El músico estadounidense dirigirá al coro este sábado en la iglesia de San Vicente de Donostia.
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Daniel Henriks: «En la ópera es divertido hacer cosas de villano que no puedes hacer en la vida real»

Cantante de ópera y director del coro californiano I Cantori di Carmel, que actúa este jueves en la iglesia de San Vicente de Donostia

Carlos Rodríguez Vidondo

San Sebastián

Martes, 30 de mayo 2023, 07:36

Apenas 3.200 habitantes tiene Carmel-by-the-Sea, ciudad californiana en el condado de Monterrey y, sin embargo, su importante comunidad de artistas hace ... de ella una de las villas más ricas de la región. Uno de sus más populares convecinos es nada menos que Clint Eastwood, quien precisamente fue alcalde del municipio entre 1986 y 1988 por el Partido Republicano. Desde esta ciudad de la costa del Pacífico ha viajado el coro I Cantori de Carmel, dirigido por Daniel Hendriks, que ofrecerá este sábado (20.15 horas) un concierto gratuito en la Iglesia de San Vicente de la Parte Vieja donostiarra.

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– La primera vez que ejerció como director de un coro tenía 13 años. ¿Tan pequeño?

– Empecé temprano, sí, mis padres me llevaban a muchos conciertos y desde pequeño cantaba en un coro. Siempre pensé que el director era la persona que estaba a cargo y que ese tenía que ser yo (ríe). Pero la razón por la que dirigí por primera vez tan pronto fue porque el director de mi coro se tuvo que ir y no había nadie que pudiera sustituirle, así que dije: '¡Yo puedo hacerlo!'. Aquel fue el mejor regalo para mi 14 cumpleaños. Me puse muy nerviosos pero me echaron una mano y mi profesor de piano me animó a seguir.

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«El director de mi coro se tuvo que ir y no había quien pudiera sustituirle, así que dije: '¡Yo puedo hacerlo!'. Fue el mejor regalo para mi 14 cumpleaños»

– También es barítono y canta ópera. ¿Qué disfruta más haciendo sobre el escenario?

– ¿Sabes? Realmente, las dos porque son experiencias muy diferentes. Cuando diriges tienes que estar en contacto con la interpretación musical de toda la obra y tienes que abrazar esa responsabilidad; pero como cantante de ópera es muy divertido estar en el escenario, especialmente en los papeles dramáticos en los que interpretas a los villanos: te permite hacer todas las cosas que no puedes hacer en la vida real, como apuñalar a alguien (ríe). Es muy divertido actuar con compañeros, sí.

– Carmel es una ciudad muy rica conocida por su enorme cantidad de artistas. Sus casas parecen sacadas de los cuentos de los Hermanos Grimm.

– Así es, de hecho empezó como una pequeña villa de artistas y, claro, el dinero siempre sigue al arte por lo que se ha convertido en un lugar muy popular donde la gente pasa sus vacaciones, puedes comer en muy buenos restaurantes, disfrutar de una arquitectura interesante, con muchas galerías... y una naturaleza preciosa. Los alrededores están enmarcados por la montaña y la costa y quizá sea una de las zonas más bonitas de California y de la costa oeste. Puedes hacer muchas rutas de senderismo, observación de aves... pero por supuesto es una maravilla estar de vuelta en Europa.

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– ¿Es su primera visita a San Sebastián?

– El coro ya ha hecho gira por España antes, creo que estuvo en 2016 pero yo aún no era su director. Pero, en mi caso, estuve en San Sebastián de forma personal en un viaje y ya he hablado con los coristas de la gran ciudad que es. Venimos cantando desde París y terminaremos en Santander, y a lo largo de todo el camino vamos observando cómo cambia el paisaje a medida que nos movemos hacia el sur. Es una experiencia muy enriquecedora.

– Aquí tenemos a una gran figura estadounidense de la música clásica como es el maestro Robert Treviño. ¿Tendrán oportunidad de coincidir?

– ¡Oh! Desgraciadamente no lo creo, pero eso sería fabuloso. Estaría encantado de que viniera al concierto y así tuviera la oportunidad de conocerle. Aquí, en Europa, todas las regiones tienen una impresionante cultura musical y su sabor propio a la hora de interpretarla.

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– ¿Sí observa muchas diferencias entre la tradición coral europea y la norteamericana?

– Nací en Alemania, tengo pasaporte alemán y allí hice gran parte de mis estudios, por lo que me he criado con las dos tradiciones a la hora de escribir música. En los Estados Unidos hay mucha más música contemporánea y es bastante más popular porque la mayoría de compositores están aún vivos. Pero una de las razones por las que nos encanta venir a actuar a Europa es que hay castillos, catedrales y lugares históricos donde cantar. El edificio más antiguo que tenemos en Carmel no tiene más de 200 años, nada comparado con los estándares europeos.

– Y eso afecta a la hora de cantar.

– Claro, porque en nuestras pequeñas iglesias no tenemos casi reverberación y, por ejemplo, cuando cantamos en la catedral de Blois había una 'reverb' de casi cinco segundos. La música renacentista estaba hecha para estas iglesias.

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– Pero no van a cantar música del siglo XVI, sino más bien Duruflé, Aaron Copland, Barber... ¿Cuál es su especialidad?

– En EE UU el coro lo forman 50 cantores, aquí hemos venido 24. Por eso allí pudimos hacer el 'Réquiem' de Mozart, pero aquí haremos música a capella de obras sacras y también compositores americanos.

– Gershwin, Bernstein, Cage... ¿Tienen los compositores estadounidenses de música clásica menos reconocimiento que los europeos?

– Sí, en Europa por supuesto. Aquí apenas se conocen esos que has mencionado y ni se acercan a la categoría de otros como Stravinski, pero tienen música profunda y fabulosa. Por ejemplo, Elliot Carter fue un gran descubrimiento para mí, tiene una pieza inspirada en un poema de Emily Dickinson que es una muestra narrativa y rítmica perfecta. Hay mucho aún que aprender de la música contemporánea americana.

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