Sirimiri: Bache en la plaza Ignacio Mercader
Se fue la lluvia y el buen tiempo reinó en la ciudad en espera de la primera ola de calor del verano
DV
Viernes, 27 de junio 2025, 06:36
Calle Huertas
Josean escribe: «Parece ser que va a comenzar la urbanización de la calle Misericordia (Gros). Esto me hizo recordar un proyecto de hace bastantes ... años y que hoy en día sería mucho más eficaz y necesario que en aquella época. Me refiero a la cercana calle Huertas. Un pequeño túnel peatonal bien iluminado y con cámaras conectadas a la Guardia Municipal vendría muy bien para las personas que van al Polideportivo, al parking subterráneo o las viviendas que están alrededor. Supongo que el Ayuntamiento empezaría con las excusas de Adif, Renfe o el vecino del Quinto. Aprovecho para comentar algo que no entiendo. El Ayuntamiento hizo una obra de mucho impacto como fue el derribo y urbanización del viaducto de Iztueta, con muy pocas molestias y en un plazo corto de tiempo. Ahora la obra de la rotonda de Aita Donosti, récord en duración y molestias. El cruce de Secundino Esnaola con Bermingham, otra eternidad que ahí sigue. Las comparaciones son odiosas, pero me gustaría saber cuál es el secreto para que exista tanta diferencia entre unas obras y otras. ¿El técnico del Ayuntamiento, la constructora, el chico de los recados...? Sé que copiar es difícil, pero inténtenlo».
Obras y más obras
Denuncia Adolfo Saavedra: «En el publirreportaje que nos han enviado a nuestros buzones, el señor Goia lanza su nueva propuesta: Obras y más obras, algunas ya en marcha. Salir a pasear o hacer sus recados por la ciudad es toda una temeridad, hay que andar entre andamios, vallas de obras, grúas, planchas de hierro, pasarelas múltiples para cruzar las calles, señales provisionales de tráfico, etc… Le aseguro, señor alcalde, que volver a casa íntegro es toda una proeza. Ya en su primera legislatura nos tuvo secuestrado el paseo de La Concha y seguidamente (creo recordar que incluso a la vez) el paseo Nuevo, los dos sitios favoritos de los donostiarras para ir a caminar o pasear. Las vallas blanquiazules que rodean el Ayuntamiento (retiradas hace un par de semanas) son la perfecta metáfora de lo que es la ciudad bajo su mandato: una monumental obra. Y no me refiero al metro, me refiero a las decenas de obras paralelas a través de toda la ciudad, muchas de dudosa necesidad. ¿Y ahora nos amenaza con el habitual autobombo político con más obras? ¿No hemos tenido ya los donostiarras suficiente castigo? Déjenos disfrutar un poco de nuestra ciudad. ¿Qué piensa hacer con el olvidado mantenimiento de las instalaciones, con el mobiliario urbano, parterres, bancos públicos sucios y llenos de resina en zonas de árboles, sin pintar de hace tiempo y donde ya nadie se sienta, la vegetación que se come carriles bici y aceras, contenedores de distintas basuras a rebosar a mediodía, un día y otro, restos de muebles y colchones no recogidos por la noche en pleno Centro? La ciudad es un auténtico basurero. También hay que reclamar al ciudadano más civismo. Cada zona tiene sus días para dejar muebles y enseres, hace falta más control policial con esto. Eso sí atraigamos turistas para que el resto del mundo se entere del bodrio en que se ha convertido esta ciudad, que por mi parte ya no reconozco».
Contenedores
Una vecina de Amara denuncia: «Es un desmadre lo de los contenedores. Yo veo los de Amara pero deduzco que es un tema generalizado en toda la ciudad. Nunca están vacíos, no dan margen. Los vacían y vuelven a estar llenos desde la mañana. Además hay gente que no desmonta las cajas de cartón y las deja de cualquier manera fuera del contenedor. Hace falta más educación y más contenedores».
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