La aprobación definitiva del Peppuc nos ha dejado un sabor amargo a los que apostamos por conservar el patrimonio urbanístico más significativo de esta ciudad. ... Aunque tras la reciente revisión se han incorporado algunos edificios, principalmente villas, las alegaciones presentadas por las asociaciones ciudadanas han sido rechazadas en bloque. El Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (Icomos), organismo asesor de la Unesco y máxima autoridad mundial en la materia, ha registrado una nueva solicitud de protección para el cine Bellas Artes, igualmente desestimada. Todo ello resulta difícil de entender, en una ciudad donde hay un goteo incesante de derribos que han provocado un gran malestar y una alarma social muy extendida.
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La selección de elementos que propusimos proteger se realizó de forma razonada por parte profesionales de la cultura de reconocida trayectoria, que no son amateurs ni 'populistas'. Pero además se pedía una actualización de los criterios básicos de protección del Peppuc. Resulta incongruente que la inmensa mayoría de elementos catalogados (72%) aparezcan recogidos en el Grado D que sólo preserva la imagen, permitiendo su derribo y reconstrucción con un aspecto similar. Esta previsión, que afecta a 906 edificios de nuestra ciudad, contraviene todas las cartas internacionales y la legislación autonómica sobre patrimonio cultural.
Nos preocupa que no se haya puesto coto a la proliferación de levantes ni a la transformación de tantos portales de gran belleza en espacios anodinos. Que no se preserven los comercios históricos, que la arquitectura religiosa, el patrimonio industrial y los caseríos donostiarras no se hayan considerado apenas. Que se permitan los aislamientos exteriores sobre fachadas protegidas, que ven seriamente afectada su apariencia. Tampoco se ha estimado la solicitud de proteger un considerable número de viviendas con notable interés urbanístico fuera del Área Romántica. Y sobre todo resulta incomprensible que no se hayan incluido los edificios cuya protección propone la Dirección de Cultura del Gobierno Vasco.
El Ayuntamiento reconoce la existencia de lagunas en el nuevo Peppuc. Afectan con claridad a portales, caseríos y establecimientos comerciales, sobre los que se admite que podrán ser objeto de ulterior estudio. Algo que resulta chocante en un plan que acaba de aprobarse. ¿A qué están esperando? Seguimos sin disponer de ayudas económicas para los propietarios de inmuebles protegidos, ni de incentivos para la restauración del patrimonio. Se ha perdido una oportunidad normativa única, lo que supone perpetuar en el tiempo problemas crónicos que amenazan la imagen e identidad urbana de nuestra ciudad. Se fía la resolución de las múltiples carencias a un futuro Consejo Asesor de Patrimonio sobre cuya composición, reglamento y funciones nada sabemos aún. Nos tememos que sea continuación del Foro de Patrimonio actualmente extinto, en virtud de su falta de utilidad práctica. Está claro que este plan no protege eficazmente la riqueza patrimonial del municipio.
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