en el que se registró un descenso del 2,34%.
Los datos del Eustat no permiten ser optimistas. Las últimas estadísticas publicadas reflejan que el número de nacimientos disminuyó en un 4,8% en el primer trimestre del año pasado respecto a 2017 -en Gipuzkoa el descenso fue del 5,8%-. Los datos se agravaron en el segundo trimestre, porque bajaron un 9,7%. Además, en casi la mitad de los partos fueron de mujeres mayores de 35 años que tenían su primer hijo por lo que posiblemente también será el único.
Las alarmas se encienden cuando se mira la proyección de población del Eustat, que estima que de aquí a 2028 habrá 31.000 niños menos hasta los 16 años, es decir un 10% menos que en la actualidad con algo más de 300.000 niños en edades en las que es obligatoria la enseñanza. Como es lógico, son los cursos iniciales los primeros en los que repercute esa caída en picado. El Instituto Vasco de Estadística concluye que el número de niños escolarizados en Educación Infantil de 3 a 5 años se reducirá en un 21% hasta 2031.
Ya lo ha dicho el Eustat en un informe: «El sistema educativo ha sido uno de los ámbitos en los que más se ha dejado sentir los cambios en la dinámica demográfica en las últimas décadas». No son los únicos que advierten sobre ese futuro. El Consejo Escolar en su último informe con datos de 2015 a 2017, prevé un descenso de hasta 15.000 alumnos hasta 2015.
Las cifras
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172.000 alumnos es la cifra aproximada de los niños y jóvenes que están matriculados en los centros de la red concertada. El 70% son de iniciativa social (Kristau Eskola y AICE) y el 30% restante de Ikastolen Elkartea.
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2,95 por ciento han descendido este curso las matrículas en el ciclo de 0 a 2 años en toda la Comunidad Autónoma Vasca en las dos redes.
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31.000 niños menos habrá de aquí a 2028 según las estimaciones del Instituto Vasco de Estadística (Eustat).
Nervios
Quizá donde más nervios hay en estos momentos ante la incógnita de las prematriculaciones es en la red concertada, que atiende a 120.000 alumnos, y más concretamente en los centros de iniciativa social. En Kristau Eskola, patronal mayoritaria en ese sector donde también se incluye AICE, no ha hecho ninguna gracia que los últimos días de la larga huelga que han mantenido parte de los docentes, condicionando muchas de las clases, haya coincidido con el inicio del plazo de prematriculación. Su directiva no ha querido pronunciarse sobre esta situación. Además han recibido críticas, principalmente por parte de los sindicatos, por su campaña publicitaria en la que se animaba a matricularse cuando el conflicto laboral estaba en su punto más caliente.
Los colegios religiosos iniciaron el curso con siete grupos menos en Infantil, aunque el cómputo global no se vio afectado porque en el resto de ciclos registraron una pequeña alza. Las previsiones sí indican que las prematrículas para el próximo curso van a descender.
Los centros
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Claret Cierra por falta de matrículas. En la actualidad cuenta con 200 alumnos que, en su mayoría, pasarán a la red pública.
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Karmelo Se ha vendido a la empresa Scientia School por falta de matrículas y porque las monjas son cada vez más mayores y no pueden atender la labor educativa.
Una cosa está clara, habrá un colegio menos. Claret Ikastola en Donostia, el antiguo Corazón de María, cerrará este curso sus puertas de forma definitiva. En principio se contempló que la clausura fuera paulatina y no admitir matrículas para los primeros grados de cada ciclo de Primaria y Secundaria. Finalmente se ha decidido que el cierre sea total y casi todos los alumnos -en la actualidad son 200- pasen a la red pública.
Claret es el primer centro que cierra en muchos años en Gipuzkoa. El curso pasado estuvo a punto de suceder lo mismo en el Instituto Bidebieta, también en Donostia, perteneciente a la red pública, pero finalmente el Departamento de Educación recondujo el tema y se amplió el modelo de Amara Berri que hasta ahora se impartía solo en Primaria a la ESO para hacerla más atractiva.
Este colegio del barrio de Gros, que nació como Corazón de María en 1927, es un ejemplo de lo que puede suceder por la perdida de alumnos. Esa es la razón argumentada por la dirección, pese a sus intentos de revertir la situación con distintas iniciativas que no han cuajado.
Nueva empresa
En ese futuro en la cuerda floja también se ha encontrado otro colegio donostiarra casi centenario. Niño Jesús de Praga-Karmelo Ikastetxea, que regentaban las Hermanas Carmelitas Misioneras. El pasado viernes pasó a ser propiedad de Scientia School, empresa que cuenta con varios centros repartidos entre México y España.
Las razones son prácticamente las mismas que las argumentadas por los claretianos, la falta de matrículas. Ese descenso ha conllevado también la falta de ingresos para acometer nuevos proyectos y mejorar el inmueble. También hay que añadir la edad de las monjas, cada vez más mayores, de forma que su presencia era cada vez menor.
Kristau Eskola preparó un plan para poder gestionar de forma positiva el descenso de alumnos. El proyecto se presentó a los sindicatos, pero chocaba con sus demandas dentro de la negociación del convenio colectivo que lleva diez años sin renovarse, de forma que no se ha aplicado y el futuro es incierto.
