La víbora de Seoane que ha aparecido en un jardín de Donostia. @PerezPaule

Hallan una víbora de Seoane en el jardín de una casa en la zona de hospitales de Donostia

Aranzadi recuerda que se trata de una especie «habitual» en la zona, «poco venenosa y muy poco agresiva». Matarla constituye «una infracción»

Ane Urdangarin

San Sebastián

Jueves, 10 de junio 2021, 13:58

Pese a ser una víbora, y tener un aspecto que puede intimidar a muchos, es «poco venenosa y muy poco agresiva». Su presencia es ... habitual en los alrededores de Donostia, como en la zona de hospitales, donde ayer unos vecinos se llevaron un susto al toparse con un ejemplar de 'vipera seoanei', que es su nombre científico, en el jardín de casa. El hallazgo de la víbora no pasó a mayores, porque el ofidio «se recogió en un cubo y se soltó en el monte al lado de casa», y ha permitido a la Sociedad de Ciencias Aranzadi recordar que matar a estos ejemplares «supone una infracción».

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Las fotografía de la víbora se ha difundido a través de Twitter gracias a la iniciativa #sugebizi de Aranzadi, una campaña que persigue «mejorar la imagen de estos animales, víctimas de su mala fama», lamentan desde la sociedad guipuzcoana. Esta campaña en redes sociales está vigente a lo largo de la primavera y el verano y consiste en fotografiar serpientes y compartir a través del hashtag #sugebizi tanto la imagen como las coordenadas geográficas de su ubicación, y convertirse, de esta forma, en #sugezain (cuidador de serpientes).

Es lo que hizo este miércoles un usuario de Twitter, que informaba del hallazgo de una víbora «de unos 30 centímetros» en el jardín de una casa ubicada en el área hospitalaria de Donostia, en el barrio de Miramon. «¿Es de Seoane?», se preguntaba. La respuesta es sí, como le han respondido desde Aranzadi. «Es una especie habitual en la zona y, en general, en los alrededores de Donostia. Aprovechamos para decir que se trata de una especie poco venenosa y muy poco agresiva, que no supone ningún peligro si se le deja tranquila», han informado con el objetivo de divulgar el conocimiento de estos animales y, de esta forma, concienciar a la sociedad sobre su importancia.

Desde Aranzadi recuerdan que matar estos «huidizos y desconocidos» ejemplares constituye «una infracción» y, explican que en caso de que entre en algún jardín «donde su presencia moleste, lo correcto es avisar a la Diputación o a la policía local», quienes suelen ponerse en contacto con los herpetólogos de la sociedad.

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El director de Herpetología de la sociedad científica, Ion Garin, explicó en la presentación de la iniciativa #sugebizi que en el País Vasco «podemos encontrar 8 especies distintas de culebras y 3 especies de víboras«. Algunas de esas especies están actualmente protegidas y en la lista de especies amenazadas, »pero el conocimiento sobre las culebras es muy reducido y la participación ciudadana puede ser clave para avanzar en este aspecto».

Cómo participar en #sugebizi de Aranzadi

  • Delito matarlas. No se pueden tocar ni coger las serpientes. Y mucho menos matarlas ya que se cometería un delito en contra de la naturaleza.

  • Fotografiar la serpiente. Lo primero que hay que hacer al encontrar una serpiente es sacarle una fotografía, manteniendo la distancia de seguridad de 1,5 metros. Es importante cuidar la luz de la fotografía, utilizando también el zoom desde todos los ángulos.

  • Coordenadas geográficas. Una vez tengamos la fotografía, hay que conseguir las coordenadas geográficas y de ubicación a través de GPS u ordenador.

  • Compartirlas en Twitter. ) La fotografía y las coordenadas se comparten a través del hashtag #sugebizi. De esta manera, los científicos de Aranzadi podrán unificar y registrar las observaciones.

  • También las muertes. Si la serpiente estuviera muerta, es importante sacar la fotografía igualmente. El dato siempre será de interés. En ese caso además de sacar la fotografía es interesante dar la vuelta a la serpiente y sacar también la panza.

Garin subrayó la «fundamental» función que cumplen las culebras en el medio ambiente: «Por un lado, colaboran activamente en el control de plagas de las cosechas de nuestro territorio, y por otro, pueden convertirse en vectores en el control biológico de enfermedades emergentes».

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