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El 'Tour' regresa a Donostia con los txikis en el Boulevard
Un total de 259 niños de entre 5 y 10 años de edad participaron en la 'Bizikleta Festa', carrera en la que las camisetas naranjas y los cascos de colores llenaron la calle
Claudia Turiel
Miércoles, 16 de agosto 2023, 18:37
Tras el reciente paso del Tour de Francia y de la Clásica, este miércoles fue el momento de que los más pequeños demostraran su destreza sobre la bicicleta con motivo de la Bizikleta Festa, dentro de la programación de la Semana Grande donostiarra. Los niños se hicieron, vestidos con la tradicional camiseta naranja y con todo tipo de cascos de colores y bicis, con el Boulevard donostiarra. Algunas familias comenzaron a llegar sobre las 17.00 horas de la tarde para ponerse el dorsal y calentar motores, o mejor dicho, ruedines.
Eneko, Bosco y Kharla, amigos del colegio, se mostraban ansiosos por participar. «Tenemos muchas ganas», admitían, aunque los dos últimos, ambos de ocho años de edad, no podían ocultar los nervios. «Es nuestra primera vez», confesaban. El primero se mostraba algo más tranquilo, ya que era su segundo año consecutivo corriendo. Por si fuera poco, el año pasado fue el ganador de la rifa que se realiza al finalizar la carrera. «¡Voy a correr con la bicicleta que me tocó en el sorteo!», contaba emocionado. Naia, su hermana, acaba de cumplir los once años, y aunque apenada porque ya no puede participar en la carrera como lo había hecho en años anteriores, se mostraba contenta mientras ayudaba a Eneko, Bosco y Kharla a ponerse el dorsal.
Media hora antes del inicio de la carrera, Maider observaba cómo su hijo, Oier, practicaba dando vueltas en el Boulevard. «Es su primera vez y está algo nervioso», admitía. Después de haber conocido el circuito, Oier corrió a sus brazos. Entonces, decidió hacer caso a los consejos de su madre: «Tienes que descansar, no gastes toda tu energía antes de la carrera», le decía.
«Se lleva realizando más de 10 años, y es una actividad que encanta tanto a los niños como a los padres»
Al igual que él, eran muchos los pequeños que daban vueltas sin cesar al recorrido de 300 metros. En total, 259 niños participaron en esta fiesta. Así es como prefieren denominar la actividad sus organizadores. «Realmente no es una carrera, aquí no hay ganadores», explicaban, felices por el éxito que estaba teniendo. «Se lleva realizando más de 10 años, y es una actividad que encanta tanto a los niños como a los padres». Los ciclistas se distribuyen en tres categorías: de 5 y 6 años la primera; de 7 y 8 la segunda; y de 9 y 10 la de los mayores. Además, los participantes fueron divididos en grupos de diez para mantener el orden y garantizar la seguridad.
Markel y Liher traían la estrategia preparada desde casa. «Hemos estado practicando varios días», explicaban emocionados. «Esta mañana he salido por Donostia a andar en bici, y hace poco me he tomado una bebida energética para andar rapidísimo», contaba Liher entre risas. Al lado suyo, Markel se mostraba algo nervioso. «Quiero ponerme en la primera fila para salir y llegar el primero», confesaba.
A pocos minutos para el pistoletazo que anuncia la salida de los niños, el Boulevard se fue llenando de pequeños participantes con camisetas naranjas. También de padres capturando el momento y enviando fotografías a sus familiares. «Estoy casi más nerviosa que mi hija», admitía Olatz, mientras sus hijos daban vueltas al circuito.
«Ha sido súper guay aita»
A las 17.30 horas, los altavoces anunciaron el comienzo de la Bizikleta Festa. Los más pequeños fueron los primeros en lanzarse al punto de salida y empezar a pedalear. Los padres animaban efusivamente detrás de las vallas, y corrían a la meta para recoger a sus hijos una vez finalizada la prueba, momento en el que los niños recibían un helado y unos regalos. La mayoría de ellos posaban ante las cámaras, felices después de la experiencia.
La actividad fue todo un éxito y las sonrisas de los niños lo demostraba. «Ha sido súper guay aita», explicaba Martina, aún subida a su bicicleta rosa, con el casco a juego y el helado en mano. Al igual que ella, Oinatz había disfrutado «mucho» de la experiencia, y aunque aún quedan 365 días por delante, ambos ya tiene claro que repetirán el año que viene. «Hemos venido desde Bilbao, ha merecido mucho la pena», explicaba su padre, mientras le desabrochaba a Oinatz su peculiar casco: un dinosaurio verde.
El año pasado tomaron la salida más de 200 pequeños. Hubo muchos de ellos que tras dos años de ausencia por la pandemia del Coronavirus, descubrían la carrera por primera vez.
Además de su aspecto festivo, la peculiar carrera por el Boulevard también sirve para concienciar a los más pequeños de la importancia de utilizar en la bicicleta elementos de protección como el casco, así como familiarizarles con la costumbre de usarla como medio de transporte en una ciudad tan habilitada para ello como Donostia.
