«El cibercrimen tiene ganancias anuales de 10,5 billones, ¿cómo vamos a combatir esta 'industria'?»
La experta María Aperador alerta de los riesgos de la IA y las ciberestafas, «que son cada vez más sofisticadas»
Una veintena de guipuzcoanos son cada día víctimas de ciberestafas, hasta alcanzar los 6.093 ciberdelitos en los primeros nueve meses del año, el triple ... que hace una década según los registros que maneja el Departamento de Seguridad. El mundo del cibercrimen se vale de los avances tecnológicos para depurar sus técnicas y elaborar engaños cada vez más sofisticados. Los ciberdelincuentes más peligrosos son personas con habilidades digitales muy avanzadas. Utilizan la tecnología a su favor para diseñar estafas que difícilmente pueden ser detectadas o para obtener datos comprometedores que luego venden al mejor postor. Cada vez son más los que se aprovechan de la evolución tecnológica para hacer el mal en el entorno digital, una realidad de la que alertó María Aperador, criminóloga especializada en ciberseguridad que participó recientemente en el congreso Cyberfront en Donostia.
Irrupción de la IA. El avance de la tecnología también ha llegado al cibercrimen, algo que tiene consecuencias peligrosas para los usuarios. «Antes llegaba el típico correo electrónico con faltas de ortografía, la estafa era fácil de identificar. Ahora están por todos lados y con la Inteligencia Artificial (IA) son muy creíbles, muy perfectas». Esta sofisticación de los engaños difumina la línea entre lo que es real y lo que no. «En muchos casos apenas se nota la diferencia. En Estados Unidos y otros países anglosajones se están creando anuncios fraudulentos con IA y están provocando muchos problemas porque son muy reales».
Noticia relacionada
Una aplicación gratuita para verificar enlaces y detectar estafas
Aperador advierte de que el aumento del flujo de contenidos generados por IA en países como Estados Unidos «va a llegar aquí en 2026, con muchísimos anuncios fraudulentos que harán creer a las personas que están hablando con alguien que realmente no existe». Un crecimiento «exponencial» que, según critica la experta, las grandes corporaciones no están controlando. «Plataformas como Meta –empresa matriz de Instagram, Facebook o WhatsApp– evidentemente tienen la capacidad tecnológica y económica para poder desarrollar algoritmos que detecten el contenido hecho con Inteligencia Artificial que está intentando engañar a usuarios, pero no sabemos por qué no lo están desarrollando. Es una incógnita».
El uso de ChatGPT. ChatGPT es la joya de la corona de las herramientas de IA. Esta aplicación fue lanzada en 2022 y en apenas tres años se ha erigido como la plataforma de IA generativa más universal. Las posibilidades son inmensas, pero un uso negativo de esta tecnología puede tener consecuencias. «Lo que más me preocupa de la adopción masiva de ChatGPT es cómo ha llegado el uso a las personas. Como profesional de la tecnología lo he recibido con normalidad, para incorporarlo en mi trabajo, pero a la ciudadanía que no se mueve en este ámbito le ha llegado en modo reto viral. Por ejemplo, subir una foto y convertirla en dibujo. Estas prácticas 'lúdicas' están dando muchísimos datos personales a la Inteligencia Artificial», expone Aperador. Incluso la propia aplicación «incita a subir una foto para probar el generador de imágenes o facilitar un contrato de alquiler para que lo desglose». La propia empresa «está empujando a los usuarios a estas prácticas y estos no son conscientes de los datos que están dando».
La criminóloga especializada en ciberseguridad avisa de la complejidad de la situación. «Estamos en un punto en el que ni la regulación está preparada para frenar esto ni los usuarios son conscientes de la cantidad de datos que están dando, tampoco del uso que se les puede llegar a dar». Otras aplicaciones como WhatsApp, mundialmente conocidas y utilizadas, también pueden esconder riesgos. «Básicamente es una vía de entrada y de contacto de los ciberdelincuentes para estafar».
«ChatGPT te incita a subir fotos o el contrato de alquiler para que te lo desglose; le estamos dando datos personales a la IA»
María Aperador
Criminóloga especializada en ciberseguridad
A por el dinero. La mayoría de ciberdelincuentes buscan lo mismo cuando llevan a cabo una estafa, ya sea a gran escala o de menor magnitud. El dinero es la principal motivación que lleva a los criminales a delinquir en la red. El flujo económico que mueve la industria del cibercrimen se ha disparado en los últimos años hasta llegar a niveles que muy pocos imaginan. «Se calcula que las ganancias anuales que genera el cibercrimen son de 10,5 billones de dólares. Si lo equiparásemos con el PIB de un país, el cibercrimen sería la tercera potencia mundial, solo por detrás de China y Estados Unidos», compara Aperador. Supone un PIB mucho mayor que el de países como España, Japón o Alemania. «Esto nos deja una reflexión importante. Con las normativas, la burocracia, las trabas y la falta de recursos policiales que tenemos en general, ¿cómo vamos a competir contra esta industria que factura como una superpotencia?».
Conocimiento e información. Frente a la «pasividad» de las plataformas para atajar el crecimiento del contenido generado por IA, María Aperador considera que las personas deberían «empoderarse» en el ámbito tecnológico. «Las personas tienen que empoderarse con el conocimiento y la información. Siempre se ha dicho que la información es poder y ahora es más que eso. Necesitamos prosperar como sociedad y la Inteligencia Artificial ha venido para ello, pero necesitamos saber cómo funciona, para qué la podemos usar y cómo la podemos usar de manera segura».
La propia Aperador trata de ofrecer ayuda a través de vídeos en YouTube. «Leer libros especializados o ver vídeos informativos es muy importante para que la ciudadanía esté dotada de conocimiento y habilidad digital. Necesitamos formación porque muchas de las personas que caen en fraudes o ceden sus datos tienen unas habilidades digitales muy bajas. Si empoderamos a la ciudadanía, les enseñamos y aprenden, van a poder hacer un uso responsable».
Ayudar a víctimas de estafas. Aperador estudió criminología y se especializó en ciberseguridad «cuando empezó a verse un traspaso de delitos del ámbito físico al digital, concretamente en la pandemia». Gran parte de estas estafas tienen como escenario las redes sociales, donde conviven con bulos informativos y otro tipo de engaños. Aperador cuenta con una presencia importante en plataformas como Instagram o TikTok, donde acumula más de medio millón de seguidores y trata de hacer frente al «desconocimiento» que rodea al ámbito de la ciberdelincuencia. «Hace dos años y medio empecé a crear contenido en redes sociales. Sentí la necesidad de ayudar a las personas que caían en estafas en internet y no sabían cómo actuar, que cada vez son más».
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión