Sirimiri: Una selva en el parque de Berio

Opina Nora Aldasoro: «En Donostia hay muchos locales comerciales cerrados por largos años que todos conocemos. Por ejemplo, en el número 4 de Sancho el Sabio lo que fue una tienda de muebles, en la plaza Easo lo que fue una fontanería, en esta misma plaza el antiguo bar Beartzana y en la calle Autonomía el bar Guría. Pero existen muchos más en toda la ciudad. Me pregunto: a los que tenemos un piso nos crujen a impuestos y si alguien tiene un piso vacío ni qué decir, pero ¿qué pasa con esos locales comerciales vacíos que se utilizan para especular y que hacen que suban los precios de los alquileres desmedidamente? Creo que los impuestos deberían hacerles sacar esos locales al mercado».

Apunta Miren Azkue: «Leemos en estas páginas el presupuesto de arreglos de los carriles-bici del centro de Donostia, cosa que a todos los que los usamos a diario nos parece una gran idea. Yo vivo en Amara y trabajo en Gros y uso desde hace varias décadas el bidegorri del paseo de Bizkaia y Árbol de Gernika y quisiera pedir al alcalde que a la vez aprovechasen para podar los altos plataneros del paseo de Bizkaia, pues cuando llueve con viento caen ramas y ponen en riesgo el tráfico tanto de ciclistas y coches como de viandantes».

Comenta Begoña Gárate: «Leo en DV la reclamación de Áncora sobre la destrucción de otro comercio histórico de la ciudad, la ferretería Santi en Gran Vía en el barrio de Gros. Francamente, señoras y señores, ¿dónde estaba la asociación cuando demolieron las torres de las EUTG, destrozando una obra arquitectónica visitada por arquitectos de todo Europa? ¿Dónde cuando tiraron abajo el colegio de San Bartolomé? ¿Dónde estarán o cuando protestarán cuando el Ayuntamiento tire parte del muro de San Bartolomé para hacer cuatro plantas de garaje, terminar con la salud de la mayoría de los donostiarras y con un muro patrimonio de la ciudad y de Amara Viejo en particular. Por favor, las reivindicaciones antes de que ocurran los desastres».

Protesta Alberto: «Ya termina septiembre pero todavía se ven a muchos turistas por las calles del Centro y la Parte Vieja. Esto no sería un problema en sí salvo porque algunos de ellos, los más jóvenes, suelen aprovechar los días de calor para pasear sin camiseta por la vía pública e incluso estar sentados en las terrazas. Es una clara muestra de mal gusto y una falta de respeto e higiene».

Iñigo González nos remite estas líneas: «Desde aquí quiero agradecer a la unidad de cuidados intensivos del Hospital Donostia cómo nos han tratado, sobre todo a mi ama, en unos momentos tan difíciles como es la despedida de un ser querido. En todo momento, la atención y la sinceridad han sido de diez. En especial agradecer a todo el equipo de médicos, enfermeras y auxiliares, lo humanos y cercanos que han sido hasta el último suspiro. Mila, mila esker bihotzez».