Conciertos de Semana Grande | La La Love You

Bailando y bailando, y que nada les pare

Con grandes aptitudes para el show, el cuarteto de Parla aterrizaba en San Sebastián para despedir una grandiosa Aste Nagusia y ellos lo hicieron anoche con un repertorio festivo de lo más acertado, propio del género y la temática que dominan como nadie. Temazo tras temazo, y entre medias varios saludos, dedicatorias y mucha, per9 que mucha interacción, los La La Love You fueron combinando temas más recientes ('Alucina Vecina' o 'El momento perfecto', con la que varios se dejaron la voz que tardarán días en recuperar), con algunos ya míticos como la pegadiza 'Polaroid', que sirvió como marco ideal para inmortalizar el multitudinario adiós a la Semana Grande.

Por supuesto, estando en agosto, no podía faltar 'La canción del verano', de hecho, se postularon para que 'colase' como el tema estival más demandado, al igual que con la declaración de 'Quiero quedarme siempre así'. Otra de las más aclamadas fue 'Himno' (para los que están jodidos)'. Todas ellas, con unas mezclas, propias de su pop-punk tan singular, con tintes electrónicos y fiesteros que resultaron de los más vitoreados de esta semana.

El ritmo más desenfadado llegó con 'La pócima del amor' y el remix de 'Tenía tanto que darte' que la agrupación sacó junto a Nena Daconte. «Tantas cosas que contarte Sagüés». Y el público respondió con creces entre cantos y movimientos de brazo. La antesala al recital la dio el 'Que nada nos pare', resucitando a los que todavía no se habían dejado sucumbir por los ritmos de la música de los madrileños. Pero, el colofón final, la despedida, corrió a cargo del carraspeo de David con los primeros versos del gran himno: «Hola, venía a decirte…». Y la locura se desató en Tomás Alba. 'El fin del mundo', el himno, la canción más demandada del conjunto, hizo que Donostia bailase como pocas veces. «Y tú bailando, bailando… me voy muriendo mientras bailas…», se despedían desde el escenario. Un adiós masivo, brillante y desbordante que dejó con ganas de más a los presentes. Pero no fue el fin del mundo, sino el fin de fiestas.