Es un placer muy ciudadano ver cómo se aplasta el cemento, cómo ruge la maquinaria de obra y, ¡qué decir! contemplar y analizar cómo se ... colocan las baldosas, sean o no estilo San Sebastián y dar así ese toque tan donostiarra aunque sea en un barrio. Es buena idea colocar barreras medio transparentes, en blaco y azul, por supuesto, para poder observar cómo van los trabajos. Conforme vayan cayendo las telas aparecerá ese nuevo asfaltado, las jardineras en las que se supone que lucirán hermosos arbustos o los bancos para sentarse cuando empiece el buen tiempo. La avenida de Isabel II, en el deteriorado barrio de Amara Berri, es uno de esos espacios a los que merece la pena ir de excursión a los amantes de las obras. Hay algunas cuadrillas, de esas en las que algunos de sus miembros cruzan sus brazos a la espalda, que milimetran el avance de los trabajos de esa peatonalización apta para terrazas hosteleras y que se vanagloria de conseguir espacios libres para los vecinos. Uno de esos grupos, que nunca toman el aperitivo juntos porque son más de cuatro, comentan la complejidad de aceptar la cita de la vacuna contra el Covid y no falta quien cuenta que se confundió de hora y que, pese a ello, los sanitarios aceptaron darle el pinchazo.
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