250 txikis, a la altura del Tour o la Clásica
Luciendo los cascos más originales y bicicletas de todos los colores, los pequeños han tomado el Boulevard donostiarra y han demostrado su habilidad sobre las dos ruedas
Claudia Turiel
Martes, 13 de agosto 2024
No hay Pogacar, Vingegaard o Evenepoel que les haga sombra. Los más pequeños de la casa aún tienen mucho que decir ante el empuje de ... las grandes figuras del ciclismo mundial, que hace apenas unos días visitaron la ciudad con el paso de la Clásica. Y es que en la tarde de este martes, el Boulevard fue testigo de la valía de casi 300 pequeños sobre la bici en la Bizikleta Festa, uno de los clásicos de la Semana Grande donostiarra. Algunos a cuatro ruedines, otros a dos, y los más pequeños ayudándose con los pies, los ciclistas más txikis tomaron la calle luciendo los cascos más originales y coloridos: desde protectores de unicornios hasta de dinosaurios.
Algunas familias comenzaron a llegar sobre las 17.00 horas para poner el dorsal a sus pequeños y para que estos calentaran antes de la fiesta de la bicicleta. Mientras su aita Gorka le colocaba el cartel con su número de concursante, Maider preparaba su bici, que no pasaba desapercibida: una gran bandera pirata ondeaba desde la cesta del ciclo. Al igual que es «fan» de este deporte, también lo es del abordaje. «Ayer fui a ver a los piratas desde el puerto, y hoy vengo a correr en bici. La carrera está muy guay» asegura esta veterana de la carrera, que a sus 10 años, lleva desde los cinco participando.
Galder también es amante del ciclismo, y así lo demuestra al vestir el maillot amarillo del Tour de Francia. Tras el paso de la carrera ciclista francesa, la Clásica de San Sebastián y los Juegos Olímpicos, este martes fue el turno de los pequeños. Por un día, el lekeitiarra se va a sentir como Jonas Vinegaard, «mi ciclista favorito». Ellos corren solos, pero otros lo hacen acompañados de familiares o de amigos. Chloe, de ocho años, llega con su hermana pequeña, de seis. Las dos antiguotarras también saben lo que es la gran fiesta de la bicicleta donostiarra. «Cada año vienen con más ganas», aseguraba su padre a la vez que estas daban vueltas para calentar motores, o mejor dicho, ruedines.
Pistoletazo y... ¡a pedalear!
A las 17.30 horas los megáfonos marcaron el comienzo de la primera carrera, la de la categoría de 5 y 6 años. Los txikis salen de 10 en 10 para «evitar aglomeraciones, llevar acabo una mejor organización y mantener el orden», informan sus organizadores. Con el pistoletazo de salida, los pequeños pedalearon sin parar hasta llegar a la línea de meta, momento en el que la adrenalina y la felicidad se apoderan de ellos. Los padres de los ciclistas esperaban a sus pequeños al final del trayecto, animando a estos en todo momento a través de aplausos, gritos eufóricos y con un teléfono en mano para inmortalizar el momento. La carrera, además, termina con una sorpresa. ¡Hay helados para todos los participantes! Disfrutando del postre, Adur, de 6 años, esperaba ansioso a la rifa celebrada al final de la Bizikleta Festa ya que «el año pasado me tocó la bici con la que acabo de correr», explicaba mientras presumía de su ciclo de color verde.
Seguidamente, era el turno de la categoría de 7 y 8, y después, la de los más mayores, desde los 9 hasta los 10 años. Algunos chavales que corrieron en este último grupo incluso se atrevieron a coger más velocidad y a manejar la bicicleta con una mano, demostrando su talento sobre las dos ruedas. Este año se ha dejado atrás la tradicional camiseta naranja, por lo que los pequeños vestían camisetas blancas con el Bizikleta Festa de color azul, bordado en la espalda. Y aunque la nubosidad asustó a alguno que otro, la lluvia no se asomó y el tiempo acompañó esta Bizikleta Festa, en la que Donostia recibió a los posibles futuros ciclistas de la Clásica. Los pequeños vienen pisando fuerte.
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