Goia vuelve a pedir al Gobierno «agilizar» los trámites de los malienses que viven en la calle en Donostia
El alcalde explica que los migrantes van «rotando» y según unos son trasladados a un centro llegan otros a la ciudad
Más de medio centenar de malienses siguen viviendo en la calle en el barrio donostiarra de Amara Berri. No son los mismos que llegaron hace cuatro meses con la esperanza de poder tramitar la petición de protección internacional tras huir de la guerra civil en Mali, pero el número no ha descendido. Según algunos han podido acceder al proceso administrativo, que puede prolongarse incluso un año, han sido distribuidos en distintos recursos como los que Zehar Errefuxiatuekin gestiona en Oñati y Tolosa, o en otros territorios como Cádiz. Sin embargo, el colchón o el cartón que dejaban libre para dormir en la plaza de las Cofradías Vascas, se ha ido ocupando con nuevos migrantes que han ido llegando a Donostia.
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Esta problema ha vuelto a ser abordada este martes por el alcalde de la ciudad, Eneko Goia, que ha vuelto a reclamar al Gobierno español que acelere los trámites de petición de asilo, porque «es quien debe dar la primera respuesta», y debe realizar «los trámites a un ritmo superior al que los hace, porque las personas que están en Amara no son las mismas. Es decir, van rotando». Aunque a mediados de julio varios migrantes reconocieron a este periódico que llevaban más de dos meses en la calle esperando para proceder al papeleo, Goia ha asegurado que ahora «no hay una situación de personas que llevan tres meses. No es verdad».
En este sentido, el primer edil ha explicado que ya ha manifestado «a la delegada del Gobierno en repetidas ocasiones» que la solución «más eficaz es agilizar la realización de dichos trámites, y vamos a empezar por ahí».
A partir de ahí, Goia entiende que «hay que habilitar recursos para dar una respuesta a la situación puntual que se está viviendo, y nosotros estamos dispuestos a colaborar. Y de hecho lo estamos haciendo con algunos recursos que hemos puesto a disposición». El Ayuntamiento, según el alcalde, se ha planteado, por ejemplo, «habilitar el Atano III», que ahora está ocupado, pero el problema es que «nadie sabemos ni cuánto ni cuándo va a cambiar esta situación». «No sabemos cuál es el horizonte temporal de esta situación, y ¿a qué nos exponemos como Ayuntamiento si en septiembre, octubre o noviembre estamos en la misma situación, y no lo sabemos porque no es una situación que está en nuestras manos?
Goia también ha recordado que «estas personas de origen maliense han sido expulsadas de otros países europeos y la oficina para realizar sus trámites (CEAR) se halla en San Sebastián. Que eso hecho justifique que la responsabilidad recaiga en el Ayuntamiento de San Sebastián, es una consideración excesiva. Primero porque es imposible. Y esto lo decía el alcalde de Pamplona y yo lo suscribo: el que un ayuntamiento pretenda dar solución a un problema global es como intentar abarcar el océano con un dedal. Es imposible. Otra cosa es que humanitariamente este Ayuntamiento sea sensible, porque, por supuesto, ¿a quién no le afecta ver esas situaciones y esas imágenes? Nosotros desde luego, desde el principio, hemos tenido muy claro que todo lo que esté en nuestra mano para ayudar lo tenemos que hacer, pero en colaboración con otras instituciones».
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