Iñaki Esparza: «El Plan Bolonia ha agudizado la necesidad de una universidad a distancia»

Se han cumplido cuarenta años desde que el Ayuntamiento de Bergara y la Promoción Cultural Bergaresa decidieran fundar el centro UNED-Bergara al amparo de la entonces recién creada universidad a distancia. ¿Que ha pasado desde entonces?

Estamos en un momento dulce. El objetivo sigue siendo el mismo, ofrecer la posibilidad a toda la población de acceder a la educación superior aunque no pueda asistir a clase. Entonces se trataba ya de dar oportunidades a quienes trabajaban o no podían dedicar todo su tiempo al estudio como ocurre con la mayoría del resto de los universitarios. Con el paso del tiempo nos hemos encontrado con que esta necesidad es todavía mayor por la implantación del Plan Bolonia. En aquel curso 1976-77 ya había gente que no podía acudir a clase por distintas razones, pero ahora, además,Bolonia incluye una más, que es la metodológica propia de su propio sistema. Se exigen entre 1.600 y 1.800 horas presenciales que quien no sea estudiante a tiempo completo no va a poder cumplir.

Aquel primer curso de la UNED-Bergara se impartieron once carreras universitarias. Ahora ofrecen muchas disciplinas más. ¿Cuántos alumnos han pasado por sus manos?

Sería muy difícil de calcular, no tenemos un número exacto. Lo que sí sabemos es que cada año contamos con 2.000 alumnos oficiales y 1.000 más que asisten a nuestros títulos propios. Somos la única universidad a distancia del Estado que cuenta con esta modalidad.

No son entonces licenciaturas oficiales.

Estas no, estas solo tienen el título de UNED-Bergara, pero tienen demanda y nuestro objetivo, además, es potenciarlas. Se ha nombrado como director específico a Amador Fernández Pastor. Tenemos la escuela de psicomotricidad, curso de auxiliar de biblioteca, osteopatía un curso intensivo de francés o algunos multidisciplinares orientados a la formación continua.

Más allá de estos cursos se puede hacer Derecho, Química, Ingeniería Informática, Turismo... Toda la gama de grados universitarios. Eso sí, sin acudir a clase, con una tutoría y con examinadores que están en Madrid. ¿Difícil no?

Hay que ser realistas, yo animo a que las personas se apunten a dos o tres asignaturas por cuatrimestre, no más. Lo normal no es que se termine el grado en cuatro años, se trata de gente que está trabajando o que se dedica a otras cosas. Hay quien lo hace, pero ni tan siquiera es el objetivo. Es verdad que es difícil, que el alumno combina sus estudios con otra actividad, que no va a clase... Pero también que cuando alguien ve un currículum de un licenciado por la UNED sabe que tiene ante sí un plus de perseverancia y de disciplina.

Vamos, que hay gente que realiza estos estudios para su propia satisfacción, sin pensar en llegar a ejercer nunca esa profesión.

Hay de todo, que conste. Hay personas que buscan una titulación y otras que tienen claro que nunca serán matemáticos o sociólogos. Hay muchos jubilados que se matriculan en filosofía o en historia. ¿Quién no ha querido estudiar historia alguna vez?.

Me habla entonces de un alumnado de personas mayores.

No, no. Hay de todo. En los exámenes de septiembre de este año, por ejemplo, había mucha gente joven que por distintas circunstancias optan por la UNED. Los exámenes son presenciales y cuando empieza el curso también nos gusta que se acerquen a nuestra sede del Real Seminario para que sepan cómo es y la conozca.

Las nuevas tecnologías les habrá supuesto un respaldo importante. ¿Cómo se arreglaban hace cuarenta años?

Yo no estaba aquí, pero los alumnos sabían cuáles eran los textos, los editaba Madrid y luego el contacto con el tutor se hacía por teléfono. Está claro que los nuevos soportes tecnológicos nos facilitan mucho las cosas.

La UNED ofrece el acceso a la formación universitaria en sí misma.

Es el primer paso para mucha gente, que no tiene la titulación exigida para estudiar un grado superior. Ofrecemos los cursos de acceso para mayores de 25 años y para mayores de 45 años, una capacitación con la que luego elegirán su curso.