Un operario de recogida de basura ayuda a un repartidor a detener a un ladrón en una pastelería de Donostia
Los hechos sucedieron en el histórico comercio Otaegui de la Parte Vieja y el arrestado, de 50 años, portaba una navaja
La pastelería Otaegui de la calle Narrika es la más antigua de San Sebastián y este lunes ha sido objeto del único robo que ... ha sufrido en sus 91 años de existencia. El ladrón lo intentó pero acabó en el calabozo gracias a la intervención de un repartidor marroquí de la empresa y de un operario de la recogida de cartones en la Parte Vieja que lograron neutralizar al delincuente en posesión de una navaja.
Publicidad
Este histórico comercio de la Parte Vieja acaba de ser renovado y ampliado manteniendo la esencia de su atmósfera centenaria. Alguna vez ha sido objeto de algún robo, pero no en la tienda sino al propio repartidor de la empresa que mientras descarga el género a primera hora de la mañana es burlado por quienes terminan la noche y quieren comenzar el día con el desayuno gratis.
El caso es que este lunes el repartidor de Otaegui aparcó el vehículo junto a la tienda, abrió el establecimiento y cuando fue a meter el género escuchó ruido al fondo del establecimiento. Al acercarse a la caja registradora descubrió al delincuente agachado bajo el mostrador. «¿Qué haces dentro de la tienda?, ¿Has venido a robar», le preguntó antes de empezar un forcejeo que acabó con ambos fuera de la pastelería. Fue entonces cuando intervino Roberto M., un operario de la recogida de cartones que en ese momento pasaba junto a la tienda. «El repartidor estaba muy nervioso y no podía con el ladrón», comentó a DV, «y le he echado una mano». Explicó que el delincuente «llevaba una navaja en la mano», pero no llegó a utilizarla y nadie resultó herido. «Pedía perdón y decía que él no había hecho nada. Se le veía más apurado que amenazante», dijo.
La Guardia Municipal y la Ertzaintza llegaron al lugar enseguida, esposaron al individuo, un varón de 50 años de nacionalidad española, y se lo llevaron por un presunto robo con intimidación. El suceso corrió como la pólvora por el barrio. Los clientes comentaban con María Otaegui lo sucedido a lo largo de toda la mañana. «Yo he visto Guardia Municipal y creía que era otro incendio», confesó un vecino. La propietaria de la pastelería llegó cuando el ladrón era esposado. «El repartidor estaba blanco y gracias al empleado de la recogida de basuras han podido reducirle». La Policía le preguntó si tenían cámaras que hubieran captado lo sucedido, pero es una de las instalaciones que aún no han colocado en la obra de renovación del establecimiento.
Suscríbete los 2 primeros meses gratis
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión