«Álex está hecho polvo al tener que repetir la EBAU»

Eran las 17.02 horas del pasado domingo cuando la familia del donostiarra Álex, junto a otras 80 del resto del Estado, recibían en su bandeja de entrada del email un misterioso mensaje de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED). En él la entidad informaba a los padres y madres que las pruebas de la EBAU –Selectividad– internacional que sus hijos habían realizado unos días antes en Seattle, Estados Unidos, quedaban invalidadas por «incidencias técnicas» y que los chavales tenían que repetir los exámenes si querían acceder a un grado universitario el próximo curso. El estupor entre los afectados fue total. «Cuando recibimos el mensaje pensábamos que era un jaqueo. No quería ni entrar en el link por si era algún tipo de virus», rememora Ana Llordes, madre de este alumno guipuzcoano.

«Desafortunadamente», no se trataba de ningún ataque informático y el comienzo de semana ha sido rocambolesco para todos estos afectados. «Repetir de nuevo las pruebas es económicamente complicado y logísticamente imposible» en muchos casos, denuncia Llordes, teniendo en cuenta que estos alumnos se encuentran dispersos por varios estados de EE UU y Canadá. A todo ello se suma que, por la normativa de estos países, los jóvenes menores de 21 años precisan de una persona mayor de edad para poder desplazarse o pernoctar en un hotel para repetir la prueba.

Álex ha tenido cierta fortuna en ese sentido. La UNED ha logrado que el guipuzcoano pueda hacer de nuevo la selectividad en Oregon, donde ha residido durante toda su estancia cursando 2º de Bachillerato. Ayer tenía tres exámenes. Hoy, el cuarto y último. Pero el daño ya está hecho. «Los chavales anímicamente están destrozados. Están desmotivados y hechos polvo porque ellos ya habían hecho las pruebas y se habían olvidado de eso. Álex me decía: 'Es que no me quiero presentar, renuncio a la Uni. No me va a salir igual'», relata su madre.

A estos padres «no nos ha quedado otra» que acceder, incluso teniendo notificación del lugar del nuevo examen «el día anterior, deprisa y corriendo», porque «se está jugando con el futuro» de nuestros hijos. «En la UPV, por ejemplo, el plazo de preinscripción está abierto hasta el día 30 y desde la UNED no tenemos ningún tipo de justificante de que nuestros hijos han hecho la Selectividad, con lo que no pueden participar en el proceso de selección de plazas porque para ellos es como si no hubiesen hecho las pruebas», denuncia Llordes.

El descontento ha unido a todas la familias afectadas en una plataforma que ha iniciado los trámites para interponer una demanda colectiva a la UNED dado que «los estudiantes no tienen ninguna responsabilidad». También han solicitado al rector que mantenga la validez de las primeras pruebas que realizaron sus hijos y que se busquen soluciones alternativas.