La obra perpetua
Los orígenes del Boulevard ·
Gabriele Tadino de Martinengo diseñó una fortificación militar que no llegó a completarse y al Ensanche Cortazar le impusieron la AlamedaJosé Javier Pi Chevrot
Doctor Arquitecto y miembro de la comisión de Patrimonio del COAVN
Lunes, 27 de noviembre 2023, 07:32
Al albor del siglo XVI, la pequeña villa de San Sebastián pasó a ser una plaza fuerte del dispositivo militar fronterizo del imperio de Carlos ... V. Al quedar obsoleto el cerco medieval existente, el emperador llamó a su general encargado de las fortificaciones y de la artillería, Gabriele Tadino de Martinengo, que vino a San Sebastián hacía 1528. Después de proponer varios refuerzos de la vieja cerca, Tadino planteó, unos 40 metros más adelante, un frente de tierra en forma de tridente, entre La Concha y Zurriola. La base era una muralla corrida llamada Cortina Real, de la cual surgían dos baluartes en cada extremo, como dos medias punta de flecha, y un tercero en el centro, el Cubo Imperial, formando una punta entera. A Tadino solo le bastaba describir en su memoria la media punta y a partir de ella se podían deducir todos los baluartes. 'Obra Perpetua' fue el nombre que le dio al proyecto.
Tadino era un hombre del Renacimiento italiano, ingeniero, arquitecto y guerrero a la vez, amigo del insigne matemático Niccolo Tartaglia. Era caballero de la Orden de San Juan de Jerusalén, con cuyo atuendo fue retratado por Tiziano. Su obra se inscribe en la nueva conformación del territorio urbano de la Edad Moderna, con una voluntad de perfección y de perennidad. De la 'Obra Perpetua' solo se levantó la Cortina Real y el Cubo Imperial, apareciendo este como un espolón fantástico y sugerente, precediendo la ciudad. Los baluartes laterales no se concluyeron como estaba previsto y a duras penas se remataron posteriormente con otros diseños y potencialidades inferiores. Detrás del baluarte oriental, entre los antiguos cubos de Hornos y Amezqueta, las tropas francesas en 1719 y las angloportuguesas en 1813, pasando por el Urumea, abrieron brecha y penetraron en la ciudad, invalidando la operatividad defensiva del dispositivo.
Los datos
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'Obra perpetua' Gabriele Tadino de Martinengo, hacia 1528.
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Ensanche Antonio Cortazar, 1862. Modificado en 1865 para integrar la Alameda.
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Medidas de la Cortina Real 320 metros de largo por 15 de fondo y una altura de 14 metros.
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Medidas del Cubo Imperial 49 metros de saliente, pero teniendo 8 metros empotrados en la Cortina Real, 45 metros de ala a ala y 20 metros de altura.
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Ocupación del Boulevard 300 metros de largo, de 80 a 40 metros de ancho.
Mientras tanto, la 'Obra Perpetua' actuaría como barrera, pero en sentido contrario, bloqueando durante casi tres siglos y medio toda expansión de la ciudad, que solo pudo densificarse dentro de sus muros y desperdigarse en el exterior, alrededor de pequeños núcleos como Santa Catalina, San Martín o Loiola. Habría que esperar al año 1863 para asistir a su derribo, tras la convocatoria, el año anterior, de un concurso de Ensanche cuya cuarta base especificaba que «el enlace de la nueva población con la actual será del modo más cómodo y natural…». Considerando que la población se preveía esencialmente mercantil, estaba previsto el acceso del ferrocarril al puerto, pero dicha idea no prosperó. El concurso lo ganó Antonio Cortazar, aportando una trama urbana proporcionada y elegante, pero, sobre todo, con el acierto de prolongar la calle Mayor, haciendo de esta el pivote de toda la ciudad, y uno de los dos ejes de coordenadas del nuevo Ensanche. No podría ser mejor enlace formal entre este y la vieja ciudad. Además, hay que tener en cuenta que dicha calle, como las demás calles verticales de la villa de fundación, carecía de ortogonalidad y seguía la dirección esviada de la base de la larga colina del Puyuelo, donde se asentaron las primeras poblaciones donostiarras. Dicha dirección se salvó al ser rechazados los proyectos de Ugartemendia para la reconstrucción, tras el incendio de 1813, pero creó cierta inquietud en Cortazar al no resultar paralelos el borde de la ciudad existente y las calles longitudinales del Ensanche, cosa que al final queda hasta más interesante.
Cortazar quiso camuflar dicha 'disfunción' rematando la antigua plaza vieja con el rehundido ortogonal de arcadas que dejó Ugartemendia –y que todavía subsiste hoy– colocando al oeste las aduanas, que se sustituirían más tarde por un casino –hoy, Ayuntamiento– y al este el teatro, siguiéndole dos manzanas más pequeñas que las del resto del Ensanche y acabando con el mercado. Reservaba el paseo público a la ribera del Urumea.
Oposición del alcalde
Pero el 1 de enero de 1865 fue designado alcalde Tadeo Ruiz de Ogarrio, que se había presentado sin éxito al concurso y era contrario al proyecto de Cortazar, reprochándole la ausencia de «bellas perspectivas». En abril se publicó en 'La joven Guipúzcoa' un escrito, probablemente a instigación del alcalde, reclamando la creación de una alameda entre lo nuevo y lo viejo. En mayo, tras dos sesiones conflictivas, se votó dicha creación con un empate de siete concejales contra siete, pero con el voto de calidad del alcalde.
A partir de entonces se desencadenó un rifirrafe entre alamedistas y antialamedistas. Este se zanjó definitivamente con el Real Decreto del 29 de mayo de 1866, declarando de utilidad pública la modificación del proyecto del Ensanche para la formación de la Alameda. Las dos manzanas, entretanto reducidas a una sola, desaparecieron, el mercado se retranqueó y el teatro, aprovechando la construcción del Ensanche Oriental y la canalización del Urumea, pasaría a ser una secuencia del paseo de Zurriola. La Alameda tomó el nombre francés, más apropiado, de Boulevard, flamenco en su origen: 'Bollwerk', 'cerca de troncos', que indica un paseo que sustituye a antiguas fortificaciones. La 'Obra Perpetua', como charnela histórica de nuestra ciudad, pervive así en nuestra memoria. Y si el lector tiene la intención de viajar a Venecia, que no pierda la ocasión de visitar la magnífica iglesia de Santi Giovanni e Paolo, donde tiene su tumba el autor de la 'Obra Perpetua'.
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