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El autor del experimento en contenedor de ropa solidaria y en el lugar dónde encontró sus zapatillas.

Deja unas zapatillas en un contenedor de ropa usada y descubre dónde las venden de segunda mano

Un joven alemán ha seguido el rastro del calzado que donó para comprobar dónde acababa. Cruz Roja ya ha dado explicaciones.

J. F.

Jueves, 24 de julio 2025

La curiosidad de un joven alemán, conocido en las redes sociales como Moe.Haa, ha arrojado luz sobre el destino de la ropa donada, generando un debate sobre la transparencia en las organizaciones humanitarias. Cansado de preguntarse a dónde van realmente las prendas depositadas en los contenedores de segunda mano, Moe.Haa decidió realizar un experimento: colocar un pequeño dispositivo de seguimiento, un AirTag de Apple, en una zapatilla usada antes de donarla a la Cruz Roja Alemana.

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Los AirTags, aunque a menudo se les llama «rastreadores GPS», son técnicamente balizas Bluetooth. Su ubicación se actualiza gracias a la vasta red de iPhones y otros dispositivos Apple cercanos que sí disponen de GPS, permitiendo una localización precisa en casi cualquier parte del mundo. Este detalle técnico fue clave para el plan de Moe.Haa.

Comienza el viaje de las zapatillas

El viaje de las zapatillas comenzó en un contenedor en Starnberg, Baviera. Inicialmente, las prendas hicieron una breve parada en Múnich, algo que no levantó sospechas. Sin embargo, poco después, el punto GPS de las zapatillas empezó a moverse a través de Europa, cruzando fronteras. El rastreo de Moe.Haa reveló que este calzado pasó por Austria, Eslovenia y Croacia, antes de llegar finalmente a Bosnia-Herzegovina, un viaje de casi 800 kilómetros.

En un mercado de segunda mano

Lo que más llamó la atención de Moe fue cuando el AirTag indicó que las zapatillas se encontraban en un mercado de ropa de segunda mano en una pequeña ciudad bosnia. Con su curiosidad al máximo, el «investigador amateur» no dudó en viajar hasta allí para seguir su pista. Una vez en el lugar, Moe.Haa encontró sus propias zapatillas en una estantería, alineadas junto a otros artículos usados. Lo impactante fue descubrir que las zapatillas, originalmente donadas para personas necesitadas, estaban a la venta por 10 euros (20 BAM).

Decidido a obtener más información, Moe.Haa se hizo pasar por un cliente y compró discretamente sus propias zapatillas. Al preguntar a la vendedora sobre el origen de la ropa, esta respondió vagamente que su jefe la importaba de Alemania y negó categóricamente que fueran donaciones cuando Moe.Haa insistió.

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Respuesta de Cruz Roja

El video con esta denuncia se viralizó rápidamente en las redes sociales de su país, obligando a la Cruz Roja Alemana a responder. La organización publicó un video en su cuenta de TikTok explicando que la ropa recolectada puede seguir varias trayectorias. Una parte se distribuye directamente a personas en situación de vulnerabilidad en Alemania. Sin embargo, los artículos considerados inutilizables o en mal estado se venden a empresas especializadas en reciclaje o reventa, a menudo en países con «necesidades más importantes».

La Cruz Roja Alemana reconoció abiertamente que recibe dinero de estas reventas. No obstante, aclaró que estas sumas no se consideran «beneficios directos», sino que se utilizan para financiar otras acciones humanitarias llevadas a cabo por la organización. Argumentan que esta «pequeña mentira» es un «mal necesario».

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Debate sobre las donaciones

Este incidente ha reavivado el debate sobre la transparencia en el sector humanitario. Aunque las acciones de la Cruz Roja no son totalmente ilegales, la falta de claridad sobre el verdadero destino de las donaciones puede erosionar la confianza pública en las ONG. En una era donde los consumidores demandan cada vez más trazabilidad en sus compras, surge la pregunta de por qué no se aplica el mismo estándar a las donaciones benéficas.

Cabe destacar que este tipo de «investigación con AirTag» no es un precedente aislado. Hace apenas un año, Brandy Deason, una mujer de Houston, Texas, utilizó la misma tecnología para exponer un escándalo en el reciclaje de plástico. Descubrió que los residuos que supuestamente iban a ser reciclados terminaban en un vertedero clandestino, un hallazgo que llevó a la dimisión del responsable de gestión de residuos de la ciudad.

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