De Igara a la bahía... y vuelta
Los gabarrones duermen durante el invierno en un polígono y son despertados cada verano para convertirse en una zona de ocio y reposo en el centro de la bahía
Viernes, 1 de julio 2022, 06:52
Hay quienes esperan la colocación de los toldos para que comience su verano y quienes no se acercan a la playa hasta que los gabarrones ... no están en su sitio. Con el inicio de la temporada se ha procedido a la colocación de estas plataformas en la bahía, un elemento de descanso y ocio para quienes disfrutan más del mar que de la arena, los que prefieren hacer algo de ejercicio antes que tumbarse en la toalla.
Publicidad
Estas pequeñas islas flotantes junto a la línea de boyas duermen durante tres estaciones en Igara y se despliegan en verano en La Concha. La labor de colocación y desmontaje la realiza una empresa que en su día ganó el concurso para realizar esta labor.
Era viernes de hace dos semanas, a primera hora de la mañana, un camión grúa se acercó hasta la rampa del Muelle con un cargamento especial, para sorpresa de los escasos donostiarras que había a esa hora por la zona, algunos jugando con su mascota en las inmediaciones del agua. Tras desplegar las fijaciones hidráulicas del vehículo, Miguel empezó a dar algunas explicaciones del operativo. «Los gabarrones, desmontados, se guardan en un depósito municipal de Igara. Nosotros los desmontamos, los transportamos y nos encargamos de colocarlos en los fondeos que hay en la bahía». Días antes de llevarlos a la bahía, se han encargado de verificar el estado de estos fondeos, de desenterrarlos de la arena y de disponerlo todo para que el día que lleven el gabarrón no haya problemas para fijarlo en el mar. De esta tarea submarina se encarga su compañero Aitor, que el viernes estaba enfundado en un traje de buceo, y también forma parte del operativo Joxean.
Un gabarrón está compuesto por dos unidades de poliéster que superan juntas las 2,5 toneladas de peso. Por eso el desembarco en la rampa del Muelle de realiza despacio y sin prisa. «Estos elementos tienen 30 años; son el mobiliario municipal más duradero», explica Miguel, quien dirige toda la operación. Una vez colocados en la lámina de agua del puerto es el momento de unir ambas piezas «mediante simple tornillería» pero con la precisión necesaria para que el resultado sea que no haya ninguna holgura y las dos piezas funcionen como un cuerpo rígido encima del mar. Una vez fijadas las dos escaleras que permiten a los bañistas subir al gabarrón y la txirristra con la que uno se puede zambullir de forma lúdica en el mar, el gabarrón ya está listo para su remolque mediante una embarcación hasta su destino en la bahía. «Allí tenemos el 'muerto' echado y ahora lo engrilletaremos».
Publicidad
Este gabarrón era el cuarto de los seis que ya tiene en funcionamiento la bahía este verano. Hace años se decidió suprimir aquellos cuadriláteros o piscinas flotantes que, al no ser tan rígidas como los rectángulos, sufrían mucho con el movimiento de las olas y daban muchos problemas de mantenimiento. Cada gabarrón, de 4x9 metros, se fija a dos fondeos para evitar que gire con el movimiento del mar. Estas plataformas solo requieren un manguerazo diario para limpiar las heces de las gaviotas, algo de lo que se ocupan dos operarios el servicio de limpieza de playas a primera hora de la mañana. Miguel explica que los días que más limpios están los gabarrones son durante la Semana Grande: «Con los fuegos artificiales hay menos gaviotas esos días por aquí».
A mediados de septiembre, antes de las mareas vivas, los seis gabarrones realizarán el camino de vuelta hacia su 'hibernación'. Se soltarán de los fondeos, se transportarán de nuevo hasta el Muelle, se desmontarán y se conducirán hasta el polígono de Igara, donde permanecerán ocho ó nueve meses hasta la nueva temporada de verano.
Suscríbete los 2 primeros meses gratis
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión