Reseña viral

«Creo que confundieron el restaurante con un txikipark»

Las reseñas de bares y restaurantes son de gran utilidad para los usuarios que buscan novedades o están en una zona que no conocen, pero también son terreno pantanoso para quienes buscan dejar mal a los propietarios o simplemente para los maleducados. En este caso la respuesta de un hostelero se ha hecho viral a raíz de que la divulgara Jesús Soriano, más conocido en las redes sociales como Soy Camarero.

La publicación se acerca ya a las 700.000 impresiones en Twitter y en Instagram cosecha cerca de 7.000 'likes' porque la respuesta del propietario del restaurante no tiene desperdicio. Las reacciones en las redes sociales son en gran mayoría favorables debido a los argumentos que muestra el hostelero.

La reseña inicial dejaba solo una estrella de cinco posibles al establecimiento, con el siguiente texto: «Los niños no son bien recibidos, al menos por el que parecía jefe/encargado. Estuvimos tomando café y unos helados (apenas diez minutos) y esta persona les gritó a los niños en dos ocasiones. Unos gritos totalmente desproporcionados y con muy mala actitud, cuando los niños lo único que hacían es jugar en una máquina de gancho de regalos.... Por no entrar en conflicto con esta persona, que tiene pinta de no tener la mínima empatía, simplemente recogimos y nos fuimos.... Por supuesto que no volveremos».

La respuesta del propietario, que sigue cosechando aplausos en las redes sociales, hizo hincapié en el comportamiento de los niños con una versión muy alejada de los padres. «Creemos que todo fue fruto de una confusión: la suya. Quizá confundieron un bar-restaurante con un chiqui-park, a donde les recomendamos que acudan en próximas ocasiones en las que quieran tomarse algo desentendiéndose por completo de lo que hacen sus hijos, tras cuyo paso por nuestro local, subidos a sillas y zarandeando y golpeando entre gritos (estos sí, ensordecedores y que molestaban profundamente a los clientes) la máquina del pulpo. Tuvimos que llamar al técnico.... Recibimos multitud de familias con niños y pocas veces hemos asistido a comportamientos tan abusivos y maleducados como los niños que les acompañaban. Los progenitores no sólo no pusieron fin al desmadre que estaban organizando sino que se ofendieron cuando en una única ocasión se les llama la atención para que cesaran de dañar la propiedad ajena y de comportarse como auténticos salvajes», según el dueño del local.

El hostelero añade que «ni los trabajadores ni el resto de clientes tienen que soportar los excesos de unos niños mal educados ni la empresa merece una mala reseña por no ser el tipo de establecimiento que ustedes creyeron o necesitaban». Además explica cómo fue el 'juego' con la máquina de regalos: «no es para que los niños jueguen de es manera; no es para tratar de trampearla y tumbarla para que los regalos a la fuerza. Se mete una moneda y se maneja un joystick que guía un gancho... para jugar y gritar y que ustedes se olviden de que existen los niños existen los chiquipark».

En las respuestas de los usuarios de las redes sociales no falta el humor ni la ironía, aunque se ha generado un debate apasionado sobre cómo educar a los niños e incluso si debería extenderse el modelo de bares y restaurantes «solo para adultos», es decir, con la entrada restringida a menores. También hay abundantes experiencias de camareros que también reclaman mayor cuidado a los padres. «Los niños no deben corretear por las zonas por las que pasamos con los platos, un golpe puede desequilibrarnos o que se nos caiga sopa hirviendo a uno de ellos... es normal que se nos ponga cara de pepino agriado», dice una de ellas.

También hay usuarios que acusan al propietario de «niño-fobia, aunque obviamente no deben molestar a nadie». «Como padre de dos niños, también encuentro 'niñofobia', pero si leemos bien las quejas, no es fobia a todos, más bien la justificada fobia es a la combinación niños maleducados + padres que pasan de todo», responde otro. El debate está servido.

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