Incendio en Amara
Nos asustamos al ver el humo, pero por suerte los bomberos fueron rápidos»Un trabajador fue asistido tras la inhalación de la humareda provocada por el incendio en la campana de un bar del barrio donostiarra de Amara
«Por suerte, todo ha quedado en un buen susto, pero no ha sucedido nada grave, más allá de los desperfectos en la cocina del ... bar», se felicitaban ayer vecinos y comerciantes una vez que efectivos de Bomberos sofocaron el fuego originado en la campana extractora de un establecimiento hostelero del barrio de Amara, en Donostia. Solo un varón, trabajador del local, debió ser asistido en el lugar como consecuencia de la inhalación de la humareda, pero no fue necesaria su evacuación hospitalaria.
Los hechos tuvieron lugar poco antes de las tres de la tarde en el bar Solairu, situado en la calle Gregorio Ordóñez, junto al centro comercial Arco. En ese momento, cogió fuego la campana extractora, lo que provocó una gran columna de humo que subía por el patio interior del edificio, según informó la Ertzaintza.
La primera llamada al teléfono de emergencias la formuló Mila, trabajadora de la peluquería contigua al bar. «Fue a las 14.52 horas», según comprobó esta mujer en su teléfono móvil, donde constató que los bomberos le devolvieron la llamada «a las 14.56. Estaban ya de camino, y me han hecho alguna pregunta sobre la ubicación y el incendio. Han sido muy rápidos, porque cinco o siete minutos después ya estaban aquí», se felicitaba la peluquera en la puerta de su local, impregnado del olor a humo pero sin daños.
Para entonces, entre un empleado del bar y algún cliente, habían vaciado los dos extintores con los que contaba el bar para tratar de sofocar las llamas. Pero no fue suficiente, y los bomberos terminaron de extinguir el fuego con una manguera de agua. Poco antes de las 16.00 horas, habían terminado su actuación.
Al lugar se desplazaron también patrullas de la Ertzaintza y la Policía Municipal. Como medida preventiva, cortaron un tramo de la calle y desalojaron a los trabajadores de los comercios que estaban abiertos, y alertaron a los vecinos para que cerraran las ventanas y no salieran de casa. Algún residente ya se había percatado del fuego al oler el humo incluso desde el quinto piso. Otra vecina, en cambio, no se enteró «hasta que me han llamado por el timbre mientras estaba fregando. Te llevas susto, pero por suerte no hay víctimas humanas».
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