Maider, en plena sesión en la arena de La Concha. SARA SANTOS

El grupo de mujeres que se reúne cada domingo en La Concha para hacer pilates: «Quedamos en La Perla, somos ya muchas»

Maider Calvo reúne a un numeroso grupo de mujeres cada domingo a las 8.30 en la playa donostiarra

Begoña del Teso

San Sebastián

Jueves, 17 de julio 2025, 06:13

De Hernani, vive en Urnieta y ha organizado momentos increíbles (pilates+brunch) en hoteles como el Arima o el Tres Reyes, amén de haber 'okupado' varias veces el Anfiteatro de Aiete y hasta una batería de Urgull (véase su Instagram) para impartir y compartir sus clases. De pequeña fue gimnasta rítmica. Luego campeona de Gipuzkoa de natación (100 metros crol). Después jugó de media melé en el primer equipo femenino del Hernani de rugby. Su madre, Toñín, hacia aerobic y se enganchó. Más tarde estudió teatro en el TAE. Al tiempo, ella y David tuvieron a Chloe y Anette. Ha dado clases de pilates para la preparación a un buen parto y le encantan lo ejercicios de fuerza con pesas. Ahora crea tendencia, pues cada vez son más las chicas que a las 8.30 de la mañana de los domingos hacen pilates con ella en La Concha. Mirando al mar, sí.

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–A ver, explica todo eso. A los cinco años empezaste con la gimnasia rítmica, pasaste a natación, te enganchas al rugby y dentro de nada abres tu estudio en Urnieta. ¡Qué lío más hermoso!

– Barcelona 92 explica bastante bien lo de la gimnasia rítmica. Me quedaba embobada viendo esa disciplina en los Juegos Olímpicos. Que mi tío jugara en Bilbao y mi hermano Rubén haya sido un ala superrápido explica lo del rugby. Que los médicos me recomendaran ir a la piscina para mi espalda explica el ser campeona de Gipuzkoa. Haber sido madre me hizo entender que el pilates (no el aburrido, no el lleno de ejercicios tontos) puede servir para, estando embarazada, sentir el bebé de otra manera y conseguir una movilidad, una fuerza, unas herramientas que te ayudarán en el parto... ¿Sigo?

«No es un plan loco sino lo que quiero hacer como deportista, monitora y... mujer de negocios. Estuve en Deusto elaborando el plan de viabilidad de Sunrise Pilates y las cifras y el estudio dieron el OK»

– Por favor.

– Me gusta el artisteo, no voy a negarlo. Por eso, entre otras cosas, estudié teatro. Con los buenos profesores del TAE. Hasta me planteé irme a Madrid. No lo hice. De todo aquello guardo el recuerdo, maravilloso, de haber hecho de extra en una película. Italiana.

– ¿En cuál?

– Creo que nunca supe el título pero, ¿sabes qué emoción se siente cuando eres todavía una chavala y te llevan a Jaca en autobús, te maquillan, te visten, te peinan? Lo creas o no, todas las cosas tan diversas que he hecho son la inspiración y una muy buena base para mis clases y nuestros encuentros. También para esas jornadas de pilates +brunch...

– ¿Sí? Cuenta cómo.

– Desde el principio. A mí en gimnasia rítmica no me gustaba el aro porque lo sentía muy separado de mi cuerpo. Mi instrumento era la pelota porque notaba cómo se deslizaba conmigo, entre mis piernas y brazos. De ahí que utilice tanto ahora pelotas blandas. Para ayudarnos a fluir.

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– ¿Y del teatro?

– Aparte de, lógicamente, el uso del cuerpo, la concentración, esa concentración máxima que aprendí a tener cuando estaba yo sola con el texto. En el escenario. De las clases de aerobic recuerdo la locura de la música a tope.

– Y también que te titulaste oficialmente por la FEDA. Y no olvidas a una de tus profesoras...

– Por la FEDA, sí. Actualmente es la Federación Española de Actividades Dirigidas y Fitness. En cuanto a la profesora, se trata, claro, de Ana Charola de las Rivas. En 2013 publicó un magnífico 'Manual práctico de aerobic'.

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– Dime. ¿Qué se come cuando después de una sesión de pilates llega el momentazo del brunch?

– Fruta (a mí me encantan las fresas y los arándanos). Tostada de aguacate con semillas. Queso. Café. Del bien hecho.

– Para merecerte ese homenaje te habrás tenido que emplear a fondo antes, ¿no? ¿Cómo?

– Efectivamente. Primero habremos trabajado la respiración y los abdominales para facilitar la conexión contigo misma. Luego habremos actuado sobre la movilidad articular. Para pasar a un combo de abdominales, glúteos y brazos. Un poco más tarde habremos afrontado un bloque de ejercicios para fluir e ir bajando la intensidad de la sesión. Nos habremos deslizado hacia la calma. La relación total la habremos logrado cuando sientas gratitud hacia ti misma...

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– ¿Por?

– Son momentos en donde todo sale de ti y es para ti. Te estás cuidando. Te has conectado. Contigo. No piensas en nada que no seas tú. Y si estás pensando en otra cosa, yo lo sé...

– ¿Cómo?

– Por la misma posición que, tumbada, tienen tus pies. Pareces relajada, pero no lo estás.

– Tu relación con el mar es muy intensa. La víspera del día que nació tu hija Chloe, te estabas bañando en La Concha.

– Había estado en Hegalak, en una sesión de Aipap (Acondicionamiento Integral y Pélvico Adaptado al Parto). Le pregunté a la matrona si podría bañarme en el mar aunque el agua estuviese algo fría. Dijo que sí. Me bañé. Al día siguiente nació Chloe. El mar es algo grande para mí. De chavala tenía una Honda 125. La cogía siempre que podía para acercarme al agua. De octubre a marzo.

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– Entonces, qué felicidad cada domingo. Ahí, cerca del Pico del Loro; una esterilla y tanta amiga.

– Soy feliz. Desde que me tomo el café, bajo por Miraconcha y veo la isla, los barcos, el agua, la arena.

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