Arizmendi
Hallazgo en Ondarreta

El pecio del siglo XV seguirá en Ondarreta

La embarcación, de 14 metros, llevaba en su carga mineral de hierro. El estudio del lastre permitirá saber las rutas marítimas que seguía

Claudia Turiel y Javier Bienzobas (Gráficos)

San Sebastián

Jueves, 3 de octubre 2024, 06:49

Un tesoro «excepcional» de 14 metros de eslora y más de 600 años de antigüedad que permanecerá 'anclado' en la playa de Ondarreta. Ya se ... conocen más detalles sobre el pecio hallado en el arenal donostiarra a principios del mes de septiembre. Se trata de un velero del siglo XV que llevaba en su carga mineral de hierro y que está datado, por el Servicio de Patrimonio del Departamento foral de Cultura, en torno a 1425.

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Después de trabajar contra viento y marea, aprovechando las horas de bajamar en las que las piezas quedaban expuestas, ahora el objetivo es estudiar el lastre, lo que permitiría saber las rutas marítimas que seguía. El pasado 4 de septiembre un paseante avistó «elementos de madera en el extremo de la playa más próximo al paseo de Eduardo Chillida», por lo que el personal técnico de la Diputación de Gipuzkoa inició «de inmediato» un plan de evaluación.

En esta primera operación se comprobó que se trataba de «una embarcación con casco a tingladillo y forro interior». Con una muestra de roble obtenida de una traca del casco, se dató por dendrocronología el último anillo de crecimiento presente en «el año 1425», señaló ayer Mertxe Urteaga, la arqueóloga foral que ha estado al frente del operativo, en una rueda de prensa celebrada en la Diputación.

La semana siguiente, y aprovechando que se trataba de una semana de mareas muertas, se redactó el proyecto de actuación arqueológica de emergencia, y se planificaron los trabajos para los días del 17 al 22, coincidiendo con las mareas vivas.

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Trabajo contrarreloj

«Tuvimos mucha suerte porque incluían cotas de marea baja extraordinarias, y el pecio quedaba accesible entre 3 y 4 horas, en los casos más favorables». Las dificultades añadidas del lugar en el que estaba la embarcación, que con cada subida de la marea «echaba por tierra» los avances realizados, obligó a planificar el análisis de la pieza por sectores, hasta «completar la pieza en los seis días».

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Urteaga, que calificó de «satisfactoria» la operación, explicó que la labor diaria comenzaba con «la ayuda de una pequeña excavadora para abrir canales de drenaje y favorecer así la evacuación con motobombas de las aguas en la zona de trabajo». Se instalaba el vallado y, «en cuanto se retiraban las aguas, comenzaba la extracción a contrarreloj de los depósitos de arena que cubrían el pecio».

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Entre las observaciones, figura la «conservación de parte del lastre de piedra caliza y restos de mineral de hierro -óxidos e hidróxidos- que llevaba en su carga». Una vez cubierta esta fase de la operación arqueológica, «se realizaba la documentación mediante fotogrametría, para rellenar inmediatamente con sacos de arena la zona abierta para evitar que la fuerza del mar se lleve por delante los restos arqueológicos», detalló.

Las características de las piezas, así como el método de construcción del barco, son «típicas» de las embarcaciones medievales, lo que hace de este hallazgo uno «extraordinario» para el patrimonio naval medieval vasco. Los testimonios arqueológicos de barcos medievales son «muy reducidos, en comparación con la cantidad de información que hay sobre el tráfico marítimo en esa época». Con el pecio de Ondarreta, se añade un ejemplo más. Urteaga describió la embarcación como «un velero medieval, aunque también podría haber ido acompañado por navegación a remo». Un barco «rápido, ágil y ligero» que podría haber realizado rutas «hasta Burdeos» y de singladuras similares y haber transportado «vino, textiles u otras mercancías».

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Según señaló el equipo técnico compuesto por ocho personas que ha trabajado en el operativo, el pecio no será extraído. «No hay un sitio que garantice mejor su conservación que aquel en el que se varó», añadió Urteaga. Además, los tratamientos de conservación, «son muy complejos y no ofrecen garantías de estabilidad al 100%». Eso sí, la arqueóloga subrayó que «la embarcación fue expuesta debido a que la fuerza de la corriente removió gran cantidad de arena que la cubría y que ayudó en su conservación». Se espera que la corriente vuelva a «desplazar la arena y lo cubra de nuevo».

Dos hallazgos en un mes

El hallazgo de Ondarreta se trata del segundo en el mismo sector del arenal en un mes. El 5 de agosto las corrientes marinas «habían desplazado toneladas de arena de esa zona, dejando a la vista el lecho de piedras y también una costilla de una barcaza».

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La pieza fue extraída y, por sus características, «podía pertenecer a una embarcación de fondo plano de las que frecuentaron el estuario del cauce de Igara que era navegable hasta Añorga». La existencia en esa zona del caserío Portuetxe, que se mantiene como reconocido asador, es prueba de ello.

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