Los agentes Cristina y Asier estacionan su coche para patrullar a pie por la plaza Bilbao. FOTOS IÑIGO ROYO

Campaña navideña en San Sebastián

Olentzero trae al comercio más vigilancia policial

La Guardia Municipal accede a la petición del sector de intensificar su presencia, lo que ha reducido la comisión de delitos en las principales zonas de compras

Aingeru Munguía

San Sebastián

Domingo, 29 de diciembre 2024, 00:08

Los comerciantes donostiarras han pedido a Olentzero más seguridad ciudadana y les ha sido concedido el deseo. La Guardia Municipal de San Sebastián ha puesto ... en marcha estas navidades una campaña de mayor patrullaje a pie y en vehículos por las principales zonas de compras de la ciudad, lo que ha llevado la tranquilidad al sector. «Ver a los agentes andando por la calle o simplemente encender las luces azules de los coches patrulla hace cambiar la situación totalmente. Este año se ha notado un gran cambio de la situación», explica una comerciante de la plaza Bilbao. El Diario Vasco pasa una mañana con una pareja de guardias municipales, Cristina y Asier, en este nuevo servicio, denominado por los agentes «S-60».

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El aumento de hurtos en la ciudad preocupaba a los comerciantes de cara a las Navidades, el mes más importante para el sector. Desde el 1 de enero hasta el 18 de diciembre se han producido 3.419 hurtos, un 26,4% más que en todo 2023. La única buena noticia es que bajan los robos con fuerza en establecimientos de 125 a 89 casos, lo que supone un un 28,8% menos, y también descienden un 11% los daños en establecimientos. La plataforma del comercio urbano San Sebastian Shops, que integra a las asociaciones de comerciantes y los centros comerciales existentes en la ciudad, se reunió antes de las Navidades con el concejal de Seguridad, Martín Ibabe (PNV), a quien le transmisión su preocupación por el impacto que pudiera tener esta delincuencia entre la clientela.

Los responsables de la Guardia Municipal diseñaron un dispositivo de refuerzo de la seguridad en las zonas comerciales, denominado por los agentes como S-60, que ha tenido una muy buena acogida por parte de los comerciantes. «Hemos visto que el Ayuntamiento ha reaccionado a nuestras peticiones. Hay patrullas a pie, coches de policía. Todo 'chapeau'. La gente los ve y se sienten más seguros», explica Coralie Lamaziere, de la tienda Koko Deko, de la esquina de plaza Bilbao con Prim.

La presencia policial es el mejor antídoto frente a los delincuentes. Por eso los comerciantes quieren ver a los agentes en la calle

La situación en esta zona céntrica ha cambiado mucho desde la pandemia. El eje Tabakalera-Koldo Mitxelena ha sido testigo de mayor número de robos, por personas que «están colocados o borrachos» y que se dedican a sustraer bienes de las tiendas, robar móviles o llevarse pertenencias de clientes y viandantes. Y que actúan con «total impunidad». «En dos años me han robado unas cinco veces, lo que es mucho para una tienda pequeña. Ahora cada vez que voy al baño o al almacén tengo que cerrar con llave la tienda», explica Coralie, que lo que no quiere es que esa sensación de inseguridad se traslade a su clientela y «deje de venir a comprar al centro».

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La descripción coincide con la que hacen los guardias municipales que nos acompañan. «La mayoría son personas que llegan del extranjero, vienen aquí y se dan de bruces con una realidad que no es la que creían, y se enganchan al modo de vida de los que están aquí». Los comerciantes se preguntan por qué la situación de San Sebastián es diferente a la de otros municipios. «Yo esto no lo veo en Biarritz o Bayona o en otras ciudades españolas», dice Coralie.

Los guardias municipales charlan con Marian en su tienda de venta de biciletas de Egia.

Donostia, explican los agentes, es un «lugar de paso, al lado de la frontera, con turismo, y eso atrae mucho» a este tipo de personas que o viven en la calle o en casas que comparten con otros de su misma condición en San Sebastián o Donostialdea.

