Enrich amplía la maldición de los ex
Desconcierto. El menorquín aprovecha la turbación que provoca la expulsión de Arbilla por agresión a Sielva para enterrar al Eibar en el tiempo de prolongación
La maldición que persigue al Eibar cuando se enfrenta a jugadores que han pasado por sus filas alcanzó este lunes su culmen cuando Sergi Enrich ... marcó el gol del triunfo oscense en pleno desconcierto armero provocado por la expulsión de Arbilla por una inexplicable agresión a Óscar Sielva. La provocación del también exazulgrana no justifica en ningún caso la pérdida de papeles que protagonizó el capitán, que desestabilizó port completo al equipo al dejarlo con diez, dando las alas que el conjunto local buscaba en los últimos instantes.
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Y ahí fue cuando apareció Sergi Enrich, el que fuiera referente azulgrana durante seis de las siete temporadas en las que la escuadra azulgrana estuvo en Primera, para cavar la tumba armera, demostrando ser más listo de la clase. Situado donde debía en el corazón del área pequeña, el menoquín dejó con cara de tontos a todos sus excompañeros para meter su pierna y rematar lejos del alcance de Magunagoitia un saque de banda colgado al área.
Todo el trabajo que se había hecho para defender el punto que ya creían suyo después de que Magunazelaia neutralizara la ventaja inicial del Huesca tras el gol inicial de Álvaro Carrillo se fue al garete de la forma más estúpida posible. Porque sí, la maldición de los ex ya había hecho estragos en las filas armeras al poco de comenzar el partido, después de que el murciano, que hace nada rescindió el año de contrato que le quedaba con el Eibar para fichar por los de la cruz de San Jorge, cabeceara sin oposición un córner servido por el también exarmero Óscar Sielva.
Ambos se alinearon en unos primeros minutos en los que el equipo azulgrana no se sintió nada cómodo, condicionado por las imprevistas bajas de Peru Nolaskoain y Javier Martón, que eclipsaron la esperada presencia en la expedición de Jon Bautista y Jair Amador por primera vez desde que arrancó la competición.
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El primer gol de Magunazelaia como armero frenó a un Huesca lanzado
Sin posibilidad de contar con el delantero que se había convertido en su referente tras anotar un gol en cada uno de los partidos que había disputado, San José se decantó por incluir a un Xeber Alkain quie apenas había disputado cinco minutos ante el Granada, mientras que Sergio ocupó la plaza del zumaiarra. Cambios más o menos lógicos que, sin embargo, no sentaron bien al equipo, al menos en un inicio de partido en el que se vio doblegado por un Huesca que buscaba su primera victoria en su estadio después del empate firmado (1-1) ante el Leganés en la jornada inagural.
Pero aunque Sielva no consiguió batir a Magunagoitia en su primera tentativa, el de Olot se sacó la espinita sirviendo el saque de esquina que el mencionado Carrillo cabeceó como si la vida le fuera en ello. Su salida del club eibarrés se produjo por la puerta de atrás y el excanterano madridista se tomó cumplida ventaja.
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Arrollado por su rival, el equipo de San José parecía abocado al desastre hasta que Magunazelaia frenó la sangría al aprovechar un grave error defensivo de Pulido tras un saque en largo de Magunagoitia.
Además de devolver la calma a los suyos, el tanto del eibarrés cortó en seco las pretensiones de los aragoneses, que cayeron en una fase de letargo que no les costó ir por detrás en el marcador porque Dani Jiménez repelió con acierto un certero remate de Xeber Alkain al filo del descanso.
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Arbilla dio las alas que necesitaban los locales tras perder los papeles al agredir a Sielva
Con las espadas en todo lo alto, la segunda mitad empezó de manera parecida a la primera, con los oscenses de nuevo lanzados hacia una portería armera que Arbilla protegió como un jabato impidiendo que Pulido marcara poco después de que el balón se pusiera de nuevo en movimiento. Una remarcable acción del capitán que incitó a los suyos a salir a buscar la portería contraria, primero con un peligroso pase de Corpas que puso en guardia a la zaga local y poco después con un trallazo de Magunazelaia que no pudo firmar el doblete porque Dani Jiménez logró deternerlo en dos tiempos.
Conforme avanzaba el cronómetro, los entrenadores fueron oxigenando sus filas con estrenos por ambos bandos, ya que mientras Francisco Portillo saltaba por el bando local pocos días después de fichar por el Huesca, Lander Olaetxea y Jon Bautista también tomaron la alternativa.
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Con todas las cartas sobre la mesa, los últimos minutos prometían emociones fuertes y así fue. Con los aragoneses lanzados sobre la portería azulgrana y los eibarreses defendiéndose como gato panza arriba, de repente Arbilla agarró del cuello a Óscar Sielva ante una provocación del de Olot y todo estalló.
El capitán pudo comprobar el desaguisado que montó porque cuando se marchaba hacia el túnel de vestuarios vio cómo Sergi Enrich celebraba por todo lo alto el gol que propició la primera derrota de la temporada.
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