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San Sebastián revive el 31 de agosto de 1813

Cientos de personas se han congregado este sábado en la Parte Vieja de Donostia para homenajear la fecha del 31 de agosto y participar en el encendido de velas

Sábado, 31 de agosto 2019, 20:57

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El fuego avanzaba por toda la ciudad, destruyendo aquello que se encontraba en su camino, convirtiendo en cenizas lo que hasta poco antes estuvo lleno de vida. Solo quedaba el humo, y la calle de la Trinidad, lugar que las tropas inglesas y portuguesas escogieron como hospedaje durante la ocupación de la ciudad. Después esta calle pasaría a llamarse 31 de agosto como forma de conmemoración.

Mucho tiempo ha pasado desde el asedio que San Sebastián vivió a manos de las tropas inglesas y portuguesas. Sucedió en 1813, hace más de 200 años, y sin embargo, la ciudadanía donostiarra mantiene la tradición de rememorar cada 31 de agosto la quema y posterior reconstrucción de la ciudad.

Se repite de forma anual, pero siempre contando con alguna novedad. El Museo San Telmo estrenó iluminación este sábado. Con la intención de aportar a la escenificación de la batalla un toque más dramático, se escogió el rojo para las luces led colocadas en la plaza Zuloaga.

Asimismo, un objeto muy especial tuvo gran protagonismo durante la representación dramatizada del asedio y toma de la ciudad celebrada en las calles de la Parte Vieja: un cornetín de órdenes perteneciente al Regimiento Royal Welsh Fusiliers -tropas de su primer batallón participaron en la batalla-. Según parece, este cornetín se utilizó para llamar a las tropas durante el asedio y toma de la ciudad. Ha sido propiedad de la familia Sagastume hasta el pasado enero, cuando la Asociación 31 de agosto lo adquirió.

Ambiente lleno de emoción

Cientos de donostiarras y foráneos disfrutaron de todo un día lleno de actividades, aunque la amenaza de lluvia causó gran inquietud entre los asistentes, preocupados por que se pudiera suspender el acto más emblemático de esta fiesta, como es el encendido de velas. El primer acto tuvo lugar a las 11.30 horas en la Iglesia de San Vicente, donde se ofició una misa solemne. En la misma participaron el Coro Easo Araoz Gazte y la organista Koro Saens dando el toque musical, además del dantzari Aiert Beobide.

Por la tarde los actos comenzaron a las 17.00, cuando se llevó a cabo el acercamiento de las sociedades de la Patiña desde la plaza Virgen del Coro hasta la plaza Zuloaga. Un cuarto de hora después se produjo el acercamiento de las fuerzas aliadas desde el Kursaal hasta las inmediaciones del Museo San Telmo. Allí se presentó también el alcalde Eneko Goia, escoltado por tamborreros y «chicas con teteras», como definió una niña allí presente a las jóvenes que llevaban unas jarras sobre sus cabezas. Goia quiso recordar que el de este sábado «no era un día de celebración» y la fuerza que tuvo la ciudad «cuando luchó por un nuevo futuro» tras la quema.

A las seis de la tarde dio comienzo el desfile conmemorativo en el que ambas tropas recorrieron la Parte Vieja. De pronto, la ciudad volvió 206 años atrás en el tiempo, con soldados recorriendo sus calles.

Más tarde, se realizó la ofrenda floral, que este año tuvo lugar en el kiosko del Boulevard, debido a la instalación de un andamio que tapa la placa conmemorativa de la Puerta de Tierra, y en la que se homenajeó a la Asociación de amigos y amigas de la República Árabe Saharaui Democrática.

Fue entonces cuando dio comienzo uno de los momentos que a más público atrae en esta fiesta, como es la recreación de la batalla que Donostia vivió en 1813. Se realizaron recreaciones históricas en la Bretxa, la plaza de la Constitución, Santa María, San Vicente y Zuloaga, donde se llevó a cabo una interpretación dramatizada de la quema de la ciudad con un espectáculo de luz y sonido.

Y, por último, el momento más mágico de la jornada: el apagón y el encendido de las velas en la calle 31 de agosto. El silencio respetuoso y emocionado de los donostiarras allí congregados se rompió por parte del primitivo himno de San Sebastián.

Desde allí se inició una marcha hasta la iglesia de San Vicente, en cuyo atrio dantzaris de Gero Axular Dantza Taldea bailaron al son de Donostiako Aintzinako Martxa, entonada por los coros Easo Gazte y Easo Eskolania. La siguiente parada fue la plaza de D. Álvaro del Valle Lersundi, en la que el coro Santa Cecilia fue el encargado de interpretar 'Zein zara zu?', canción de José Olaizola, para después parar en la plaza de la Trinidad, donde la coral Gaztelupe, quien interpretó 'Donosti Zaharra'. La velada culminó en el atrio de Santa María, donde los coros actuaron de forma conjunta.

De esta forma y al son de la 'Marcha por los fallecidos el 31 de Agosto', de José María Usandizaga, los donostiarras volvieron a celebrar la fiesta del 31 de agosto un año más.

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