Iberdrola reforzará la seguridad de la torre de alta tensión de Axular tras revisar toda la red
Por proximidad al liceo y densidad de población en el entorno, es el punto «de mayor riesgo» de los 950 apoyos existentes en el término municipal
El accidente que el pasado mes de marzo le costó la vida a un niño de 11 años en Usurbil ha llevado al Ayuntamiento ... donostiarra a solicitar a Iberdrola que refuerce las medidas de seguridad de la torre de alta tensión existente junto a Axular Lizeoa. La estructura metálica se encuentra entre las calles Mantulene y Arostegi y los cables pasan por encima del patio de la ikastola, lo que sumado a la densidad de población de este ámbito del barrio de Aiete convierten este apoyo en el «de mayor riesgo» de los 950 instalados en la ciudad.
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Según explica el concejal de Bomberos, Seguridad y Protección Civil, Martin Ibabe, su preocupación por este asunto se remonta a hace más de una década, cuando entró al Ayuntamiento y desde la oposición presentó una interpelación interesándose por el número y localización exacta de estas torres y su gestión.
La competencia en la materia corresponde al Departamento de Industria, Transición Energética y Sostenibilidad del Gobierno Vasco, pero en lo que atañe al término municipal la sensibilización del Ayuntamiento es «máxima» y la colaboración con Iberdrola, «total», apunta el delegado del PNV, quien detalla que por Donostia discurren tres líneas principales de alta tensión: la que viene de Usurbil, la de Hernani y la de Oiar-tzun. Además, hay estaciones eléctricas en Altza, Egia e Igara.
Toda la red suma casi 27 kilómetros de líneas aéreas, que se revisan «cada tres años». En lo que va de 2025, ya se ha verificado el estado de 23 kilómetros y faltan 4,1 por pasar revista.
«Muchas de estas torres se encuentran en zonas rurales o de difícil acceso, como las laderas de Ulia o los acantilados de Igeldo, y por su ubicación, alejadas del núcleo urbano, no representan un gran riesgo. De hecho, algunas son tan inaccesibles que Iberdrola tiene que hacer su labor de supervisión desde el aire, en helicóptero», cuenta Ibabe.
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En el presente ejercicio solo se ha detectado una anomalía, que «pronto será subsanada». Los incidentes que pueden causar daños en estos apoyos son de diversa naturaleza, «desde la caída de un rayo o una rama de árbol hasta el disparo de un cazador».
Antes del nuevo curso escolar
En cuanto a la torre de Axular Lizeoa, los trabajos para mejorar su seguridad se acometerán durante el verano, de manera que todo esté listo para el inicio del próximo curso escolar. La solución que adopte Iberdrola dependerá de los técnicos de la propia compañía, ya que existen multitud de fórmulas para alejar a la población del peligro: pinchos, redes, placas antiescalada...
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«Los adultos son conscientes del riesgo de muerte que entraña subirse a una de estas torres de alta tensión y bastaría con señalizarla debidamente. Sin embargo, como sucedió en Usurbil, un niño no percibe el peligro y por eso son necesarias medidas complementarias de seguridad», justifica el edil jeltzale, quien advierte de la importancia de concienciar a toda la ciudadanía, «en especial a los más jóvenes», del potencial riesgo de estas instalaciones. «Llevan tanta potencia eléctrica que no hace falta escalarlas o tocar los cables para sufrir daños por el campo magnético que generan. Lo mismo ocurre con las catenarias de Adif o Euskotren. No podemos minimizar el peligro», concluye.
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