El caso de las ikastolas, también financiadas por el Gobierno Vasco a través del concierto y con el 30% del alumnado de esta red, es distinto. Como en el resto del sistema educativo han constatado el descenso de las matrículas en los últimos años, pero de momento no se han cerrado aulas. A diferencia de los centros de iniciativa social, han llegado a un acuerdo con los sindicatos, salvo ELA, para firmar el próximo junio el convenio. En uno de sus puntos se recoge que se reubicará a los docentes que puedan quedar sin funciones en el caso de que desaparezca su clase por la falta de matrículas, uno de los puntos calientes de la negociación que mantienen los sindicatos con Kristau Eskola en el conflicto de los centros de iniciativa social.
La dirección de Ikastolen Elkartea ha encontrado una vía para mantener las plazas: el alumnado inmigrante. A principios de este curso su presidente, Koldo Tellitu, solicitó a Educación que las comisiones de educación distribuyeran de una manera más equitativa los alumnos que llegan fuera del periodo de matriculación. Según los datos que aportaron, las ikastolas acogían hasta entonces entre el 4 y 5% del alumnado extranjero. En concreto, el año pasado llegaron a los colegios vascos fuera de periodo de matrícula 4.200 estudiantes inmigrantes, y de ellos se inscribieron en ikastolas 250. Hoy Ikastolen Elkartea dará a conocer los datos con las nuevas incorporaciones.
La denominada matrícula viva no recibe una aportación por el concierto en el momento en que llegan al centro, pero sí es una oportunidad para que ese alumno inicie el siguiente curso en el mismo centro.
El Karmelo, un colegio que pierde 800 alumnos en algo más de una década
En el colegio Niño Jesús de Praga-Karmelo Ikastetxea de Donostia se ha dado una situación bastante inusual en el sector: se ha vendido. Desde el pasado 1 de febrero la titularidad ha pasado de las Hermanas Carmelitas, que llevan gestionándolo desde hace 98 años, a una empresa privada mexico-española, Scientia School. El traspaso ha sido completo: los alumnos, los profesores e incluso la residencia para mujeres,
El declive del colegio era evidente, no solo en su exterior -con unos andamios en su fachada desde hace bastante tiempo-, sino también en la reducción de aulas, hasta quedar una por grado. Las cifras han obligado a ello porque en algo más de una la marcha de alumnos ha sido algo más que un ligero goteo. En el curso 2005-2006 más de 1.000 alumnos acudían a formarse a este centro del barrio de Amara. Desde entonces se han clausurado aulas, quedando una por grado, y se ha cerrado la oferta de Bachillerato. En definitiva, la realidad actual es bien diferente, con 284 estudiantes... y lo peor, según los datos del Eustat, está todavía por venir.
La carmelita misionera Gemma Martín, representante titular de la comunidad que hasta ahora era propietaria del colegio, comenta que la venta «ha sido un proceso largo que comenzó en 2012 cuando buscamos alternativas para atraer a más alumnos». Se contrató a un director pedagógico para introducir programas educativos innovadores, pero los alumnos no regresaron. A todo esto, explica la monja, «hay que añadir la problemática que se ha vivido en la Educación con los convenios laborales, la necesidad de invertir en el inmueble, algo que la congregación no se podía permitir y la edad de las hermanas que hacía inviable una mayor presencia en la labor educativa».
Ante estas circunstancias tomaron la decisión de traspasar el colegio a una empresa que «siga con la labor educativa, que garantice nuestro colegio, nuestro ideario, valores y proyecto educativo». Consideraron que la mejor opción es la empresa Scientia School, que cuenta con 21 centros repartidos entre el resto del Estado y México, lo que en opinión de sus responsables «demuestra que tenemos experiencia».
Estanislao Martínez y Francisco Guerrero son presidente y director respectivamente de Scientia School que garantizan «la continuidad del centro» y también de los profesores «con quienes estamos hablando ahora, nos tenemos que conocer y entendemos que tanto los docentes como las familias tengan cierta inquietud ante el futuro, pero les aseguramos que venimos para quedarnos». El proceso de transición para la plena incorporación de su proyecto educativo, «con una fuerte base pedagógica, innovadora y tecnológica adaptada a la idiosincrasia de cada centro», se alargará a lo largo de dos años. Entre sus planes a corto plazo está la de «contratar a más personal» porque «queremos crecer».
Vuelta de Bachillerato
Aseguran que «tenemos recursos» y eso se va a notar «en el primer impacto», pero también quieren dejar claro que «no somos un fondo de inversión». Así, pretenden recuperar el aula para niños de 2-3 años y también se plantean volver a contar con Bachillerato e incluso incluir algunos módulos de Formación Profesional. Si sus planes se cumplen y las matrículas aumentan también «crecerá el modelo D» que ahora solo se imparte hasta 3º de Primaria, el resto, hasta 4º de la ESO es modelo B. «Como todo el proceso, tiene que ser algo progresivo porque también conllevaría el aumento de aulas por grado».
Parte de esos recursos de los que hablan irán destinados a recuperar el edificio y para ello ya han contactado con el Ayuntamiento para solicitar todos los permisos necesario de forma que el próximo verano puedan comenzar las obrasScientia School no es una institución religiosa «pero sí educamos en valores» y su intención es seguir participando, «como lo ha hecho el Karmelo hasta ahora» en Kristau Eskola.
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