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Los comerciantes no comprenden su exposición y su vulnerabilidad ante este tipo de delitos. «Los del supermercado de aquí al lado están superfrustrados. Entran y se van delante de la cajera diciendo 'me llevo esto de regalo'. Saben que no les va a pasar nada. Si tú cometes un delito, esa acción tendría que tener una consecuencia, pero...», se lamenta María del comercio Itakate, en la esquina de Alfonso XIII con Fuenterrabia.

«No entiendo que esta gente que no produce nada y solo sabe delinquir se salga de rositas tras pasar por la Justicia»

El malestar del comerciante no hace más que empezar cuando le roban algo. La Guardia Municipal insiste en la necesidad de denunciar todos los delitos porque es más fácil dar con los autores y posteriormente les pueden caer penas agravadas, pero el 'calvario' para el comerciante es que probablemente tenga que cerrar el negocio durante varias horas para interponer la denuncia - «yo tuve que esperar dos horas y media a que viniera el traductor porque cogieron enseguida al ladrón», explica Coralie- y luego tiene que reconocer en el juicio al delincuente, «lo que supone una doble condena para nosotros porque nos ponen cara cuando ellos quedan en libertad al ser insolventes».

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Por eso los comerciantes confían más en las medidas preventivas para evitar los delitos que en que el sistema penal logre poner en fuera de juego a quienes les mantienen en un continuo quebradero de cabeza. Que se lleven uno de los bolsos que tiene colgados junto a la puerta de la tienda está mal, pero para Coralie es peor para su negocio que entre dos o tres roben a una persona mayor -«van a por los mayores porque son más vulnerables y saben que pagan en 'cash'»- o se lleven la cartera o el móvil de un turista que tenía ahí las fotos de su vida, las tarjetas, el billete de vuelta...

También de paisano

Estas Navidades han sido muy tranquilas por la mayor presencia policial y los comerciantes están encantados del cambio de situación. Asier y Cristina explican que la presencia de agentes uniformados es evidente que es tranquilizadora, aunque también precisan que hay policías de paisano que contribuyen a completar la seguridad de las zonas de compras.

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Acompañar una mañana a dos agentes permite comprobar el elevado número de ciudadanos que se les acercan para preguntarles o comentarles algo que han visto y que podría ser de su interés. «Nuestra presencia en la calle es importante porque tanto la gente como los comerciantes nos aportan información valiosa de lo que ven».

La comerciante Coralie Lamaziere, junto a dos agentes, en su tienda de la plaza Bilbao.

Los comerciantes saben que la mera presencia de la policía ahuyenta a los delincuentes. «Yo he visto cómo unos que siempre están por aquí y que venían de la estación al ver las luces del coche de policía torcieron y se fueron por la calle Prim», nos explica otra comerciante.

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Egia es otra zona caliente. Por lo menos lo era hasta hace un par de meses. Nos lo cuenta Marian González de la tienda Oh my Bike, de la plaza Teresa de Calcuta. «Desde que se acabaron las cenas solidarias se ha notado un montón. Las cenas eran a las 20.30 horas pero desde horas antes estaban por aquí grupos que se peleaban, orinaban... había una ambiente de inseguridad. Desde finales de octubre se ha notado una pasada cómo ha cambiado la situación. Ahora siempre hay patrullas y estamos encantados». Esta comerciante explica que tiene clientes que «no se atreven a entrar en determinados comercios porque estos grupos se reúnen en sus inmediaciones y dan miedo». La situación ha cambiado estas navidades : «La presencia y la uniformidad funciona. Solo con ver la luz azul de los coches todo se tranquiliza».

María lleva dos años con el comercio Itakate. «El primer verano fue horroroso», recuerda, pero ahora la situación se ha calmado. Esta mexicana no entiende que este tipo de delincuentes reincidentes no tengan mayores castigos. De hecho, el propio Ayuntamiento ha reclamado en más de una ocasión una modificación legal para endurecer las penas a detenidos reincidentes. María también remarca la mayor presencial policial en su zona comercial y recuerda una frase del presidente de su país, Benito Juárez, quien en 1867 dijo: «El respeto al derecho ajeno es la paz».

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